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Cultura

Rodrigo Gutiérrez Viñuales: «Latinoamérica ha olvidado parte de sus vanguardias»

Nos reunimos con el curador de ‘Antes de América: Fuentes originarias en la cultura moderna’ para que nos cuente los preparativos de ésta exhibición

Rodrigo Gutiérrez Viñuales: «Latinoamérica ha olvidado parte de sus vanguardias»

Perfíl Rodrigo Gutiérrez Vuñuales .

Luego de décadas de investigación sobre arte Latinoamericano y sus estrechos vínculos con el arte precolombino, la Fundación Juan March prepara la exposición Antes de América: Fuentes originarias en la cultura moderna. Nos reunimos con el curador de la muestra Rodrigo Gutiérrez Viñuales, para que nos cuente los preparativos de ésta monumental exhibición que incluirá más de setecientas piezas de más de cien artistas y que se podrá visitar a partir de octubre de 2023.

Pregunta: ¿Cuándo  nace el interés por realizar esta muestra?

Respuesta: El tema lo vengo trabajando desde hace casi dos décadas. Siempre me interesó abordar lo precolombino desde la contemporaneidad. En un principio investigando temas como la arquitectura neo precolombina del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, o aspectos de la pedagogía en artes aplicadas y la presencia de lo prehispánico a nivel Latinoamérica. Luego formé una biblioteca importante de arte latinoamericano y empecé a transversalizar los temas. El proyecto parte de lo precolombino y finaliza en la actualidad. La primera vez que hable con Manuel Fontán del Junco, Director de Exposiciones de la Fundación Juan March, fue hace casi una década, el proyecto fue desde entonces tomando forma. A partir de ello empezamos a sistematizar la investigación, tendiendo líneas, mapeando artistas y obras. En un principio se centraría sólo en Latinoamérica, ahora también abarca Estados Unidos y Canadá, para recalcar la idea de que en lo precolombino no existía una separación de América. 

P. ¿Cómo se traza la cronología de la exposición?

R. Arranca en la primera mitad del siglo XIX hasta la actualidad, porque la muestra  no es de arte precolombino, sino de cómo se reinterpreta lo prehispánico en la edad contemporánea. El siglo XIX arranca con los primeros viajeros, mayoritariamente europeos y más adelante de Estados Unidos que llegan a México, Perú y otros países con pasado precolombino, que registran a través de dibujos y luego fotografías, también repasando cómo ello dio inicio a las primeras colecciones y al expolio. Hemos tenido la necesidad de mostrar piezas contemporáneas que cuestionan justamente lo que pasó en el continente en esta etapa. La muestra termina retomando el relato donde todo empieza.

P. Tu eres un experto en arte Latinoamericano ¿Qué veremos de los años cincuenta?

R. A los mejores representantes de la abstracción geométrica y lírica del momento y todo lo que se llamó «ancestralismo». Artistas como Fernando de Szyszlo, Adolph Gottlieb, José Gurvich, Jorge Piqueras, entre muchos otros. Y de los años 60 y 70 tendremos exponentes de Land Art.

P. ¿Qué es lo que más te atrae de este diálogo entre el arte moderno y las referencias del mundo precolombino?

R. Me interesa mucho la idea de conjunto y los diálogos que se producen entre piezas que se han producido en territorios tan ajenos o atemporales y que a su vez parecen tan cercanas. En eso hemos buscado bastante rigor porque  hay mucha producción de obras, por ejemplo, durante la década del cincuenta, hay muchas composiciones y series, entre las que hemos elegido las referencias que no admiten dudas en cuanto a lo precolombino, y dejamos de lado las que no van más allá de la mera sugestión.

Alfredo Gramajo Gutiérrez. Cubierta del libro de Fausto Burgos y María
Elena Catullo:Tejidos incaicos y criollos. Colección privada. Cortesía: Fundación March

P. Ha faltado un reconocimiento total al vínculo entre lo prehispánico y el arte moderno y contemporáneo. Picasso fue alguno de los primeros en reconocerlo, pero en las narrativas académicas no se tomó en cuenta…

R. En el año 84 se celebró la exhibición  «Primitivismo en el siglo XX: Afinidades en lo tribal y lo moderno» en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Ahí lo precolombino era absolutamente anecdótico, todo eran los influjos de África, Asia u Oceanía (y la América estadounidense). Sólo se mostraba el llamado «canon occidental», es decir Europa y EE.UU, y del resto hubo una pincelada de algo pero nada más. Esto empieza a cambiar cuando los  historiadores e investigadores de Latinoamérica se comienzan a salir de los cánones establecidos para pensar sus propias temáticas de manera más tangible. Aún cuesta mucho ver en lo neo precolombino una vanguardia propia, la cual se fue trabajando muy de a poco en países como México, Perú  o Uruguay. Hay focos que han ido avanzando en ese sentido, esta exposición lo que intenta es hacer converger todos esos trabajos para replantear el discurso. Por eso también hemos querido incorporar en el relato a Canadá y a Estados Unidos, sin pensar en América con la separación clásica del Norte y el Sur.

P. ¿Qué expresiones artísticas vamos a poder encontrar en la muestra?

R. Nos hemos dado algunas licencias, por ejemplo no incluiremos arte indigenista, por su cariz más figurativo e inclusive social, y lo que planteamos va más por la recuperación del diseño y la estructura precolombina, el tema de la geométrica, el color y la abstracción lírica, en general habrá poca figuración. Tampoco hay arte indígena, porque es un tema que da para veinte exposiciones en sí mismo, al igual que con el arte popular. Como expresiones artísticas tendremos pintura, escultura, dibujo, diseño gráfico, libros ilustrados, carteles, danza, teatro, escenografía, cine, música. Cronológicamente abarcamos dos siglos, todo un continente y todos los géneros posibles. 

