La escultura del busto de Flora, atribuida al genio renacentista Leonardo da Vinci (1452-1519), no es de su autoría, según un equipo de investigadores franceses que han usado la técnica de datación de carbono 14.
Lo más importante: la escultura en cuestión, conservada en el Museo Bode de Berlín, se realizó en el siglo XIX, es decir, casi 300 años después de la muerte de Da Vinci, según los resultados de los investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS), publicados en la revista especializada Scientific Reports
Este estudio del CNRS aclara uno de los enigmas que crearon polémica en el mundo del arte. Wilhelm von Bode, el entonces director de los museos de Berlín, había adquirido en 1909 la obra por una importante suma a un anticuario londinense.
A pesar de las objeciones de los expertos de la época, Von Bode criticó a quienes dudaron de la autenticidad de la obra que retrata a la diosa romana de las flores y las plantas. «Lo que se dice es una maquinación, una impostura», defendía en aquella época el conservador de arte. Precisamente el busto de Flora está expuesto en el Museo Bode berlinés, bautizado así en homenaje a Van Bode.
Otras obras de Da Vinci como el Salvator Mundi también se enfrentan a un cuestionamiento por parte de los expertos y se prestan al debate, llegando a sugerir que la verdadera autoría de los cuadros no se revela por intereses geopolíticos.
El peculiar material del que está hecho el busto, «blanco de ballena», una sustancia parecida a la cera presente en las cavidades craneanas de los cachalotes y otros cetáceos, ha obligado a los investigadores a ajustar un nuevo método calibrado de la prueba de carbono 14 «para permitir una datación precisa», según ha indicado el centro.
