‘Revista de Occidente’: cien años de modernidad
La Biblioteca Nacional de España inaugura una exposición sobre la primera etapa de la publicación creada por José Ortega y Gasset, fundada en 1923
La Biblioteca Nacional de España, Acción Cultural Española (AC/E) y la Fundación Ortega-Marañón presentan la exposición «Revista de Occidente o la modernidad española», que se puede visitar desde este viernes. Una muestra comisariada por Juan Manuel Bonet, que acerca al público una de las principales creaciones culturales del intelectual español José Ortega y Gasset. La exposición cuenta con más de 100 piezas –de los cuales 45 pertenecen a colecciones de la BNE y el resto son préstamos de instituciones como el Museo Reina Sofía, el Museo de ABC o la Fundación del Gregorio Marañón- entre revistas, carteles, libros, fotografías, cuadros, alguna película y correspondencia, muchos inéditos.
Fundada en 1923 – el primer número apareció con las firmas de Pío Baroja, Adolf Schulten y Antonio Espina, entre otros–, la publicación fue una referencia internacional para entender el mundo contemporáneo. Entre sus colaboradores se han contado algunas de las mentes más lúcidas del siglo XX. «La revista ha sido un vínculo de conocimiento, de difusión de la modernidad, de conexión de España con el pensamiento europeo y con el de la nación americana. Lo que he tratado de contar en esta muestra es, ¿por qué esa publicación fue tan importante?», ha explicado Juan Manuel Bonet. Ortega y Gasset fundó numerosas empresas culturales, entre las que se encuentran el semanario España (1915-1924), en el cual están, por ejemplo, Azorín y muchos de la generación del 14; el diario El Sol (1917-1939) y la Revista de Occidente, la única que se sigue publicando, con su actual director, Fernando R. Lafuente, quien ha contado en primicia que están trabajando en la digitalización de la revista.
Centrada en la primera etapa (1923-1936), la exposición recorre los escenarios y protagonistas de lo que fue la «plataforma fundamental de la modernidad española», como explica el comisario en los textos de sala, ya que difundía las novedades filosóficas, científicas, literarias, artísticas, musicales, o incluso cinematográficas españolas y extranjeras. En esa primera etapa, Revista de Occidente publicó 157 números y en ellos participaron las principales figuras de cuatro generaciones literarias (de la del 98 a la de 1936) fundamentales en nuestro país, así como grandes nombres latinoamericanos. Un elenco que incluye, entre otros, a Pío Baroja, Pedro Salinas, Eugenio d’Ors, José Moreno Villa, Ramón Gómez de la Serna, Vicente Aleixandre, Emilio Prados, Adolfo Salazar, Pedro Salinas, Claudio Sánchez Albornoz, Guillermo de Torre o Fernando Vela (secretario de redacción de la revista). También dio cabida a mujeres como Rosa Chacón o María Zambrano. Revista de Occidente, en su colección «Nova Novorum» publicó, entre otros, a prosistas como Antonio Espina y Benjamín Jarnés, y tres libros poéticos clave: la primera edición de Romancero gitano, de Lorca, cuya cubierta dibujó el propio poeta; Cántico, de Jorge Guillén; y Cal y canto, de Rafael Alberti.
Traducción y vanguardias internacionales
Revista de Occidente, editada en la actualidad por la Fundación Ortega-Marañón, y su editorial aneja, cumplieron un papel determinante en la llegada de la vanguardia intelectual a España gracias, entre otras acciones, a su política de traducciones. Contaban con figuras como Manuel García Morente y Fernando Vela, José Gaos, Antonio García y Bellido, Eugenio Ímaz, Ramiro Ledesma Ramos, León Felipe, entre otros, y tradujeron el pensamiento y las obras de Sören Kierkegaard, Hugo Obermaier, Bertrand Russell, Georg Simmel, Franz Kafka y Virginia Woolf, entre una larguísima lista de pensadores y escritores contemporáneos. «La revista, por tanto, fue y es un escaparate de modernidad. Es lo que se ha querido transmitir en esta exposición: forma parte de una memoria que tenemos todos los españoles», ha dicho Juan Manuel Bonet.
La presencia del arte fue igualmente importante en la revista. No solo porque tuvo como viñetistas a algunos de los mejores pintores de vanguardia de su tiempo, sino porque también muchos de sus textos influyeron en la creación artística del momento, resultando una simbiosis tan fructífera como necesaria. Fueron colaboradores gráficos de la revista, entre otros, Francisco Bores, el portugués Almada Negreiros, el uruguayo Rafael Barradas, la argentina Norah Borges, Gabriel García Maroto, el polaco Wladyslaw Jahl y Maruja Mallo (que en 1928 expuso en el propio local de la revista).
Puente entre Europa y América
Revista de Occidente ejercía de viaducto entre Europa y América, acercando a los pueblos de habla hispana que, tras vivir de espaldas durante buena parte del siglo XIX, recuperaban entonces el fecundo diálogo del pensar compartido a ambas orillas del Atlántico. Juan Manuel Bonet explica que la Revista Occidente se vendía mucho en Argentina. «Evocamos también esa dimensión, cuando Ortega pasó parte de su exilio en Buenos Aires, y ahí tenía una gran amiga, a la que conocía desde el año 1916, y a la que por teléfono dictó el título de la publicación hermana de la Revista de Occidente, que era Sur. Esa revista es orteguiana también, y por lo tanto la Revista de Occidente está en una especie de cadena de revistas internacional, donde hemos hablado también de Contemporáneos de México». La exposición –dice el comisario– tiene algo de «galería de espejos», en el sentido de que «hay ecos entre muchos de los libros, autores y muchas de sus biografías».
El director actual de la revista, Fernando R. Lafuente, añade que «la mitad de la tirada de Revista Occidente iba a Iberoamérica. La primera reseña del libro de Borges Fervor de Buenos Aires, escrita por Ramón Gómez de la Serna, no se publica en Buenos Aires, se publica en Madrid. Es ese intercambio que va a romper con la maldita guerra; ese intercambio es constante porque en una revista muy parecida a la de Revista de Occidente, que es Contemporánea, de México, se publica la primera reseña de La destrucción o el amor del Premio Nobel español, Vicente Aleixandre».
Toda esta fue una gran época de intercambio y convivencia cultural. «Los años 20 forman parte de una época que fue de gran armonía entre todos los miembros de la cultura; luego la historia de España se complicó mucho», termina Juan Manuel Bonet.