Nicole Kidman como Lucille Ball y otras transformaciones de actores deslumbrantes
Ya sea con maquillaje o con manierismos, estos intérpretes dejaron atrás quiénes son de tal manera que, en la mayoría de los casos, es casi imposible reconocerlos
El trabajo de un actor es venderle a su audiencia que es otra persona. A veces solo basta con verse como ellos mismos, otras veces, el maquillaje, los efectos e incluso el tono de la actuación los alejan tanto de quienes son que cuesta reconocerlos.
Nicole Kidman es de esas actrices que disfruta con transformarse (ya hablamos de su afición por las pelucas aquí) y lo vuelve hacer en la nueva película de Aaron Sorkin, Being the Ricardos, sobre Lucille Ball y Desi Arnaz.
Aunque aún falta para su estreno, hace poco se estrenó el primer trailer que muestra a una Kidman casi perturbadora por su mezcla entre ella misma y Ball (a quien no se parece nada). Las críticas no faltaron, pero lo cierto es que la transformación merece ser comentada…
Pero ella no es la única que se deja la piel (o se la cubre) por un rol. Y aquí te dejamos a otros 10 actores que se han transformado de tal manera para un papel que es difícil hasta reconocerlos.
Ralph Fiennes como Voldemort
Hasta la cuarta película de Harry Potter «el que no debe ser nombrado» era solo una mención aterrorizada de los personajes. Eso cambió en El caliz de fuego. Tras una treta elaborada, Voldemort vuelve a la vida… y de qué manera. La saga sobre el joven mago es famosa por un reparto lleno de pesos pesados británicos y Ralph Fiennes no podía faltar. Su Voldemort es casi etéreo, translúcido y terrorífico. Como en los libros, su rostro recuerda más al de una serpiente que al de una persona. Lo mismo hace su voz, un sílbido susurrante que pone los pelos de punta. Mucho era maquillaje, pero la nariz inexistente fue magia de los efectos especiales… que debían borrar la del actor cada vez que aparecía en una toma. Fiennes se sumerge en la maldad de Voldemort de tal manera, que la primera vez que se le ve es difícil saber que es él.
Charlize Theron como Aileen Wournos
El papel que le ganó el Óscar a esta sudáfricana fue el de una persona real, una prostituta abusada desde la infancia que fue condenada a muerte por asesinar a siete hombres (que sostuvo, siempre, intentaron violarla). La ex modelo y bailarina, debía convertirse en esta mujer de vida dura (abusada física y sexualmente por su familia, prostituta desde la adolescencia, madre a los 14 años) y para ello optó por el maquillaje, pero también por algo más real… quería hacer justicia al sufrimiento de su personaje en Monster. Theron cambió la apariencia de su cuerpo, pero lo más impresionante era su rostro: demacrado, marcado por daño solar (eran varias capas finas de tinta de tatuaje temporal) y el descuido, con dientes al borde de pudrirse y un pelo quebradizo y grasiento. Theron es irreconocible para quien no sepa que es ella.
Jared Leto como Paolo Gucci
La casa Gucci se estrena el 26 de noviembre en España, pero es posible que la mayoría ya haya visto a Jared Leto como su personaje… aunque tal vez ni se hayan dado cuenta. El actor (aficionado a sumergirse de lleno en sus papeles) interpreta al que fuese vicepresidente y diseñador de Gucci en los ochenta con una capa de maquillaje que cambia su rostro de tal manera que es posible que ni él se pudiese reconocer en el espejo. Leto debía sentarse durante seis horas en la silla de maquillaje para lograr parecerse a Paolo, pero ha afirmado que valió la pena. Habrá que ver si es cierto. Ser otro no solo se trata de cambiar de apariencia.
Johnny Depp como Whitey Bulger
El famoso mafioso bostoniano tiene poco o nada que ver con Johnny Depp. Rubio, irlandés y mucho mayor, parecía una locura (se confirmó con el estreno de Estrictamente criminal) que el actor hubiese sido elegido para interpretarlo (también lo fue cuando lo hizo Jack Nicholson en Infiltrados…pero eso es otro tema). Sin embargo, Depp se entregó a sus lentes de contacto, su calva canosa y una acento de Boston lamentable, sin mirar atrás. El proceso era arduo (por ejemplo, cada pelo se ponía individualmente) y tomaba demasiadas horas… solo para que casi nadia (o nadie) se creyera que este ser de rostro paralizado era el psicopático mafioso.