Elena Izcue. Diseño textil, c.1928 – 1936.  Museo de Arte de Lima. Cortesía: Fundación March

P. ¿Incluyen también arquitectura?

R. Sí. Se podrán ver  trabajos de  los americanos Frank Lloyd Wright, Robert Stacy- Judd, o del mexicano Juan O’Gorman, entre muchos otros. También habrán contemporáneos, tenemos muchos trabajos originales de proyectos arquitectónicos. 

P. ¿Cuántas personas están trabajando en la curaduría?

R. Yo soy el curador invitado, e integro el equipo curatorial junto con Manuel Fontán del Junco y María Toledo, de la Fundación Juan March. También estamos con Renata Ribeiro dos Santos quien se está encargando de la parte de instalaciones, que se podrán visitar en otros espacios de Madrid. Para las mismas, que precisan de mayor espacio, estamos barajando varios nombres de artistas de todo el continente.

P. ¿Cómo está siendo la logística? 

R. Compleja. Presentaremos más de setecientas obras que están llegando de quince países. Están viniendo de Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y por supuesto de Latinoamérica.

P. ¿Qué piezas se mostrarán de Canadá?

R. Fundamentalmente obras de la cultura Haida. Es de los pocos casos que integramos a la muestra el arte de culturas indígenas vivas o su influjo. Es el caso también de Estados Unidos, donde exhibiremos la huella dejada en artistas como Mark Rothko o Jackson Pollock por la exposición «Arte indio de Estados Unidos», llevada a cabo en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1941. Desde entonces se pueden encontrar artistas que trabajan temas vinculados a culturas indígenas vivas. Lo mismo ocurre con los Marajoara de Brasil y artistas de Sao Paulo que trabajan sobre sus lenguajes. 

P. Mencionas varios temas que son complejos de plantear actualmente, sobre todo por cómo entender y enfocar el arte, sin caer en conceptos neocolonialistas…

R. Es cierto, pero a la vez la suerte es que Antes de América: Fuentes originarias en la cultura moderna, es una exposición pensada desde América, eso marca mucho la curaduría y se está teniendo todo el criterio pertinente. Además el discurso total, tiene una vocación más histórica, se trata de mostrar lo que fue ocurriendo en distintas etapas y cómo se va expresando en distintas prácticas artísticas. También hay un fuerte interés en plasmar cómo se fue recuperando desde el arte, no sólo formas sino también un mismo espíritu y mensaje. La mayoría de veces no encontraremos certezas, sino lenguajes y formas que se han ido registrando y aplicando.

Federico Silva. Nahual matemático, 2000. Bronce.  Academia de Artes, Ciudad de México. Cortesía: Fundación March 

P. ¿Qué crees que ocurrió en Latinoamérica que no logró definir su propio canon?

R. A nivel macro en Latinoamérica hemos escrito historias del arte que fueron la historia de la pintura y la escultura, todo el resto no existía. Nos olvidamos de esas historias de la vanguardia que también era el diseño gráfico, la ilustración, la cerámica, un vitral o un grabado, por dar algunos ejemplos. Esa mirada propia que dejamos de lado, que nunca hicimos, rompieron también nuestros propios cánones. Este vacío es el que logra llenar esta muestra, al menos desde la óptica precolombinista. En las últimas secciones incorporamos arte textil, cerámica y video arte. 

Sandra Gamarra. Mercancía IV, 2019. Óleo sobre falso pan de oro.  Colección privada. Cortesía: Fundación March 

P. ¿Cómo ves el tema de las repatriaciones y la devolución de piezas por parte de los museos a sus lugares de origen?

R. Es un tema complejo que no se puede generalizar, hay casos y casos. Creo que está muy bien que determinadas cosas se devuelvan, intentando garantizar que el receptor tenga un compromiso por cuidar, exhibir y difundir el material. Tengo más preguntas que respuestas sobre el tema. Quizá se deberían hacer acuerdos entre países, la solución es tender puentes y diálogos, claro que esto tiene visos de utopía.. 

P. Y actualmente en el caso de las ventas y las subastas, el sector privado es el que se lleva lo mejor frente al público…

R. Claro, desde los años ochenta los fondos de los museos no pueden competir con la economía de los particulares. Si esto ocurre en Europa, en países del tercer mundo, es casi imposible pensar que un museo público pueda adquirir piezas importantes. 

P. ¿A parte de la preparación de la muestra y la docencia, estás con algún otro proyecto?

R. En Granada estamos editando por primera en castellano el libro Beyond The Fantastic, que publicó Gerardo Mosquera en 1995, es una obra clave para entender el arte latinoamericano. En el año 87 el Museo de Arte de Indianápolis hizo una exposición titulada Arte de lo fantástico: Latinoamérica 1920-1987. Había llegado el posmodernismo y había que darle «concesiones» o juego a todo. Aún así, seguía habiendo una actitud desde Estados Unidos al mostrar que Latinoamérica podría ser parte del canon, siempre y cuando se tratase del arte que ellos consideraban debía ser lo representativo de Latinoamérica, es decir «lo fantástico»: Frida Kahlo, los monitos, las frutas y todo eso. Beyond The Fantastic es uno de los primeros libros en hablar, debatir  y mostrar otros caminos. Pese a ello, sólo se publicó en Londres y Estados Unidos, para que lo leyeran sus críticos. La primera publicación en castellano la hemos hecho con la Universidad de Granada y estará lista para finales de este año.  

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