El arte urbano invade Ibiza
La Adda Gallery de Ibiza, espacio liderado por Anna Dimitrova, reúne a artistas como Fefe Talavera, Nano4814 o Grems
Ibiza está ligada al mar, al sol, a la playa, a las olas y a la fiesta. Pero es mucho más y hay una oferta cultural y artística a la que merece la pena prestar atención. Uno de los espacios más interesantes es Adda Gallery, una sucursal de la galería en París y un espacio dedicado al arte urbano que Anna Dimitrova abrió en 2018. La gestora cultural y comisaria de arte ha dedicado su carrera a descubrir y dar a conocer a nuevos artistas contemporáneos a través de sus proyectos (Adda Gallery en París y Montana Gallery en Barcelona). Tras el parón de la pandemia, Dimitrova ha vuelto a reabrir las puertas del espacio con una programación de tres exposiciones que se irán sucediendo durante los meses de verano y se prolongarán hasta octubre.
Adda Gallery está ligada al Paradiso Art Hotel, situado en la localidad de Sant Josep de sa Talaia desde cuya entrada se accede a sus instalaciones. «La sinergia con el hotel es interesante por el público y por la tipología del sitio, es un hotel enfocado al arte, de modo que nos complementamos», sostiene Dimitrova.
Surf Vibes es la muestra temporal que se puede ver hasta el próximo 17 de julio y su peculiaridad reside en que el soporte de las obras no son lienzos sino tablas de surf customizadas por artistas internacionales como Luisete Álvarez, Asier Viteri, Jank, David Webb, Miss Wah, Mathieu Zonzon, Charlie Philippon, Loch Ness, Le Fur y Supakitch y que proceden de la colección de la marca de rotuladores Posca.
Con el objetivo de acercar el arte urbano al público general, Anna Dimitrova ha ideado una serie de actividades y talleres en los que se han pintado tablas de surf en miniatura que «han generado una dinámica bonita porque el visitante entra en el proceso creativo». Además, Surf Vibes se completa con una exhibición de camisas hawaianas, una de las prendas más icónicas del surf, de Diego Calvo, cuya colección asciende a más de 400 ejemplares. La exposición, fruto de la infatigable astucia de Dimitrova, viajará después a Biarritz y a París mientras que las paredes de Adda Gallery serán ocupadas por la obra de la artista Fefe Talavera.
Fefe Talavera nos reconecta con nuestro yo interior
Pasión es el título de esta muestra que se podrá ver a partir del 23 de julio. En ella, Talavera «expone telas, prints y serigrafías además de dos panteras hinchables iluminadas que se instalarán fuera», apunta Dimitrova. Sus obras salvajes, llenas de color y misticismo son metáforas de emociones humanas, subconscientes y fuertes como la pasión, la ira, los sueños y los deseos. De este modo, sus piezas, influenciadas por las mitologías maya y azteca, nos llevan a conectar con nuestro yo interior al tiempo que representan las raíces culturales de la artista.
Fefe Talavera, que sigue utilizando la pintura como un lenguaje personal, íntimo y poético, visitará la isla para intervenir un espacio completo convirtiéndolo en una experiencia prácticamente inmersiva. No será, sin embargo, la única artista que imprima su huella en las instalaciones de la galería, pues artistas como Nano4814, 3TTMAN y Grems crearán sus propios murales.
Nano4814, que realizará una obra de cara al público los días 22 y 23 de julio, aborda temas como el papel del artista en la sociedad o la presión existencial de individuo, Grems intervendrá un muro de 30 metros y ofrecerá su particular visión del mundo en la que combina arte y música entre el 25 y el 29 de julio, y 3TTMAN seguirá desafiando la corrección tanto en el mundo de las bellas artes como en el del arte urbano.
Para cerrar la temporada Anna Dimitrova ha invitado a 14 artistas urbanos que forman parte de la nueva ola «porque hay creadores de 20 años a los que hay que dar a conocer». Los nombres de los que se compone la muestra que abrirá sus puertas en septiembre nos permitirán conocer «esta nueva ola que se ha nutrido de los artistas que conocemos y que están reinventando los códigos del arte urbano».
Arte urbano: de las paredes de la calle a los museos
El arte urbano ha cambiado mucho en los últimos 15 años y Dimitrova ha sido testigo de su evolución. «Lo que hace más de una década me atraía era que se trataba de una expresión libre que estaba naciendo, no estaba establecida y era algo salvaje», recuerda. Con el paso del tiempo «se ha estructurado, ha entrado en el circuito del arte contemporáneo, en festivales y en ferias y los artistas han adquirido códigos del arte contemporáneo que les ha hecho evolucionar», opina.
«El arte urbano y el graffiti siguen su curso pero han evolucionado y han creado otras vías como las intervenciones de espacios enteros a cargo de un solo artista»
Esta manifestación, en muchas ocasiones reglada, autorizada y encargada, está en todas las ciudades y ha conseguido entrar en galerías, museos y colecciones tanto privadas como públicas. Dimitrova es consciente de que «su papel transgresor ha cambiado, pero sigue habiendo una atracción por la calle y son muchos los artistas que siguen creando nuevas fórmulas», detalla. En este sentido, «el arte urbano y el graffiti siguen su curso pero han evolucionado y han creado otras vías como las intervenciones de espacios enteros a cargo de un solo artista». Por eso, Dimitrova no duda en afirmar que el arte urbano «se ha asentado en la historia del arte».
