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Cultura

Coleccionistas, subastas y mercado

«El mercado extranjero de arte antiguo rebosa de obras procedentes de colecciones españolas. Muchas salen a la venta de manera discreta»

Coleccionistas, subastas y mercado

Juan Manuel Grasset en 2021 en su casa de Madrid. | Cedida por el autor

Las grandes colecciones españolas de arte antiguo desaparecen. Unas por fallecimiento de sus propietarios y otras por razones económicas, pero es un hecho que el mercado español y el extranjero rebosan de obras procedentes de colecciones españolas. Muchas salen a la venta de una manera discreta. Otras a bombo y platillo. En eso tampoco somos una excepción con otros países. Los coleccionistas y sus colecciones hacen valer su predigrí para enfrentarse a un mercado que necesita nombres y grandes obras.

Quizá el pistoletazo de salida fue el fallecimiento en Sevilla de María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart, el 20 de noviembre de 2014. Los pagos a Hacienda de una de las familias más importantes de España obligaron a una negociación que se plasmó, entre otras muchas gestiones, en la adquisición por parte del Estado de La Virgen de la granada de Fra Angelico. Los 18 millones de euros de la compra se pagaron a los herederos de la duquesa de Alba en cuatro años a partes iguales por el Estado, el Prado y la Fundación de Amigos del propio museo. Era, seguramente, la mejor obra de Fra Angélico en manos privadas y no se podía dejar pasar la ocasión. Los museos españoles tampoco tienen muchas piezas italianas anteriores al Renacimiento y menos de esa calidad.

Un año antes del fallecimiento de Cayetana, la propia duquesa había recaudado seis millones de euros gracias a la venta del conjunto de muebles que componían el cuarto de baño del Palacio de Liria, unas piezas art déco encargadas por el padre de la duquesa en 1921 al diseñador Armand Albert Rateau. El argumento era el mantenimiento de la Fundación familiar, argumento que desestimó el Tribunal Superior de Justicia de Madrid cuando quisieron subastar en Londres una carta enviada en 1498 por Cristóbal Colón a su hijo Diego. Christie’s la había valorado en 21 millones de euros.

Obra de Giovanni Antonio Canal, ‘Canaletto’, titulada ‘El Gran Canal de Venecia’.

Pero los Alba siguen vendiendo dentro y fuera de España, y aunque a los escasos compradores nacionales les echa un poco para atrás el ruido mediático que esas adquisiciones puedan tener, la importancia de las piezas justifica sin duda la compra.

«En el caso de la colección Grasset, Sotheby’s Londres pondrá a la venta el 7 de diciembre la parte más importante»

También sigue vendiendo su colección el Fondo Cultural Villar-Mir, la empresa creada por el empresario Juan Miguel Villar-Mir y gestionada por su hija Silvia Villar-Mir de Fuentes. Ya vendió el año pasado algunas de sus obras más destacadas para saldar un crédito con el Banco de Santander que llegó a alcanzar los 72 millones de euros. La entidad dirigida por Ana Botín se quedó con importantes obras de Rubens, Sorolla, Zurbarán, Goya, Ribera o Murillo, cuya valoración se estimó en más de 80 millones. Pero esta operación no cerró la dispersión de la colección dentro y fuera de España. Algunas pinturas del Fondo tenían vigente su permiso de exportación -habían sido adquiridas en el extranjero-, pero otras podían ser declaradas inexportables. Es el caso de la pequeña obra de Luis Paret y Alcázar Comitiva preparándose para un baile de máscaras, que el Ministerio de Cultura acaba de declarar inexportable en su última reunión.

Pero las dificultades económicas no lo son todo en las ventas de las colecciones españolas. El fallecimiento del arquitecto Miguel Granados y del constructor Juan Manuel Grasset está poniendo en el mercado, de manera escalonada, gran parte de sus colecciones. Es un hecho que los descendientes no tienen por qué sentir la pasión coleccionista de sus progenitores y que, seguramente han tenido que hacer frente a unos derechos sucesorios también importantes. 

Obra de Luis Paret y Alcázar titulada ‘Comitiva preparándose para un
baile de máscaras (detalle)’.

En el caso de la colección Grasset, Sotheby’s Londres pondrá a la venta el próximo 7 de diciembre la parte más importante. Ha editado un interesante catálogo solo de esta colección. Junto a los maestros flamencos –parte esencial de la misma-, figura El Gran Canal de Venecia, obra maestra de Giovanni Antonio Canal, llamado Canaletto. El lienzo parte con una estimación entre tres y cinco millones de libras. Un precio razonable si tenemos en cuenta que el empresario pagó por ella en Londres hace más de veinte años más de dos millones de libras. Hubiera sido estupendo que esa obra se hubiera incorporado a las colecciones nacionales. El Prado no tiene ningún canaletto. Pero las recientes ventas de pintura antigua de la colección de Paul Allen, fundador de Microsoft, demuestran que las obras maestras se pagan. Y se pagan bien. Y estas colecciones españolas también tienen obras maestras.

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