El Templo de Debod: 50 años del oasis egipcio en suelo bélico madrileño
El de Debod fue uno de los numerosos templos egipcios que encontraron acomodo en ciudades de todo el mundo en los años 60 y 70
El de Debod fue uno de los numerosos templos egipcios que encontraron acomodo en ciudades de todo el mundo en los años 60 y 70
Hace cinco décadas que las piedras del Templo de Debod se irguieron en el solar de la Montaña del Príncipe Pío, en Madrid, escenario de episodios tan determinantes para nuestra historia como la Guerra de la Independencia o la Guerra Civil, para convertirse en un oasis egipcio de más de 2.000 años de antigüedad en pleno centro urbano, el único de España.
Famosa por las impresionantes puestas de sol, la zona que un día acogió la Finca de La Huerta se ha convertido en un reclamo turístico y símbolo de la capital. Da igual la hora en que se visita, siempre hay una larga hilera de gente esperando transportarse a la Nubia (región central de Nilo entre Asuán, en Egipto, y Jartum, en Sudán) de hace siglos.
El templo, que se inauguró el 20 de julio de 1972, recibe actualmente a unos 300 visitantes al día debido a las restricciones de aforo, según una azafata de sala del santuario, unos 200 menos que en época prepandémica, una medida que ha agradecido porque así “las instalaciones se conservan mejor”.
Historia
Sumergido en el inmenso Lago Nasser que formó la construcción de la Presa de Asuán, el Templo de Debod forma parte de una serie de templos egipcios que han viajado por el mundo y han hecho de otras ciudades su casa para seguir existiendo. Desde Turín, pasando por Nueva York, Leiden (Países Bajos) y Madrid, los Templos de Ellesiya, Dendur, Taffa y Debod respectivamente materializaron la campaña de la UNESCO en los años 60 para salvar y proteger los bienes culturales de los 500 kilómetros de longitud de lago que formó la presa.
Cerca de 90 camiones trasladaron las 1.350 cajas que contenían las piedras de Debod en Madrid desde el puerto de Valencia, después de viajar por el Mediterráneo desde Alejandría, tras recorrer también el Nilo.
Los cientos de cajas estuvieron apiladas en la parcela del Cuartel de la Montaña, un edificio que quedó en ruinas después de la Guerra Civil y que nunca se reformó, que pasó a ser propiedad del Ayuntamiento de Madrid en 1970 y que se eligió como escenario para emplazar el Debod. “El Cuartel de la Montaña quedó destruido totalmente, lo bombardearon, este barrio, que es donde he nacido y sigo viviendo, quedó asolado, todas estas casas que hay por aquí habían desaparecido. Yo recuerdo las fachadas con boquetes de los bombardeos que hubo”, cuenta una vecina de la zona.
Otros residentes recuerdan la enumeración de las piedras, que vinieron clasificadas desde Egipto para facilitar su montaje, y haber jugado en los alrededores mientras se reconstruía.
Entre los mayores hay un sentimiento de nostalgia por lo que significa el lugar donde está situado el Templo de Debod, ya que, según cuentan, “se ha querido” dotar la zona de una nueva historia y olvidar los conflictos bélicos.
Fuente: Cristina Dumitrescu (EFE).