80 años del ataque a Pearl Harbor: el Día de la Infamia que cambió la Segunda Guerra Mundial
El ataque japonés sobre la base naval estadounidense situada en la isla hawaiana de Oahu provocó la entrada de Estados Unidos en el conflicto
El ataque japonés sobre la base naval estadounidense situada en la isla hawaiana de Oahu provocó la entrada de Estados Unidos en el conflicto
Este 7 de diciembre se cumplen 80 años de uno de los acontecimientos más trascendentales de la Segunda Guerra Mundial: el ataque japonés a la base naval estadounidense de Pearl Harbor. En idéntica fecha a la de hoy, pero de 1941, tuvo lugar el suceso que acabó provocando, de inmediato, la declaración de guerra de Estados Unidos a las potencias del Eje.
Para que los efectivos estadounidenses se sumasen a los aliados en la lucha contra Alemania e Italia (se les declaró la guerra el 11 de diciembre) y, sobre todo, iniciasen la campaña del Pacífico contra Japón (8 de diciembre), tuvo que producirse un ataque que pilló totalmente desprevenidos a los yankees.
A partir de las 07:48 de la mañana del 7 de diciembre, se desencadenó una ofensiva inesperada a la par que atroz de los japoneses sobre la isla hawaiana de Oahu. Allí se encontraba Pearl Harbor, totalmente avasallada por los misiles y la artillería de la aviación de guerra nipona en dos oleadas protagonizadas por hasta 353 cazas y bombarderos.
Cuatro de los ocho acorazados de los que disponía Estados Unidos fueron hundidos, mientras que el resto acabaron dañados. Tres cruceros de guerra, tres destructores y un navío de entrenamiento también fueron objeto de las hostilidades. Además, 188 aviones estadounidenses quedaron destruidos, con 159 dañados.
Lo ocurrido aquella jornada en Pearl Harbor fue una auténtica masacre para Estados Unidos, que perdió en combate a 2.403 de sus hombres entonces y tampoco pudo contar más con otros tantos heridos (1.178). El parte de bajas japonés fue mucho menos notable: 64 muertes y 29 cazas inutilizados.
Ante tamaño «día de la infamia» (así lo bautizó el presidente estadounidense del momento, Franklin D. Roosevelt), Estados Unidos no tuvo más remedio que decidirse a entrar en la Segunda Guerra Mundial. Con lo que ese paso supondría para el devenir final del conflicto, sin que nunca llegase a aclararse si la declaración de guerra de Japón no llegó a tiempo (lo hizo un día tarde) por un error técnico o por pura y dura premeditación.