La biblioteca de Julio: el podcast para conocer a Cortázar a través de sus lecturas
‘La biblioteca de Julio’ es un podcast que bucea en la memoria lectora del escritor argentino y que indaga en su figura a través de «sus anotaciones personales, sus subrayados, sus dedicatorias y traspapeles»
Piénsenlo: ¿qué libros guardan en su biblioteca? ¿Qué dicen de ustedes? Las lecturas que hacemos, desde pequeñitos, nos configuran. Y de mayores nos definen. Se puede saber mucho de una persona echándole un ojo a los lomos de los libros de sus estanterías (si los hay, por no dar nada por hecho). Novela, cuento, ensayo, poesía… Literatura comercial, literatura literaria… Ciencia ficción, novela histórica, romántica, de aventuras, negra… Las catalogaciones son muchas y la información que todo ello puede proporcionarnos sobre alguien, ingente. Esa es la premisa de la que parte La biblioteca de Julio, un podcast promovido por la Fundación Juan March y que nos acerca, a lo largo de dos temporadas, a la figura del escritor Julio Cortázar «a través de los libros que le acompañaron en su vida», como reza la carátula del proyecto, indagando en «sus anotaciones personales, sus subrayados, sus dedicatorias y traspapeles. Reúne a Cortazar con sus autores favoritos, y a todos ellos con sus lectores y oyentes en el siglo XXI».
El primero de estos capítulos se estrenó el 22 de abril de 2021 y el éxito cosechado de la primera temporada fue tal -a un lado y otro del Atlántico- que ahora La biblioteca de Julio ha vuelto con una segunda que constará de doce episodios más, de los cuales ya hay cuatro disponibles. En total, sumando el primer y el segundo volumen, son veinticuatro píldoras que ahondan en las libros que el escritor argentino atesoraba en su domicilio parisino y cuya viuda donó a la fundación Juan March en 1993. ¿Y de cuántos volúmenes creen que podía componerse la biblioteca de Julio? Pues de nada menos que 4.000 títulos.
Por ello, la primera pregunta que le hago a Bruno Galindo, el periodista y escritor que dirige y presenta este podcast, es cómo ha organizado el trabajo: «Abordar una biblioteca de este volumen requiere estudio e intuición a partes iguales. Las personas de la Fundación Juan March que más y mejor conocen el fondo —Celia Martínez, Paz Fernández, Luis Martínez— conocen muchos atajos y me han ayudado en la tarea», reconoce. Así, buceando en la inmensidad del archivo, Galindo decidió dedicar cada uno de los capítulos a la relación (literaria y también en ocasiones personal) de Cortázar con cada uno de los autores: desde Alejandra Pizarnik a Octavio Paz, pasando por Heráclito o Georges Perec.
«Abordar una biblioteca de este volumen requiere estudio e intuición a partes iguales»
Por ejemplo, ese primer capítulo dedicado a Alejandra Pizarnik se centra en el libro de la autora titulado Extracción de la piedra de la locura, del que Cortázar guardaba un ejemplar con «un ligero doblez en la esquina superior derecha, como la vela de un velero invertida», como describe en su poética locución Bruno Galindo. Junto a este título, aparecen también en la biblioteca del argentino Las aventuras perdidas, El deseo de la palabra, Los deseos y las noches y La última inocencia.
«No es extraño que Julio tuviera tantos libros de Alejandra, eran amigos, muy amigos», sigue diciendo la voz, que nos explica a los oyentes que los dos escritores se conocieron en París cuando «a ella se le quedó pequeño Buenos Aires» y se fue «a buscar fortuna y bohemia a la capital francesa», entre 1960 y 1964. El discurrir de esta entrega nos enseña cómo Cortázar subraya algunos versos concretos de la desventurada poeta (decidió quitarse la vida a base de pastillas con tan solo 36 años), como aquel en el que suplica «ayúdame a no pedir ayuda, me quieren anochecer, me van a morir», de su poema Figuras y silencios. Así, capítulo a capítulo, descubrimos el poso que la literatura y los autores dejaron en Julio.
