Karra Elejalde, el ajedrez y una historia verdadera sobre inmigración
‘Vasil’, interpretada por el actor español y el búlgaro Ivan Barnev, cuenta la historia de un inmigrante y se basa en una experiencia personal de la directora
A finales de octubre, dos semanas después de su estreno mundial en el 38° Festival de Cine de Varsovia, los dos protagonistas de la película Vasil, el actor español Karra Elejalde y el búlgaro Ivan Barnev, compartieron el premio al mejor actor en la 67ª edición de la SEMINCI de Valladolid. «Podríais pensar que al ser ex aequo sabe a la mitad; pues no, sabe el doble de bien. No hablo ningún otro idioma, ni euskera, ni inglés ni búlgaro, sin embargo, Ivan y yo hemos sabido entendernos y nos hemos hecho grandes amigos. Lo quiero y lo adoro», aseguró el actor español tras el recibimiento del premio. Así mismo, lo dedicó, en nombre de los dos, a la directora del filme. Incluso antes del estreno de Vasil en España, el 4 de noviembre, la crítica declaró casi unánimemente al actor búlgaro como el «descubrimiento» del filme.
«La película examina las relaciones humanas vistas desde la tierna mirada de la directora, sin que nada quede sobreexpuesto», explica el actor búlgaro a THE OBJECTIVE. Se trata de la primera coproducción entre Bulgaria y España y la ópera prima de la directora valenciana Avelina Prat. Está protagonizada también por Alexandra Jiménez, Susi Sánchez y Sue Flack. Vasil es una obra contemporánea que se concentra en los sutiles valores de la vida, la amistad, la calidez y la inusual forma en que nos encontramos con los demás.
«Mi padre me llamó una mañana para decirme que no iba a venir a comer porque tenía un búlgaro en su casa»
Avelina Prat
Realizada con delicadeza y destreza, la película cuenta la historia de un inmigrante búlgaro, Vasil (interpretado por Ivan Barnev), que resulta ser un excelente jugador de bridge y ajedrez. Tras llegar al país, pierde su trabajo y duerme en la calle, mientras Alfredo (interpretado por Karra Elejalde), un arquitecto jubilado, le acoge durante un tiempo en su casa. «Creo que, por primera vez, se pone hincapié en un búlgaro inmigrante con una connotación positiva y no representándolo como una parte de la mafia, de un grupo violento o de un estrato bajo», puntualiza Ivan Barnev.
El guion se inspira en una experiencia personal de la directora. «Mi padre me llamó una mañana para decirme que no iba a venir a comer porque tenía un búlgaro en su casa. Se quedó durmiendo en la calle y una amiga suya le pidió que lo acogiera durante unos días, que se convirtieron en dos meses», declaró Avelina Prat a este medio en la proyección previa al estreno, el 27 de octubre en Madrid, a la que también asistió por primera vez un numeroso público búlgaro. «Es evidente que la prueba se ha superado. Ahora estoy absolutamente tranquilo de que puedo volver a casa, a Bulgaria», dijo riendo el actor Ivan Barnev tras ver la reacción que tuvo el filme entre sus compatriotas.
Prat observó como una espectadora lo que ocurría entre su padre y el búlgaro. «Unos meses después de que este hombre se fuera, sentí que me había perdido algo: el hecho de no haberlo conocido nunca. Lo único que podía hacer era escribir esta historia», cuenta la directora. Aunque tiene fuertes momentos artísticos, conserva gran parte de la historia real. Hasta ahora no se han puesto en contacto con el búlgaro que inspiró la historia. Avelina Prat expresa públicamente su deseo de que, si el auténtico Vasil ve la película, le gustaría que contactase con ellos.«Aunque Vasil esté entre la realidad y la fábula, los personajes son reales y humanos; no queríamos estereotipos», aclaraba la directora en la presentación del Festival, SEMINCI.
Según los autores, la película invita a reflexionar sobre la dificultad de comunicarse con los demás, y no solo con los inmigrantes, sino también con los más cercanos. Y, sobre todo, es la historia de una amistad y de cómo una persona desconocida y aparentemente extraña puede dejar una huella indeleble en nosotros. El tema de la película es acercar al espectador al «desconocido». «El hecho de que se idealice el protagonista –Vasil juega al bridge, es campeón de ajedrez, toca el clarinete, entiende de música y literatura– hace que parezca un ángel. En realidad, creo que la idea primordial es demostrar que cuando vemos a esas personas que no conocemos, tenemos que ir hacia adelante sin nuestros prejuicios. Quién sabe cuántas cualidades buenas tienen o si están llenas de historias. Pienso que esa es la gran idea de la película: demostrar que hay una forma diferente de mirar al desconocido, tratar de acercarnos a él e intentar ser mejores personas», termina diciendo Ivan Barnev.