'Fácil': la miniserie que adapta con polémica la premiada 'Lectura fácil' de Cristina Morales
La autora de la obra original ha criticado duramente la adaptación de su novela, que recibió el Premio Herralde y el Nacional de Narrativa
Fotograma de 'Fácil'. | Movistar+
Pocas series, especialmente si nos fijamos en el panorama de la ficción española, exploran la diversidad funcional. Hasta ahora. Movistar+ acaba de estrenar Fácil, una miniserie dirigida por Anna R. Costa y coescrita por ella misma y por Cristina Pons, que a su vez está basada en la novela Lectura fácil de Cristina Morales, premiada con el Herralde en el 2018 y con el Nacional de Narrativa un año después.
Para la adaptación de esta historia de cuatro mujeres con diferentes discapacidades que se enfrentan a un mundo que ya ha decidido lo que son sin contar con ellas, las creadoras han recurrido a algunas de las actrices más reverenciadas de la ficción patria actual: Anna Castillo, Natalia de Molina, Coria Castillo y Anna Marchessi, que interpretan a Nati, Marga, Àngels y Patri.
Una adaptación con polémica
A Cristina Morales, autora de la obra original, no le ha gustado la adaptación de su novela. La miniserie, que consta de cinco capítulos de unos 25 minutos de duración cada uno, arremetió en una columna en la revista Rockdelux contra un proyecto que calificó de «nazi». A su entender, la miniserie blanquea el sistema que lleva a estas mujeres a una vida tutelada para hacerles encajar en la norma.
En la serie de Anna R. Costa, dice la autora de la novela, «no se critica al establishment contemporáneo de la discapacidad y la salud mental porque se pretende llegar al gran público democrático, a ese gran público que dota a los servicios sociales de mesiánicos poderes de integración en el capitalismo de mierda en que vivimos y que deliberadamente oculta la verdadera naturaleza de las trabajadoras sociales: policías, desde el comisario que unta a los jueces hasta el suboficial que apalea a los manteros».
El punto de vista de la adaptación es, por tanto, «prosistema», argumenta Morales –la ganadora más joven de la historia del Herralde–: «La novela se cuenta desde las usuarias, y por tanto víctimas, de los servicios sociales. La serie, desde las trabajadoras sociales, en concreto una. Se busca que el espectador empatice con ella más que con sus víctimas. Eso acarrea que se trate la discapacidad de manera patologizada. El anarquismo del personaje de Nati está absolutamente caricaturizado, se la trata como histérica».
Tales declaraciones estuvieron un tiempo sin respuesta, aunque finalmente la directora tuvo que salir a defenderse. Lo hizo en el seno del Festival de cine de San Sebastián, cita elegida por Movistar+ para estrenar la serie. Costa, cocreadora de otro gran éxito de Movistar+, Arde Madrid, calificó el artículo en Rockdelux de «traición», aunque, eso sí, «ella es libre de decir lo que quiera. Pero debería hacerlo con conocimiento de causa […] De lo único que puede hablar es de lo que ha cobrado». Morales también tenía respuesta para esto último: «Ser remunerada por tu trabajo es una victoria, una recompensa a tanto tiempo de precariedad en el mundo literario».
No es la primera ni la última vez que una adaptación de una obra literaria genera este tipo de controversia entre el creador original y el de la adaptación –en este caso, creadoras–. Pero, ¿qué hay de cierto en las acusaciones de la escritora? ¿Cómo es, realmente, Fácil, la nueva serie de Movistar+?
Una comedia dramática que no termina de profundizar
Fácil nos muestra a cuatro mujeres con discapacidad que batallan en su día a día para encajar en un sistema que las tutela y, por tanto, infantiliza. Cuatro mujeres adultas que tratan de sobrevivir en una sociedad que las caricaturiza. Y, tal vez, este sea uno de los puntos más controvertidos de la adaptación. Decía Cristina Morales que uno de los personajes está caricaturizado, el de Nati, interpretado por Anna Castillo. En el fondo, todos los personajes lo están, en mayor o menor medida.
Esta circunstancia no parece responsabilidad directa de las actrices, que en general están muy bien en sus interpretaciones. Especialmente, Coria Castillo, que deslumbra más que el resto de sus compañeras. La caricaturización de los personajes parece algo más del planteamiento del guion. La serie, eso sí, nos acerca a una realidad muy humana, a la convivencia entre ellas y con el mundo de estas cuatro mujeres. Eso lo logra con creces, aunque la reflexión final sí que nos lleva a empatizar especialmente con la trabajadora social, interpretada por Bruna Cusí, que lo borda en su papel de mujer comprometida. Aunque seguramente haya muchas como ella en el sistema, su bondad nos puede llevar a perder el foco de lo que se está criticando.
Fácil no es, en definitiva, una serie fácil. Aborda temas valientes, desde la salud mental hasta la sexualidad femenina, pero lo resuelve de forma un poco facilona. Tal vez sea el formato, que no invita a realizar una reflexión más profunda de la cuestión. Como comedia con tintes trágicos funciona, y eso mismo han debido pensar los premios Feroz, que la han recompensado con tres nominaciones, incluyendo a mejor serie de comedia.
