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Céline en los infiernos (de la guerra y del antisemitismo)

Tras las peripecias del manuscrito, llega a España ‘Guerra’, un desgarrador e inédito alegato antibélico del escritor francés y colaboracionista nazi

Céline en los infiernos (de la guerra y del antisemitismo)

Louis-Ferdinand Céline, en 1932, año en que ganó el premio Renaudot por su novela 'Viaje al fin de la noche'. | Wikimedia Commons

Las peripecias que han llevado a la publicación de Guerra, la novela inédita de Louis-Ferdinand Céline (que Anagrama pone a la venta en castellano el 15 de marzo) son bastante rocambolescas y por momentos dignas de una trama de espías. Cuando las tropas aliadas liberaron París, el escritor, como otros muchos colaboracionistas de los nazis, decidió huir, primero a Baden-Baden en Alemania y después a Dinamarca. Al abandonar su apartamento del barrio de Montmartre dejó varios manuscritos en unas maletas. Cuando pudo regresar, las maletas habían desaparecido y dio los textos por perdidos. 

Mucho tiempo después, concretamente en 2020, Jean-Pierre Thibaudat, crítico teatral jubilado de Libération, decidió entregar esos manuscritos extraviados a los herederos de Lucette Destouches, la viuda de Céline, fallecida en 2019. Cómo llegaron a sus manos estos papeles y por qué los mantuvo ocultos durante décadas no lo ha aclarado, pero expertos en la obra del autor certificaron que los textos eran auténticos. La editorial Gallimard puso a la venta en Francia en 2021 el primero de los escritos recuperados, Guerra, y le dio categoría de acontecimiento literario: lanzó una primera edición de 80.000 ejemplares y a día de hoy lleva vendidos más de doscientos mil. 

Portada del libro

Sin embargo, unos años antes, cuando en 2011 tocaba celebrar el cincuentenario del fallecimiento de Céline, el Gobierno galo decidió que no habría celebración alguna, pese a que en Francia se toman estas efemérides mucho más en serio que nosotros. ¿Es una paradoja que un autor cuyo inédito se convierte en un fenómeno editorial sea silenciado en las celebraciones oficiales? Es simplemente la constatación de que su figura sigue siendo en el país vecino especialmente incómoda por lo que representa. 

Por un lado, sólo alguien muy miope se atrevería a negar que es uno de los grandes autores del siglo XX. Su primera novela, Viaje al fin de la noche, es una de las cumbres literatura francesa, tanto por su ambición temática -el alucinado recorrido de su protagonista por los suburbios parisinos, el África colonial, los capitalistas Estados Unidos …-, como por la radical ruptura que Céline introduce en el francés literario. Lo sabotea y reinventa, incorporando los coloquialismos y la jerga del lenguaje callejero y optando por una prosa abrupta y áspera, con el ritmo sincopado del jazz. 

Sin embargo, el escritor tiene otra cara mucho menos esplendorosa. En los años previos a la Segunda Guerra Mundial y durante la ocupación alemana publicó los panfletos antisemitas Bagatelles pour un massacreL’école des cadavres y Les beaux draps y fue colaboracionista. La incomodidad que esto sigue generando en Francia se evidenció cuando en 2018 la misma editorial Gallimard que ha rescatado Guerra anunció que iba a publicar esos escritos antisemitas en una edición crítica para comprender mejor la totalidad de la figura de Céline, con todas sus aristas. No pretendía -obviamente- hacer apología de las abyectas ideas políticas del autor, sino presentar esos textos de la infamia debidamente prologados y contextualizados. Sin embargo, la iracunda reacción de diversas asociaciones de memoria del holocausto y otros activistas políticos provocó hasta la intervención en la polémica del mismísimo primer ministro de entonces, Édouard Philippe. El resultado fue que la editorial reculó y canceló la publicación. Craso error, porque hoy en día, con internet, es imposible poner puertas al campo (a menos que seas el gobierno chino) y esos textos circulan por la red, sin prólogo contextualizador alguno y por lo tanto de forma potencialmente mucho más tóxica. 