Nicole Kidman como Virginia Woolf
La actriz, como ya hemos dicho, está siempre dispuesta a transformarse por su arte. En el caso de Las horas, Kidman interpretaba a la famosa escritora Virginia Woolf y, como pasa con Lucille Ball, no tenía ningún parecido con ella. Pero (y es solo una teoría ya que la película de Sorkin no se ha estrenado aún) en Las horas el cambio de la actriz no es solo convincente, sino sorprendente. La australiana proyecta la vulnerabilidad, carácter y complejidad, de Woolf… y lo hace todo con un maquillaje que cambia su rostro. Y sí, Kidman aún se nota en el fondo, pero es tal su compromiso (se ganó un Óscar a Mejor Actriz) que se olvida pronto.
John Hurt como John Merrick
El hombre elefante es de esas películas que cuesta ver y a la que no te planteas volver, nunca más. Y no se trata de calidad, de hecho es el hecho de que relate tan bien esta tristísima historia de un hombre con una deformidad facial explotado como un espectáculo de circo en la Inglaterra victoriana lo que hace que sea difícil de aguantar. Dirigido por David Lynch, este drama basado en una historia real tiene a un John Hurt irreconocible como protagonista. Es su transformación la que nos convence de su sensación de otredad y la que lo hace mucho más humano que los monstruos que lo explotan y torturan.
Cameron Diaz como Lotte Schwartz
Cómo ser John Malkovich fue la primera película en hacer de Charlie Kaufman un nombre conocido (Human Nature no lo había logrado del todo). Fue también una de las primeras veces que su descabellada, imaginativa y altamente humana visión llegó a un público extenso. En esta película hay una oficina en el piso 7 y medio, hay un túnel que lleva a la consciencia de John Malkovich y hay una secta de la tercera edad que vive infinitamente en la cabeza de otros… ¡ah! Y también está el hecho de que Cameron Díaz desaparece en un rol que la borra de la pantalla, solo para luego traerla de vuelta. Es una de las mejores actuaciones de la actriz y es fácil apostar que mucha gente que vio la película no se percató de que era ella. Con un pelo alborotado y de un color marrón apagado, ropa anodina y una forma de ser que la hace olvidable, su personaje (la esposa del protagonista) es de los más interesantes de la película… y eso es decir mucho.
Tom Cruise como Les Grossman
Ha hecho pocas comedias, pero cuando las hace destaca. Puede que sea su energía maníaca o su dedicación intensa, pero Tom Cruise tiende a resaltar en pantalla incluso cuando aparece en forma de cameo. Y eso es lo que pasa en Tropic Thunder ¡una guerra muy perra!, la comedia de Ben Stiller en que interpreta a un agente de cine básicamente psicopático. Es casi imposible reconocerlo si no se sabe que es él: calvo, con más peso y otra voz, Cruise desaparece su carisma en este hombre profano, manipulativo y ególatra. Y con ello le dio un giro a su carrera… todo tras su escándalo en el sofá de Oprah.
Tilda Swinton como Josef Klemperer
Esta si es de esas ocasiones en que si nadie te lo dice, no tendrías la más mínima idea. La actriz no solo interpreta a la profesora de ballet, en la escuela más perturbadora del mundo, en el remake de Suspiria, sino que interpreta secretamente al psiquiatra de 82 años. El maquillaje llevó cuatro horas y Swinton, siendo su extravagante ser, pidió que también incluyese un pene y testículos. Swinton ha confesado que elegir hacer este papel fue por pura diversión. Lo cierto es que es de esos casos en que un actor desaparece de tal manera que es casi increíble.
Todo el reparto de Cloud Atlas
La expansiva fábula de las hermanas Wachowski, basada en la novela de ciencia ficción del mismo nombre que cuenta una historia que se desarrolla en seis eras de tiempo con personajes que vuelven a encontrarse. Tom Hanks, Halle Berry, Jim Sturgees, Hugh Grant y Hugo Weaving aparecen, como diferentes versiones de sí mismos, en las seis historias entrelazadas que van desde 1849 a 2321 (otros muchos actores aparecen en más de una). Sus transformaciones son sorprendentes, por decir lo menos… y van desde cambios de raza, género y especie. La película, como mucho de lo que hacen las Wachowski, es un melodrama amplio e intenso. Las críticas fueron muchas, pero ver este nivel de compromiso y de complejidad merece la pena.