«La idea es que estos libros salgan en busca de un lector que, en este caso, es oyente»
«Puede decirse que cuando un fondo editorial valioso llega a una biblioteca, su recorrido ha terminado. La idea es que estos libros, aún en el mejor de sus descansos, reviertan el viaje y salgan en busca de un lector que, en este caso, es oyente. Se trata, además, de conocer a un autor muy querido a través de los libros que leyó; es un poco buscar el negativo de la foto», explica Galindo, muy satisfecho de lanzar esta segunda temporada con el estreno de un capítulo nuevo cada viernes. Salvo una excepción: aquel que la Fundación dedicará a James Joyce y que rendirá homenaje al centenario de la publicación del Ulises. No será el viernes 17 de junio -como correspondería-, sino que «habrá que escucharlo el próximo 16 de junio, aprovechando que es Bloomsday…», adelanta, haciendo referencia al evento que se celebra cada año y que conmemora el primer encuentro del escritor irlandés con la que después se convertiría en su mujer, Nora Bernacle.
Pero volvamos a Julio y a sus lecturas. Los primeros capítulos de esta segunda temporada nos descubren también curiosidades del escritor argentino, como la historia que escribió basándose en Fantômas, un cómic de Pierre Souvestre y Marcel Allain que retrataba a un ladrón que se movía en las alcantarillas de París y que desplumaba a los ricos. El propio Cortázar, en un extracto de la entrevista que Joaquín Soler le realizó para A fondo, el programa de Televisión Española, comentaba lo siguiente: «Este Fantômas se enfrenta a un loco que ha decidido destruir la cultura (…). En el cómic se veía a Octavio Paz diciéndole a Fantômas ‘tienes que hacer algo’. Y se me veía a mí telefoneando a Fantômas diciéndole ‘Fantômas, confiamos en ti, tienes que hacer algo’. Entonces Fantômas liquidaba a este maníaco como en todo buen cómic. Me hizo mucha gracia verme como personaje de un cómic». Y tanta es la gracia que le hizo a Cortázar que el descubrimiento de aquellas viñetas le inspiró la novela Fantomas contra los vampiros multinacionales, en la que describe cómo se pone en contacto con el famoso héroe para implorarle que detenga el asedio que está acechando a la literatura universal, por el cual las bibliotecas y los incunables están siendo destruidos sin piedad.
«Hay que agradecer eternamente al programa A Fondo, que presentó y dirigió Joaquín Soler Serrano para RTVE entre 1976 y 1981, por donde pasó Cortázar entre otras personalidades y dejó una entrevista de casi dos horas que es oro puro», comenta Galindo en referencia a todos esos extractos que a lo largo del podcast nos permiten escuchar de su boca las reflexiones del autor de Rayuela.
Más podcast, nuevas sorpresas
¿Y qué otras sorpresas aguardan al oyente de La biblioteca de Julio para esta temporada, le pregunto a su creador? Me avanza que no son pocas: «Una historia de la amistad de Cortázar y Octavio Paz, con su encuentro en la India. La influencia del cuentista y pianista uruguayo Felisberto Hernández. La fascinación por el Cocteau opiómano. El Cortázar traductor, a quien millones de personas deben la lectura de Memorias de Adriano. La contemporaneidad con el poeta jazzista Lawrence Ferlinghetti. La posibilidad de vasos comunicantes entre Rayuela y Ulises. El homenaje póstumo a John Keats. La búsqueda infructuosa de Clarice Lispector. Una broma privada entre Julio y Elena Poniatowska…».
Para todo ello cuenta con la colaboración especial de un escritor o escritora actual por cada capítulo, elegidos según su «afinidad» con el autor referenciado en cada uno de ellos. Así, el reconocido autor de relatos y novelista Eloy Tizón interviene en el episodio Tierras de la memoria, dedicado a Felisberto Hernández, la artista y escritora Paula Bonet en La Corneta acústica, sobre Leonora Carrington, y la nómina se completa con otros muchos nombres del panorama literario actual como Ignacio Castro Rey, Luisgé Martín o Juan Francisco Ferré.
«Como tanto se ha dicho, Cortázar no se ha hecho viejo; sus libros han conservado toda o casi toda su frescura. Creo que el formato podcast le sienta bien a él y a estas lecturas que le acompañaron durante su vida», termina diciendo Bruno Galindo, recordando la buena acogida que tuvo la primera temporada de La biblioteca de Julio, tras la que «lectores, escritores, oyentes de podcast y gente del mundo editorial, tanto de España como de América Latina» les felicitaron y animaron. Y deseando, claro, que se repita el fenómeno con esta segunda.