Llevamos dos meses con la mirada fijada en los que iban a ser los dos títulos más importantes para la industria del cine postcuarentena: Tenet y Mulan. Y, como hemos contado largo y tendido en este periódico, cada una ha escogido un camino. La primera, dirigida por Christopher Nolan y producida por Warner Bros, ha optado por un estreno asimétrico en salas: en España, por ejemplo, llega este mismo miércoles. La segunda, el último reboot de Disney, da la espalda a las salas y llega directamente a los hogares a través de Disney+ (6,99 euros al mes). Eso sí, pagando una cantidad adicional a la suscripción que supera los 20 euros en nuestro continente.
Por qué te lo contamos: Mulan aterrizará en Disney+ el próximo 4 de septiembre y la plataforma cobrará diferentes cantidades según el país. Mientras en Estados Unidos costará 30 dólares, en España se podrá comprar por 22 euros (no es un pago por visión: luego se podrá ver tantas veces como se desee) y en Francia… será gratis.
Esto tiene una explicación. Nuestro país vecino fue uno de los más beligerantes con Disney cuando dio la noticia de que Mulan no pasaría por salas. Como ya contamos en un reportaje reciente, llamado La importancia de los superestrenos para mantener a flote las salas, estos blockbusters representan un porcentaje nada simbólico de la taquilla de todo el año: son oxígeno para los exhibidores, más si cabe en tiempos de depresión económica. Así que Mulan, de momento, no llegará ni a sus salas ni a sus servidores. En cualquier caso, prometen que lo harán. Y, cuando lo hagan, será gratis (siempre que tengas acceso a la suscripción).
Esto quiere decir que Mulan estará dentro del catálogo abierto de Disney+ pasada una temporada. ¿Cuánto puede durar esta temporada? No se ha precisado. ¿Por qué hacen la excepción con Francia? La revista Numerama explica que es un gesto de la multinacional hacia una república conocida por su proteccionismo hacia las salas. En cualquier caso, y teniendo en cuenta que Disney necesita ingresar al menos 250 millones de dólares para recuperar lo que ha costado la película; la compañía debe llegar a millones de casas para acercarse a esos números. De lograr el objetivo, puede que el mercado de distribución del cine cambie para siempre. O la industria al completo.
