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'Motomami': la consolidación de Rosalía como una estrella de fama mundial

El último álbum de la artista catalana se presenta como un contundente cambio de rumbo en su carrera

‘Motomami’: la consolidación de Rosalía como una estrella de fama mundial

Rosalía en el videoclip de 'Hentai' | Youtube

El fenómeno Rosalía hace tiempo que traspasó nuestras fronteras para crecer en La tierra de las oportunidades, epicentro cultural de un mundo globalizado. El mal querer (2018), además de hacer historia en los Grammy, alcanzando un inédito hito para la música en español (primera persona en la historia en estar nominada al Grammy al Mejor Nuevo Artista con un álbum debut en español), ha demostrado ser sólo un augurio de lo que puede ser una carrera cuyo techo se encuentra aún por descubrir.

Aquel álbum en el que desmenuzaba en 11 canciones-capítulos las consecuencias de un amor tóxico, logró que géneros tan castizos y particulares como el flamenco o la copla suscitaran un gran interés en oídos ajenos a nuestro idioma y nuestra cultura.

La crítica mundial se fijó en una artista cuyo talento no se quedaba únicamente en una preciosa voz, Rosalía había sido capaz de transformar y actualizar la emoción y el sentimiento de la música popular española, de tal manera que su esencia fuera exportable a diferentes culturas y generaciones.

A partir de entonces, la industria musical supo ver en la catalana un filón para acompasar la nueva tendencia del auge de lo latino en Estados Unidos y, por consiguiente, en el resto del mundo. El éxito de Rosalía aparece casi al mismo tiempo que otros referentes de la música en español, esta vez desde el otro lado del charco, como Bad Bunny, J Balvin u Ozuna (todos ellos han colaborado al menos una vez con la cantante de Malamente).

Muchos puristas del flamenco que fueron muy críticos con la fusión que proponía Rosalía en El mal querer afianzaron su opinión al ver cómo el éxito alcanzado se materializaba en colaboraciones con artistas de fama mundial y un acercamiento al pop o géneros más mainstream como el trap o el reguetón.

Sin embargo, la catalana siempre ha ido a lo suyo y, a pesar de saber camuflarse dentro de la industria y firmar con Columbia (la pata estadounidense de Sony), también ha mantenido la libertad de elegir lo que ha querido hacer. Tras el éxito de El mal querer (un Grammy Internacional y ocho Grammy latinos), Rosalía se atrevió con el catalán en Millònaria, mostrando otro nuevo registro en su inagotable catálogo.

Motomami y el mal desear

La historia universal de amor tormentoso y profundamente pasional de su anterior trabajo, contrasta con la aparente superficialidad fastuosa y desafiante de Motomami, un álbum bastante más experimental y cuya expectación generalizada espera encumbrar o dilapidar el éxito o el fracaso de lo que parece ser un contundente cambio de rumbo en su carrera.

https://twitter.com/robertcma/status/1501558909726830594?s=20&t=0KbSMZ5dXZp3C16d6CX0Lw

«El mal desear» es como se ha presentado el nuevo disco en algunos paneles del metro y, precisamente, hace referencia a este proceso que ha experimentado la catalana en cuatro años en los que su presencia y popularidad han subido como la espuma hasta llevarla a lo más alto. No en vano, la primera canción que se conoce de este álbum, La Fama, se refiere a los peligros y perjuicios que supone conquistar la cresta de la ola.

Motomami no es una ruptura absoluta con el flamenco y la prueba es Bulerías, que recuerda a sus primeras canciones. Sin embargo, también reivindica su derecho a reinventarse, contradecirse y transformarse con Saoko, un reguetón agresivo y potente con referencias al jazz. «Al final, mi carrera va a ser una carta de amor a los estilos de música que quiero», reconoció en una entrevista en El País.

El último avance antes del lanzamiento oficial del álbum ha sido la publicación de Hentai, probablemente la canción más polémica del disco. El videoclip, al igual que la canción, mezcla la dulzura del ritmo y la voz de una balada cantada delicadamente por Rosalía, con la sensualidad de la letra y su cuerpo contoneándose en entre las sábanas de una cama deshecha y un toro mecánico.

La internacionalización del fenómeno Rosalía

Motomami certifica la falta de límites generacionales y culturales para contener el fenómeno Rosalía. Ahora mismo, todo el mundo quiere colaborar con ella: Dua Lipa, Camila Cabello, Katy Perry o Madonna, son sólo algunas de las voces que han expresado su deseo de compartir estudio con la artista catalana.

Su popularidad en Estados Unidos le ha llevado a conquistar el mundo del Late Night, convirtiéndose en la primera mujer que interpreta dos canciones completamente en español en las 47 temporadas de Saturday Night Live. Además, si se tiene en cuenta su aparición en 2021 a dúo con Bad Bunny, se trata de la artista que más canciones en español ha interpretado en el exitoso programa de la NBC.

Antes de su aparición en Saturday Night Live, Rosalía también se pasó por The Tonight Show Starring Jimmy Fallon para promocionar Motomami y contar, entre otras cosas, anécdotas como el mensaje que le envió Harry Styles a su antiguo número de teléfono. Una prueba más de que la catalana se encuentra totalmente mimetizada con la flor y nata del glamuroso ambiente celebrity del país norteamericano.

Otra demostración del proceso de internacionalización de la artista catalana se puede observar en algunas referencias de sus últimas canciones. En Chicken Teriyaki, otro de los temas incluidos en el último disco, se escuchan alusiones a su vida en Nueva York, una ciudad que ha acogido con mucho gusto a aquella chica criada en Sant Esteve Sesrovires.

La prueba definitiva de que Rosalía ya no es un producto exclusivo de aquella abstracta expresión conocida como Marca España son las condiciones en las que Motomami dará a luz. Un concierto en directo emitido en TikTok a las 7:00 pm EST (12:00 am hora española) para presentar los 14 temas del álbum en un espectáculo en el que, según Sony, cada canción tendrá un visual y una sensación única.

La aparición de Motomami aspira a ser un antes y un después en la carrera de Rosalía. Lo que ha quedado claro es que su repercusión alcanzará un impacto global en el que todo el mundo estará pendiente del próximo paso en la trayectoria de una artista que, con apenas 29 años, ya busca la manera de reinventarse y continuar creciendo como algo más que un fenómeno, que el tiempo se encargará de constatar.

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