Los alemanes de Jerusalén, una historia olvidada
Thomas Sparr publica ‘Grunewald en Oriente. La Jerusalén germanojudía’, un libro que trata del barrio Rehavia, al cual muchos judíos-alemanes huyeron de los nazis
El barrio de Rehavia –el nombre significa «Llanura de Dios»– fue proyectado y construido alrededor de 1922 por el arquitecto judío-alemán Richard Kaufmann, responsable también, entre otras cosas, de la planificación de la «Ciudad Blanca» de Tel Aviv. Durante los años 1930 y 1945, este distrito se convirtió en hogar para muchos judío-alemanes que buscaron una salida de emergencia para huir del terror del antisemitismo. Muchos se fueron con el corazón en un puño y vieron el «Gruenewald en Oriente» –así llamaban el barrio sus habitantes, conectándolo con el distinguido barrio de la zona oeste de Berlín que revivía, a su manera, a miles de kilómetros de distancia– como único escape para no acabar en un campo de concentración.
Thomas Sparr (Hamburgo, 1956) –actual editor de la editorial Suhrkamp en Berlín– cuenta la historia de estos germanojudíos en su nuevo ensayo, Grunewald en Oriente. La Jerusalén germanojudía (Acantilado, 2023). El escritor alemán trabajó en el Instituto Leo Baeck y en la Universidad Hebrea de Jerusalén de 1986 a 1989. Fue durante estos cuatro años cuando decidió que de ahí podía salir un libro interesante, porque el barrio Rehavia conformaba la Jerusalén germanojudía.
«Había visto que las personas con las que tenía contacto hablaban alemán, eran judíos de habla alemana, y me había dado cuenta de que vivían en un determinado distrito o siempre volvían a él. Este distrito era Rehavia. Fue más un encuentro personal», cuenta Sparr a THE OBJECTIVE. Sus vivencias en Israel fueron el impulso fundamental para la creación de su ensayo, que traza la historia de este barrio desde 1920 hasta 1980.
Rehavia fue uno de esos distritos llamados ‘ciudad jardín’ que fueron construidos en Jerusalén, cuando todavía la región estaba bajo el Mandato Británico. Thomas Sparr explica que «una ‘ciudad jardín’ es un concepto de finales del siglo XIX y principios del XX, cuando surgen las grandes ciudades, las ciudades industriales, donde la gente trabajaba. La gente quería crear islas verdes, jardines donde los trabajadores en particular pudieran relajarse y pasear con sus familias».
Los intelectuales
«Como transportado por una máquina del tiempo, reconocí en el mundo de los yekkes, los judíos venidos de Alemania con traje y corbata, las damas con sus vestidos y trajes de chaqueta, las Weimar, Múnich […] de las décadas de 1920 y 1930, la presencia desplazada en el tiempo de un pasado que yo tan solo conocía de oídas, por libros, por congresos», escribe Thomas Sparr.
El libro evoca un escenario ficticio (única escena novelesca en este libro) –el café Atara– a principios de los años sesenta, en donde se reúnen varios intelectuales, los protagonistas del libro. La ocasión de este encuentro es la finalización de la traducción de la Biblia del filósofo Martin Buber al alemán, iniciada en los años veinte y que cuenta con cinco volúmenes. El filólogo e historiador Gershom Scholem muestra su descontento hacia esa traducción.
Esta es la perspectiva de este libro de Jerusalén, en el que se agrupan historias y nombres. Entre los que figuran Else Lasker-Schüler, Mascha Kaléko, Walter Benjamin, Hannah Arendt (su libro Eichmann en Jerusalén provocará mucha controversia contra la autora y sus compañeros israelíes), Lea Goldberg, Anna Maria Jokl, Ludwig Strauss. «He tenido que concentrarme en aquellos que dejaron cartas descuidadas para escribir sobre la vida ahí. Es decir, aquellos cuyas obras se han conservado. Else Lasker-Schüler, Werner Kraft o Gershom Scholem. Me hubiera gustado tener una base más amplia, incluir más escenas cotidianas. Me hubiera gustado elaborar el libro más y que no hubiera tantas partes ficticias», afirma el autor.
Los perseguidos
La razón de la llegada a Rehavia, entre los yekkes, podría ser muy distinta. Una visita a familiares (como es el caso de la familia de Lotte Cohn), la emigración, internados temporalmente por la potencia colonial británica, o principalmente, escapando del antisemitismo, de la persecución nazi que les martirizaba. Rehavia se convirtió en refugio, un hogar al que huir tras el endurecimiento de la persecución a los judíos en Alemania. «La poeta Mascha Káleko dijo que ‘el hogar está en el barrio’. Para las personas que emigran, el hogar es un destino, algo que han anhelado y deseado, como Gershom Scholem. Él quería emigrar a Jerusalén.
Para el bibliotecario germano-israelí Werner Kraft, que tenía casi la misma edad, fue una «inmigración mundana», nunca aprendió hebreo. Rehavia también seguía siendo algo extraño para ellos. Así que para algunos es un punto de llegada anhelado, para otros un lugar de llegada forzosa. Algo muy duro porque muchos no pudieron sacar a sus familiares de Alemania. Uno podría sentirse en casa en algún momento en este barrio, pero al mismo tiempo podría verlo como algo muy frío, nunca como un hogar», continúa diciendo Sparr. Este pequeño microcosmos se había convertido en una casa voluntaria para algunos, sin embargo, para otros fue la huida del terror.
Rehavia en los 60 y 80
«Hay que decir que en los años sesenta se produce una transformación. En los sesenta, la inmigración está, por así decirlo, completada. Se restablecen las conexiones con Alemania de nuevo; en realidad no hay más inmigración y Martin Buber muere. Así que muchos de los primeros inmigrantes ya no están vivos o se jubilan». Los libros de esos judíos-alemanes ya fallecidos, que vivieron durante mucho tiempo en el mundo intelectual y lingüístico huido, le han servido a Sparr para que pueda esbozar esta novela.
Desde alrededor de 1980, el barrio ya no juega un papel tan importante. Ya no es un barrio exclusivamente alemán, hay muchos inmigrantes franceses y nada queda ya de esos miedos y preocupaciones que ocupaban a los judíos alemanes que llegaron huyendo del terror. «Todavía se puede ver la construcción en el exterior de las casas. Además, en Rehavia hay un museo de historia de la ciudad, el Yad Ben Zvi», termina diciendo el escritor.
Un mundo de anteayer. La obra de Sparr es un regalo para descubrir las vidas de los que ya no resultan familiares a los lectores de hoy. La historia verdadera de un barrio que se forjó a base de personas que huían de sus países para encontrar un nuevo mundo de supervivencia. Thomas Sparr rescata del olvido la «llanura de Dios» que acogió a tantos en sus brazos.