13 nuevos tesoros se unen al Mapa de las Lenguas
Esta nueva edición arrancará en febrero con Ana Iris Simón y trae a España lo más sugerente de la literatura latinoamericana
Un año más, desde que en 2015 se bosquejara este proyecto que en 2021 tomó forma de un catálogo más panhispánico y global, los sellos de Penguin Alfaguara y Literatura Random House despliegan su particular mapa del tesoro en una edición nueva de su Mapa de las Lenguas. En esta ocasión serán trece autores y trece novelas los que durante el 2022 surcarán el Atlántico a uno y otro lado del océano de manera simultánea. Como una historia de «ladrones», ladrones de historias, eso sí, al más puro estilo Robin Hood, las editoriales han presentado esta edición en una rueda de prensa interactiva con la presencia de los autores que pondrán nombre al nuevo catálogo literario, que estará protagonizado por dos españoles, Ana Iris Simón y Rodrigo Cortés, los uruguayos Fernando Butazzoni y Carolina Bello, los peruanos Rafael Dumett y Carlos Enrique Freyre, la mexicanas Sylvia Aguilar Zéleny y Laura Baeza, la chilena Constanza Gutiérrez, los argentinos Carla Maliandi y Carlos Gamerro y los colombianos Ricardo Silva Romero y Rubén Orozco.
La temporada editorial arrancará en febrero con Ana Iris Simón y su celebrada Feria. Publicada en España por Círculo de Tiza, esta novela sobre las raíces, la familia y el amor que ha vendido en su primer año 40.000 ejemplares, es una mirada atrás y una reivindicación de dos tipos de vida, el de la feria ambulante y el arraigo a la tierra de los campesinos en un momento en que, a causa de la globalización, van perdiendo su lugar. Definida por Simón como «una serie de crónicas costumbristas», la escritora, nieta de feriantes y agricultores, es la primera en «delatarse», «lo que hacemos los escritores es robar al mundo y yo lo que he hecho en mi novela es robar a mi propia familia».
Y si Ana Iris Simón le roba a su familia, el escritor uruguayo Fernando Butazzoni toma prestado su relato de la Historia en Las cenizas del Cóndor en un thriller rigurosamente fiel a los hechos, convertido ya en un clásico en toda América Latina, que se publicará en marzo y que cuenta la historia real del Plan Cóndor. «Mi novela empezó siendo una investigación periodística a partir de un hecho fortuito —recuerda el escritor al que le llevó 6 o 7 años de investigación escribir esta novela—. Un muchacho me trajo un casete sobre un episodio puntual vinculado con los años de la dictadura. Lo que fue apareciendo es una historia que realmente era extraordinaria, tanto que me costó dos o tres años chequear que fuera real. A partir de ahí empecé a unir piezas de ese rompecabezas y escribí una historia en la que se cuenta este proyecto económico político que fue el Plan Cóndor, cuya característica principal es que no tenía fronteras».
Exploradores y ladrones
En abril, volveremos a España con Los años extraordinarios de Rodrigo Cortés. El también director de cine nos sorprende con un recorrido «valleinclanesco» por la historia del siglo XX de la mano de su particular personaje Jaime Fanjul. «De algún modo la novela es como las memorias de un explorador que recorre el mundo entero y vuelve sin haber encontrado nada. Para mi gran sorpresa se convirtió en un inesperadísimo éxito y de algún modo este personaje que no hace un particular esfuerzo por acariciar a nadie, por gustar, se ha encontrado con una legión de lectores que lo ha adoptado y acogido», describe Cortés que reconoce que con el tiempo se ha dado cuenta de que su obra es además «una reivindicación de la libertad creadora y de la imaginación».
Junto a él, abril nos sorprende por partida doble con la publicación de El espía del Inca de Rafael Dumett, una novela histórica que recrea con sólida documentación y con las licencias de la ficción novelística el infructuoso rescate del Inca Atahualpa en 1532. Se trata esta de una de las propuestas más seductoras del catálogo. Un viaje sobre este particular Mapa de las Lenguas, que es también un viaje a través de la Historia y del mundo editorial. Terminada en 2010, aunque en 2012 fue publicada en la web, no fue hasta 2018 que el escritor limeño consiguió que la editaran. «Rompió con el concepto de lo que pensamos que los lectores son capaces de digerir en Perú», analiza el propio Dumett. «Mi novela es una novela compleja de 200 personajes, recrea el lenguaje español del siglo XVI y tiene casi mil páginas, una novela con esas características es difícil de publicar hasta que en 2018 y contra todas las expectativas tuvo un sorprendente éxito», celebra.
La parte más personal de este catálogo la pondrá Silvia Aguilar Zéleny con El libro de Aisha que se publicará en mayo. «Me quedo con las palabras de Ana Iris sobre robar a mi propia familia. En mi caso, a mí me robaron a mi familia», comparte la autora mexicana al rememorar cómo su hermana, doctorada en economía y quince años mayor que ella, se convirtió al islam y desapareció por casi diez años. «Al robarme a mi hermana, me robaron también muchísimas posibilidades de entender qué significaban las políticas de los afectos», reflexiona esta escritora que define su libro como un libro híbrido, «un ejercicio que va entre la autobiografía, la especulación y la autoficción y sobre todo una apuesta para poner sobre la mesa un diálogo sobre la violencia de género y la política de los afectos».