Fremdenpass (pasaporte temporal de extranjero) facilitado a Céline durante la Ocupación: este documento le sirvió para huir de Francia a Alemania y luego a Dinamarca (colección François Gibault). | Wikimedia Commons

La evolución ideológica que experimentó Céline no es un caso único. Forma parte del grupo de escritores que, en los convulsos años treinta y cuarenta del pasado siglo, pasaron de posiciones iniciales cercanas al anarquismo o el socialismo a abrazar el fascismo. Otros casos más o menos célebres son los del Premio Nobel Knut Hansum, el gran poeta vanguardista americano Ezra Pound, el italiano Curzio Malaparte, el pintor y novelista inglés Wyndham Lewis… Fueron muchos más los que en aquel entonces se escoraron hacia el lado opuesto y abrazaron el comunismo y el estalinismo, pero a estos, vaya usted a saber por qué, se los suele juzgar con menos severidad. Fueron muy pocos los que en aquella época de polarización extrema mantuvieron la cordura y el espíritu crítico y por ello tienen especial valor figuras como Orwell, Camus o, el en caso español, Chaves Nogales, uno de los escasos intelectuales que en la guerra civil supo esquivar la radicalización (si les interesa el tema, el libro de referencia sigue siendo Las armas y las letras de Andrés Trapiello). 

Céline sigue siendo incómodo en Francia porque su genialidad literaria imposibilita esconderlo debajo de la alfombra y eso lo convierte en un recordatorio permanente de que hubo franceses colaboracionistas durante la ocupación alemana. El suyo no fue un caso aislado, hubo muchos en todos los ámbitos, incluido el intelectual. Algunos lo pagaron con su vida cuando llegó la liberación: Robert Brasillach fue fusilado, Pierre Drieu La Rochelle se suicidó en las postrimerías de la guerra ante lo que se le venía encima… Pero la lista de los que colaboraron en diversos grados es larga, como queda bien retratado en el estupendo libro de Alan Riding Y siguió la fiesta, sobre la vida cultural en el París ocupado. 

En la posguerra, el Gobierno De Gaulle se esmeró en construir un imaginario patriótico según el cual todos los franceses, salvo unos pocos garbanzos negros, fueron poco menos que combatientes de la Resistencia. Céline, que tras pasar más de un año en la cárcel, fue amnistiado en 1951, siguió escribiendo y se convirtió en un recordatorio permanente de que el mito gaullista de la Francia heroica y resistente tenía muchas lagunas. Basta para demostrarlo el vergonzoso episodio del Velódromo de Invierno de París en 1942, cuando los agentes de la gendarmería  francesa detuvieron y confinaron allí a miles de judíos para ser deportados a los campos de exterminio. 

Louis-Ferdinand Destouches (Céline), con uniforme del 12º regimiento de coraceros. Mayo de 1914.| Fotógrafo J. Coutas / Wikimedia Commons

Pero volvamos a Guerra. ¿Es un acontecimiento literario o una hábil operación de márquetin editorial? ¿Es realmente de una gran novela inédita que aporta elementos clave para entender mejor la obra de Céline, o estamos ante un texto menor solo atractivo para estudiosos y entusiastas? 

Se trata de una novela breve y que quedó en estado de borrador. El manuscrito incluye algunas palabras ilegibles que se marcan como tales en la edición y parece obvio que Céline jamás la hubiera publicado así. Ahora bien, el texto tiene la indiscutible fuerza literaria del escritor y para ello basta con leer el potentísimo y brutal arranque, en el que el personaje ha caído herido en el campo de batalla: «Parte de la noche siguiente aun debí pasarla allí tirado. Tenía la oreja izquierda pegada al suelo con sangre, la boca también. Y entre las dos, un ruido inmenso. Me dormí en el ruido y luego llovió, una lluvia muy densa».

Además, es una pieza relevante para entender mejor la trayectoria de Céline. Toda su literatura es de corte autobiográfico, aunque el autor siempre manipula los hechos para convertirlos en ficción. Así, por ejemplo, el Viaje al fin de la noche, publicada en 1932 y galardonada con el Premio Renaudot, es el retrato de sus años de juventud, mientras que su otra novela anterior a la guerra, Muerte a crédito de 1936, está inspirada en su infancia. En la trilogía de posguerra que forman De un castillo a otroNorteRigodon narraba sus experiencias durante la huida de Francia, el exilio en Dinamarca y su detención y encarcelamiento. Guerra recrea literariamente una experiencia crucial en la vida de Céline: su participación como soldado en la Primera Guerra Mundial, en la que fue herido en la cabeza cerca de Ypres, en el frente belga. Recibió por ello una medalla al valor y fue hospitalizado. Esto es lo que narra la novela, que se convierte en un desgarrador alegato antibélico, escrito de un modo visceral y grotesco, repleto de violencia, brutalidad y también sexo en la parte final, con la presencia del personaje femenino de Angèle. Al salir del hospital el escritor se marchó a Londres y así es como se cierra esta novela y se abre su continuación, titulada precisamente Londres. Otro inédito, todavía no publicado en castellano, que Gallimard lanzó en octubre de 2022 en francés.

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