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Cultura

Alfonso XIII y su vínculo con el porno, a escena

En ‘Alfonso el Africano’, la compañía Club Caníbal recrea en clave de comedia la producción de películas pornográficas que llevó a cabo el monarca

Alfonso XIII y su vínculo con el porno, a escena

Luz Soria

En 2014 nace la compañía Club Caníbal con un proyecto ambicioso: crear una trilogía de obras de teatro cuya trama estuviese inspirada en un hecho de la historia española reciente. A lo largo de las últimos temporadas se cinceló Crónicas ibéricas, la saga comprendida por Desde aquí veo sucia la plaza, Herederos del ocaso y Todo esto algún día será tuyo. La trilogía completa se presentó este año en el Teatro Español, una labor titánica que supone para cualquier intérprete y realizador un inmenso esfuerzo físico e interpretativo. En la primera se retrata el tradicional lanzamiento de una cabra que se celebraba en algunos pueblos hasta hace algunos años; en la segunda, el fraude de la selección española de baloncesto con atletas que no padecían discapacidad; en la tercera, la génesis del imperio de El Corte Inglés. Con Alfonso el Africano Club Caníbal logra consolidar una tetralogía que indaga con espíritu mordaz en la identidad española y, en particular, en el poder. 

Alfonso el Africano se sumerge en un capítulo oscuro de la monarquía: la afición del rey Alfonso XIII (1886-1941) por las películas pornográficas que él mismo ideaba y a las que destinaba tiempo y recursos mientras fuera del palacio una gran ebullición social dirimía el destino del país que se acercaba a la proclamación de la II República.

Primo de Rivera, María Cristina —madre de Alfonso XIII—, Victoria Eugenia de Battenberg —esposa del monarca— o el conde de Romanones,son algunos de los personajes históricos que comprenden esta sátira sobre el poder. Pero también están otros personajes secundarios de la historia: las prostitutas de Barcelona, por ejemplo, que participaban de estas películas, e incluso, un elefante (Alfonso XIII, amante la caza, merece su mote de El Africano por su participación en la guerra del Rif).

Foto: Luz Soria | Cedida por el Centro Dramático Nacional.

Chiqui Carabante, Font García, Vito Sanz y Juan Vinuesa son los responsables de este texto depurado que surge de improvisaciones, con dramaturgia y dirección de Carabante. Desde que el espectador desciende por las escaleras que lo conducen a la sala María Guerrero ingresa en un universo delirante. La decoración del foyer, con hilos dorados, sumerge al público de inmediato en una dimensión diferente y a la vez íntima, mérito del trabajo escenográfico de Walter Arias. Incluso se puede espiar a través de una mirilla –que recrea el estilo peep show– a un personaje sensual y grotesco que se presta a salir a escena.

El espectador se encuentra próximo a la acción, que no transcurre sobre un escenario tradicional, en una superficie elevada, sino que se celebra a su mismo nivel, en una sala que ha sido acondicionada como si fuese un palacio con una gran alfombra, con sillones de diversos diseños tapices y también con lámparas de cristal. 

Foto: Luz Soria | Cedida por el Centro Dramático Nacional.

Font García interpreta a Alfonso XIII (también llamado Bubi en la intimidad), abuelo de Juan Carlos I, y se luce en un trabajo de composición notable, con dobleces, con la crueldad que un niño con poder puede ejercer, ciego y sordo a los consejos de sus asesores. Vito Sanz y Juanfra Juárez componen a múltiples personajes con puro vértigo y gran precisión en este espectáculo dotado de un ritmo que nunca brinda respiro a sus actores. 

«Para hacernos los payasos, nos ponemos muy sesudos»

Chiqui Carabante

«Alfonso XIII nos da una distancia para hablar de nuestra actualidad. Hay cierto paralelismo entre la realidad de comienzos del siglo XX y la de inicios del siglo XXI», expresaba Carabante en la rueda de prensa. Aunque la propuesta sea el humor, hay una seriedad y un gran cuidado por el lenguaje: «Para hacernos los payasos, nos ponemos muy sesudos», destaca la labor de documentación que han realizado, en materia histórica y estética. 

Foto: Luz Soria | Cedida por el Centro Dramático Nacional.

Las obras de Club Caníbal se caracterizan, además por transmitir una mirada irreverente de la sociedad, por la variedad de personajes que interpretan sus actores, por el humor en sus múltiples aristas (circense, gag, esperpéntico, el tradicional chiste, etc.), así como también por la música en vivo –con temas de originales, otros versionados y también con la realización de efectos sonoros– que Pablo Peña, ejecuta con virtuosismo con diversos instrumentos musicales y otros ideados como lutier

Club Caníbal nos acerca a una tradición que combina la farsa de Valle-Inclán, el histrionismo de Gila y la sátira de Luis García Berlanga. A ellas les imprime una voz propia y una identidad nítida que brinda una de las propuestas más inteligentes y originales de la escena española actual, un estilo donde reinan con justicia.

Alfonso el Africano · Centro Dramático Nacional · Teatro María Guerrero · Sala de la Princesa (C/ Tamayo y Baus, 4) · Del 17 de noviembre al 26 de diciembre, de martes a domingo, a las 18h.

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