Una paleta de males contemporáneos
Junto a ella, una propuesta «divertida». El mes de las flores nos redescubrirá a la chilena Constanza Gutiérrez y su Pelusa baby, un volumen de cuentos que constituyen sátiras agudas sobre el mundo contemporáneo. «Son cuentos divertidos sobre relaciones en internet, el oficio de escribir y trabajar aparte, tratar de comer y escribir, sobre viajes en bus, sobre la vida ahora», define ella misma.
Los meses estivales llegarán también con más propuestas. Así junio será el mes de La estirpe, de la argentina Carla Maliandi que se aventura a variar sobre el motivo kafkiano de la metamorfosis, que aquí existe como punto de llegada. «Esta historia está concebida como una forma, la forma de un conflicto alrededor del cual nacen los personajes, definen su espacio y cada uno lo defiende con el arma que le toca. El arma de la novela es el habla, pero esta forma particular además de congregar a los caracteres es parte de la historia de mi país. En la base de nuestra idea de nación hay una contradicción muy profunda y persistente que esta novela intenta representar en las relaciones del ámbito personal: la ocupación del espacio, la imposición del lenguaje, de la indumentaria, las leyes, los roles e incluso las aspiraciones», cuenta Maliandi.
Por su parte, la Niebla ardiente, de una novel Laura Baeza, cubrirá el mes de julio con una historia de violencia, pérdida y duelo, pero sobre todo de culpa y de la necesidad de pedir perdón. «La novela —cuenta la mexicana— aborda los feminicidios de la violencia sistemática contra las mujeres aquí en México, la memoria y la esquizofrenia. Es una recreación de todas esas situaciones que nos quiebran las piernas y nos hacen pensar qué va a ser de nosotros».
Y de la niebla de Baeza a la escritura de Carolina Bello que en El resto del mundo rima nos sorprende con una cartografía de sensaciones entre lo vivo y lo muerto, lo visible y lo invisible. «Versa sobre dos personajes que se encuentran en el Uruguay del 2003, con los coletazos de la crisis financiera y social. Es además una novela de encierro contextual y escenográfico, pero también de encierros propios, una novela que habla de desarraigo y de personajes que están rotos», señala Bello al tiempo que concede que, como buena ladrona narrativa, también «ha pretendido ser un homenaje a la literatura, porque no solo de la realidad eché mano sino de esas cosas que estaban ya escritas en el universo literario».
Distintas visiones de lo humano
Ya avanzando hacia el otoño, el colombiano Ricardo Silva Romero nos invitará a pasear en septiembre por su particular Zoológico humano, una novela «sobre las tiranías» y sobre el paso de la especie humana por la tierra que narra ocho historias de ocho personajes muy diferentes de distintas épocas. Silva Romero toma prestada la frase de un lector para resumirlo: «una novela sobre la muerte que produce ganas de vivir».
Y ya que tenemos un mapa, Carlos Gamero nos propondrá en octubre un viaje por la geografía e historia del continente americano y sus relaciones con la cultura europea en La jaula de los onas. Basada en una historia que conoció el escritor argentino cuando tenía 20 años, en ella nos narra la aventura de Kalaparte, un indígena ona secuestrado junto a su familia y exhibido en la Exposición Universal de París en 1889, además de en Londres y en Bélgica, que, tras años de peregrinaciones por Europa, trata de regresar a su Tierra de Fuego natal. «A través de la historia de estos desplazamientos forzados, de estos once indígenas, cuento un poco este encuentro de culturas, las relaciones entre América y Europa y entre sus distintos lenguajes literarios», comparte.
Otro viaje muy distinto, por carretera y en un mundo onírico, es el que nos ofrecerá en noviembre, el escritor colombiano Rubén Orozco con Absolutamente todo, un recorrido por tierra y aire que reflexiona sobre la paternidad, la creación, el tiempo y la mortalidad. «El libro es una novela de carreteras –cuenta su autor-, una crónica familiar, la historia soñada de un viaje realizado por el narrador y su familia durante un fin de semana festivo a un valle misterioso donde piensan tomar un globo».
Y de Colombia a Perú. El miedo del lobo de Carlos Enrique Freire será el encargado de cerrar en diciembre el catálogo de este singular Mapa de las Lenguas con una historia real y sobrecogedora sobre el horror de la guerra interna peruana narrada desde la mirada de un niño. «Hay dos palabras que yo creo que reflejan esta novela: brutalidad y resistencia», define el escritor. Basada en la historia de un joven, asistente de dos terroristas peruanos, el Camarada Feliciano y el Camarada José, reproduce la violencia a la que fue sometida el país. «Posiblemente son los mayores genocidas en la historia de Perú –interviene Freire-, hay miles de muertos ejecutados por ellos, así que tener un testimonio en primera mano me pareció interesante. Se había pasado dos años de su vida con ellos, intentando sobrevivir». El miedo del lobo es también la gesta de la resistencia de este joven por salir de esa situación de esclavitud y de miedo.