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La eterna juventud de 'La bohème', en el Teatro Real y en Netflix

‘Tick, tick… Boom!’, película de Lin-Manuel Miranda, narra cómo Jonathan Larson creó ‘Rent’, el musical inspirado en ‘La bohème’

La eterna juventud de ‘La bohème’, en el Teatro Real y en Netflix

Javier del Real | Teatro Real

En ese preciso instante en el que la juventud se evapora, en el último haz de luz antes de ingresar en la vida adulta, allí se encuentra La bohème. Esta ópera, la preferida del rock y de los musicales, nunca ha perdido su vigencia, pero hoy cobra particular protagonismo. Tick, tick… Boom!, recientemente estrenada en Netflix, es la biopic de Jonathan Larson, el autor que se inspiró en esta ópera para crear Rent (1996), un musical clave que le hablaba a los jóvenes de su tiempo, «la generación MTV», aterrorizados por un extraño virus que se cobraba vidas a diario. 

«Así como La Gioconda es un icono de la pintura, La bohème es un icono de la ópera», decía en la presentación a la prensa el italiano Nicola Luisotti, el director musical de este espectáculo que se presenta en el Teatro Real, con dirección general del británico de Richard Jones. La ópera de Giacomo Puccini se puede disfrutar en Madrid hasta el 4 de enero en una coproducción del Teatro Real con la Royal Opera House de Londres y la Lyric Opera de Chicago. 

La historia de este mito comienza con Escenas de la vida bohemia, de Henri Mürger, un folletín que se publicó en El Corsario, entre 1847 y 1849, donde se narra la vida de un grupo de jóvenes amigos, artistas e intelectuales, en el barrio Latino, de París. «La bohemia, objeto de este libro, no es una raza nacida hoy, sino que ha existido en todos tiempos y en todas partes, y puede reivindicar ilustres orígenes», comienza Mürger en el prefacio a defender este modo de vida que implica alegría y libertad, pero también la lucha por conquistar un objetivo creativo sin abandonar la identidad y los deseos. El autor lamenta que se confunda a los bohemios con una calaña de seres viciosos que hacen de la picaresca su modo de vida: «[No son] vagos cuya principal industria consiste precisamente en no tener ninguna, hallándose siempre dispuestos a hacerlo todo, menos el bien». ¿Quiénes son, entonces, los bohemios? Mürger es concreto y los define: «Gran familia de los artistas pobres, fatalmente condenados a la ley de lo incógnito, puesto que no saben o no pueden hallar la más ínfima publicidad para atestiguar su existencia en el arte, y probar con lo que son lo que podrían llegar a ser mañana». 

Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, Ignacio García-Belenguer, director general del Teatro Real, soprano Ermonela Jaho (Mimi), tenor Michael Fabiano (Rodolfo).Richard Jones (director de escena), Nicola Luisotti (director musical). | Foto: Javier del Real | Teatro Real.

Tempus fugit, se aproxima el fin de la juventud, y además la tuberculosis es un monstruo que ronda al propio Mürger, quien muere de esta enfermedad, a sus personajes, y también perturba a las criaturas en La bohème. Estas limitaciones económicas, el hambre y el frío (la ópera tiene una de las arias más famosas, «Che gélida manina», que se inmortalizó en la voz de Luciano Pavarotti). Rodolfo, Mimi, Musetta y Marcelo son los cuatro amigos de esta historia coral, la ópera que se estrenó en 1896, y que fue denostada por la crítica. Sin embargo, el público no coincidió con los autores de las reseñas, y adora esta historia y su mensaje hasta el día de hoy. 

Michael Fabiano (Rodolfo), Ermonela Jaho (Mimì) en ‘La bohème’ del Teatro Real. | Foto: Javier del Real | Teatro Real.

Nuevas generaciones van abrazando a estos jóvenes y a sus luchas cotidianas. Rent acaba de cumplir 25 años. Este musical retrata la vida de unos amigos en Nueva York que luchan por abrirse camino en el arte, el desconcierto ante el VIH, el descontrol de la heroína y de otras drogas, e incluye, sin estereotipos ni burlas, a un personaje trans. Rent se estrenó exactamente un siglo después de La bohème y fue un éxito inmediato. Su creador, Jonathan Larson, no pudo asistir a su estreno. Moría horas antes de la primera función, a los 35 años, víctima de una enfermedad rara, Síndrome de Marfan. Algunos meses después, el elenco de esta obra se presentaba en la gala de los premios Tony y cantaban «Seasons of Love», la más famosa de la obra, y «La Vie Bohème». La hermana de Larson subía a recibir el premio al mejor musical, uno de los cuatro galardones que obtuvo, además del Pulitzer a la mejor obra del año. Larson mantiene en Rent el espíritu de Mürger y de Puccini. La pasión entre Rodolfo y Mimi se traslada en la versión de Broadway a los personajes de Roger y Mimi y la escena de la vela, donde ella golpea la puerta de este artista, su vecino, para pedirle lumbre, es conservada y reinterpretada. «Es una obra de época, ambientada a fines de los años 80 y principios de los 90, con reflexiones sobre el amor en cualquiera de sus formas, sobre el valor o no que se le puede dar a la vida cuando se palpa el ocaso, y la desesperación de aquel sensible, bohemio, que está en el fondo y es allí donde decide si se queda o se desangra en las paredes para subir», escribió Pablo Gorlero, director teatral, crítico y experto en musicales (Historia del teatro musical).

Lin-Manuel Miranda es uno de los jóvenes espectadores que se enamoraron de Rent poco después de su estreno. Con su musical basado en la biografía de uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos, Hamilton, se produjo un camino similar al de Rent: primero su salto del off-Broadway a Broadway y luego los premios y el prestigio. Miranda, de padres portorriqueños, también es el creador de In the Heights, un musical que llevó al cine, donde retrata la vida del barrio de su infancia. Como Larson, también ganador del Pulitzer, compositor, actor y director, Miranda le rinde un homenaje al creador de Rent en Tick, tick… Boom! (Netflix). El logro de Miranda es el de mantener la esencia no solo de Rent, sino de la historia del propio Mürger.

Imagen vía Netflix.

Al inicio de la película, casi como una declaración de principios, Larson celebra una fiesta en su casa junto a sus amigos. A cappella, solo con la percusión de cucharas o con algunas palmas, el personaje del autor, interpretado por Andrew Garfield, canta: «Esta es la vida, esta es la vida / Bohemia / La ducha está en la cocina, podría haber jabón. / Hay platos por lavar, lávate los dientes si puedes». Miranda además utiliza la azotea neoyorquina del piso de Larson para evocar las buhardillas parisinas que aparecen en la novela y en la ópera. 

«Obstinados soñadores, para quienes el arte es más bien una fe que un oficio; hombres entusiastas, convencidos, a quienes basta la vista de una obra maestra para causarles la fiebre, y cuyo leal corazón late con violencia ante todo lo bello», calificó Mürger a sus personajes. La bohème es una obra sobre la amistad y la solidaridad. Hay más allá de su trama una especie de eco y de espejo que llega a otros creadores que mantienen encendida esa llama, una vela que alumbra el camino a nuevas generaciones de creadores y espectadores y mantiene a estos bohemios eternamente jóvenes. 

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