Estados Unidos reconoce a "los valientes hijos de España" que murieron en la batalla de Brooklyn
Al menos 126 soldados españoles perdieron la vida en los barcos-mazmorra británicos tras haber luchado del lado de las colonias
Al menos 126 soldados españoles perdieron la vida en los barcos-mazmorra británicos tras haber luchado del lado de las colonias
Si el mundo está lleno de soldados desconocidos, entre los más desconocidos están los cientos de españoles que en 1776 se pusieron al lado de George Washington y los patriotas estadounidenses y dejaron su vida en la Batalla de Brooklyn, también conocida como de Long Island, una de las más cruentas de la Guerra de Independencia norteamericana.
Este miércoles se ha inaugurado una nueva placa en su nombre en el parque de Fort Greene, en una colina en el centro de Brooklyn donde tuvo lugar la contienda: allí, rodeada de robles, una placa se levanta en honor «de los valientes hijos de España que lucharon, sufrieron y murieron por la causa de la independencia americana».
Aquellos hombres fueron solo una pequeña parte del gran esfuerzo militar y económico con el que España apoyó a las trece colonias en su guerra con los británicos. Una ayuda sin duda interesada, impulsada por el juego de hegemonías entre dos de las principales potencias europeas de la época, pero también poco recogida por la historia. En el caso de Francia, por ejemplo, su apoyo a la causa estadounidense es mucho más recordada, y nombres como el de Lafayette comparten espacio en el imaginario colectivo norteamericano junto a los llamados Padres Fundadores.
Prisioneros de guerra
Estos soldados españoles, pues, habían sido enviados por la Corona a luchar contra su eterna enemiga británica, y la ayuda hispana sumó también armas, mantas, uniformes y hasta cajas con dinero para los ejércitos de Washington, quien salvó la vida gracias a que huyó de Brooklyn y no se dejó apresar por los ingleses.
No fue esa la suerte de Miguel Álvarez o Fermín Echeverría, dos nombres entre los cientos de españoles y miles de extranjeros de trece naciones que fueron hechos prisioneros tras la debacle de los independentistas americanos, y fueron recluidos por los británicos no ya en prisiones, sino en 16 barcos-mazmorras en la cercana Bahía de Wallabout, frente a Manhattan.
En aquellos barcos, se calcula que murieron 11.500 soldados por el hacinamiento, las enfermedades y el hambre; de ellos, hay documentados 126 nombres españoles, aunque pudieron ser muchos más, cuya participación en aquella batalla es desconocida en su país y también en Estados Unidos.
Tuvieron que pasar más de treinta años para que sus restos fueran rescatados de aquellas mazmorras flotantes y recibieran sepultura en el cementerio de lo que hoy es la Avenida Hudson, en Brooklyn.
La placa desvelada hoy en nombre de aquellos españoles es una reproducción de otra que fue inaugurada en 1976 por el entonces rey Juan Carlos I, y que con el paso de los años fue vandalizada en varias ocasiones; este miércoles, el Queen Sophia Institute (institución privada encargada de preservar el legado español en Estados Unidos) se ha encargado de devolver un poco de dignidad a todos aquellos soldados.