El hallazgo sobre Mozart que habla del 'fenómeno fan' en torno al genio de Salzburgo
Un historiador dice haber descubierto un retrato del músico con solo diez años, lo que hablaría de la admiración que ya suscitaba Mozart entonces
Un historiador dice haber descubierto un retrato del músico con solo diez años, lo que hablaría de la admiración que ya suscitaba Mozart entonces
Los mitómanos suelen recurrir a objetos para llenar la ausencia de las estrellas de carne y hueso. Ese fetichismo tiene una larga historia y, en Viena, se ha presentado uno de los artículos más antiguos dedicados a un ídolo musical: una miniatura de 1766 de un Wolfgang Amadeus Mozart de diez años.
Eso es al menos lo que sostiene el belga Stefaan Missinne, miembro de la American Mozart Society, en su recién publicado libro Retrato de Mozart en una bombonera francesa (Editorial Hollitzer).
Retrato desconocido
Missinne afirma haber descubierto un retrato hasta ahora desconocido del compositor de La flauta mágica en una bombonera de metal -de apenas seis centímetros de diámetro- de papel maché y carey en color rojo, esmeralda y dorado.
El análisis de los materiales, el diseño y los patrones decorativos señalan que la bombonera es de origen francés y que el retrato en miniatura -de menos de tres centímetros de diámetro- está incrustado sobre su apertura superior.
En él aparece un niño con peluca blanca y una casaca roja, una prenda parecida a la que llevaba su padre en conciertos y similar a otras con las que Mozart apareció retratado también más tarde.
El objeto pudo haber sido encargado en París por una mujer que admiraba al niño prodigio y que quiso tener así un recuerdo, quizá de alguna actuación, y, según Missinne, se trata de uno de los artículos más antiguos de un fan de la música.
«No he encontrado ningún objeto más antiguo de un admirador en la historia de la música», asegura a Efe este experto, quien subraya que es también la miniatura más antigua dedicada a Mozart.
Un recuerdo del niño prodigio
La fecha de la creación del objeto coincide con la gira por varias capitales europeas, entre 1763 y 1766, que realizaron los Mozart y en la que Leopold, el padre, actuaba acompañado de sus dos hijos prodigio, Wolfgang Amadeus y su talentosa hermana, Maria Anna.
En el transcurso de ese viaje los Mozart tuvieron dos estancias de varios meses en París, donde ofrecieron conciertos en los que brilló el joven genio. Mozart tenía diez años cuando estuvo en 1766 en París.
«Se sabe que durante su gira Europea había gente que hacía grabados de él y había un mercado y demanda de objetos sobre aquel niño prodigio que tocaba ante reyes y reinas», explica el experto.
La pista definitiva que le llevó a relacionar el objeto con Mozart y la música es el patrón decorativo circular labrado alrededor del retrato, que es un atributo órfico relacionado con la música y que es un motivo recurrente en partituras.
Orfeo está vinculado en la mitología griega con la música y el canto y era capaz de fascinar y apaciguar a todo aquel que le escuchara.