El director de fotografía Michael Chapman, que trabajó codo con codo con Martin Scorsese en Taxi Driver, Toro salvaje y The Last Waltz, ha muerto a los 84 años. La noticia fue dada a conocer por su propia esposa, la guionista Amy Holden Jones, a través de Twitter. Chapman, conocido como «el poeta de las aceras» por su trabajo en Taxi Driver, murió el domingo de una insuficiencia cardiaca en Los Ángeles (California). Su labor se vio recompensada con dos nominaciones al Óscar por Toro salvaje y El fugitivo, de Andrew Davis.
Por qué es importante: la labor de Chapman rodando en blanco y negro la brutalidad de los boxeadores en Toro salvaje aún se analiza en las escuelas de cine, al igual que sus movimientos de cámara, que hacen sentir al espectador como si estuviera dentro del ring.
Chapman, uno de los mejores directores de fotografía de la historia, comenzó trabajando como operador de cámara en títulos como Loving, Klute y El Padrino, y poco tiempo después en Tiburón, el primer gran éxito de Steven Spielberg. Su debut como director de fotografía fue en El último deber, una cinta protagonizada por Jack Nicholson. Como curiosidad: colaboró con Scorsese en 1987 para grabar el videoclip de Bad, de Michael Jackson. Su último título como director de fotografía fue Un puente para Terabithia.
Chapman, pupilo del célebre Gordon Willis –también llamado el Príncipe de las Tinieblas tras su trabajo en El Padrino–, dejó su sello en obras tan conocidas como La invasión de los ladrones de cuerpos, Los fantasmas atacan al jefe, Los cazafantasmas 2, Poli de guardería, Doc Hollywood o Space Jam. Y probó a ponerse detrás de la cámara como director y rodó, entre otras, las películas All the Right Moves, con Tom Cruise, y El clan del oso cavernario, protagonizada por Daryl Hannah. Apareció como actor, asimismo, en más de una docena de películas, siempre con cameos.