Coleccionando arte urbano
Una consecuencia de la atracción que ejerce el arte urbano es que este ha entrado en las colecciones tanto privadas como públicas y con ello han proliferado las galerías de arte ligadas a ello. Anna Dimitrova lo recuerda así: «cuando empezamos con Montana Barcelona hace 15 años éramos los primeros. Nos preguntaban cómo íbamos a hacerlo y con el tiempo hemos visto que ha evolucionado y hoy hay muchas galerías en todo el mundo que se dedican a ello y lo hacen muy bien».
Pero no solo han proliferado las galerías centradas en el arte urbano, sino que espacios de carácter más clásico han empezado a exponer y a representar a creadores afines a estas manifestaciones artísticas más actuales. Conocedora también del mercado del arte, Anna Dimitrova recuerda que hace unos años era un arte accesible que, sin embargo, ha escalado posiciones muy rápido. «Ha ocurrido con Banksy: empezó vendiendo prints por 300 euros y hoy los vende por 100.000 y tiene obras que han superado el millón de euros».
La directora de Adda Gallery y Montana Gallery apunta que hubo una atracción muy rápida por parte de los coleccionistas «porque lo sentían más cercano, no eran Picasso ni Miró, sino un arte que representaba una nueva tendencia y una nueva estética que, además, tenía unos precios más asequibles, con lo cual podían empezar a coleccionar por 500 o 1.000 euros». En este sentido, el coleccionista de arte urbano oscila entre los 30 y los 45 años y busca una estética menos clásica que «pueda entender mejor y sea más accesible».
A pesar del alza que está viviendo el arte urbano, que a la cabeza tiene a Banksy y a otros nombres de primera fila como D*Face, Os Gemeos, Shepard Fairey o Space Invader,«el graffiti sigue y seguirá existiendo porque es una forma de reivindicar el espacio público». Sin embargo, existe esa otra rama, un arte urbano hijo del graffiti en el que se enmarcan artistas que han estudiado bellas artes y «tienen una elaboración estética y un mensaje», concluye Anna Dimitrova.
Paradiso Art Hotel
Tanto Paradiso Art Hotel como Adda Gallery abrieron sus puertas en 2018 convirtiéndose esta última en la primera galería dedicada al arte urbano en Ibiza. Anna Dimitrova, que actúa también como comisaria de exposiciones, cuenta con una larga trayectoria dedicada a esta expresión artística. De hecho, Adda Gallery es el tercer espacio que abre: primero fue Montana Barcelona, la primera galería dedicada al arte urbano en nuestro país. En 2017 llegó Adda Gallery en París para recalar tan solo un año después en Ibiza.
«Al principio fue una sorpresa porque no me esperaba abrir una galería en Ibiza. Pensé en probar un año y ver cómo sucedían las cosas», se sincera. La acogida por parte de los ibicencos fue buena porque «necesitaban una oferta cultural y se mostraron contentos porque en la zona se estuviera desarrollando una propuesta artística coherente». En sus dos primeros años inauguraron tres exposiciones en cada curso e intervinieron las paredes del hotel con varios murales.
«En Ibiza necesitaban una oferta cultural y se mostraron contentos porque en la zona se estuviera desarrollando una propuesta artística coherente»
No obstante, con la llegada del 2020 todos los planes se frenaron en seco. «Hemos tenido dos años de pandemia, pero aun así nos gusta reinventarnos y no quería cerrar la galería así que propuse intervenir algunos de sus muros porque somos arte urbano y pintar paredes es una de sus máximas expresiones», afirma Dimitrova.
Ahora, además de la galería que dirige Anna Dimitrova, la isla ha empezado a acoger un nuevo evento: Can Art Fair Ibiza, una feria de arte contemporáneo que se celebrará del 13 al 17 de julio y en la que participarán 37 galerías nacionales e internacionales habituales en otras citas como Art Basel. Anna Dimitrova asegura que «hay un gran interés en Baleares» y pone como ejemplo Mallorca, donde hay varias galerías como Pelaires, Kewenig o Xavier Fiol, o Menorca, donde la suiza Hauser & Wirth ha abierto una sucursal en la Isla del Rey.
«Ibiza está relacionada con la fiesta pero existe una intención de ofrecer una oferta artística entre la que se encuentra el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza, la Fundación Nave Salinas o Adda Gallery», amplía. Con el aterrizaje de la feria «habrá más propuestas porque durante la pandemia hemos sufrido, las ciudades parecían prisiones y la gente se ha ido al campo, a las islas y a lugares más naturales, donde se ha generado un demanda que hay que satisfacer. Tenemos que descentralizar el arte y llevar propuestas a nuevos espacios porque las galerías deberían de ser espacios de disfrute».
Por eso, Anna Dimitrova confía en la combinación de los nuevos códigos que están surgiendo después de la pandemia y de los que se crearán nuevas propuestas porque «la represión es la madre de la creación y la galería fría a la que cuesta entrar está cambiando con la programación de experiencias como talleres que humanizan y hacen el arte más accesible».