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Éric Vuillard o el viaje a los fantasmas de la Francia colonial

«Lejos de la épica de la novela histórica, o de la frialdad de los  manuales, Éric Vuillard se acerca a la realidad dándole sentido desde la Literatura»

Éric Vuillard o el viaje a los fantasmas de la Francia colonial

El escritor francés Éric Vuillard durante la presentación de 'Una salida honrosa'. | Europa Press

Cuando el escritor francés Éric Vuillard se topó hace algunos años con una guía de viaje sobre Indochina, publicada en 1923, le llamó la atención el breve vocabulario que se recomendaba a los turistas: «Ve a buscar un rickshaw, acelera, ve más despacio, gira a la derecha, retrocede, pon la capota, llévame al banco, a la joyería, a la concesión… ». 

Se trataba de un léxico carente de cortesía, de pura servidumbre, donde se mostraba sin querer la plena sumisión de los vietnamitas al hombre blanco. En esa misma guía se incluía un anuncio en el que se ofrecía a los turistas la compra de armas de caza y de guerra, un nimio detalle que para el escritor significó la confirmación de la relación entre turismo y colonialismo, una relación que, según él, aún pervive.

Fue así como Vuillard (Lyon, 1968) comenzó a adentrarse en los porqués de la guerra de Indochina, un conflicto colonial ensombrecido por la guerra de Argelia y por la posterior intervención americana, una guerra en la que, hasta en las películas, los vietnamitas son figurantes, el atrezo anónimo de una aventura europea. Ellos pusieron los muertos y los occidentales el relato.

El objetivo del escritor francés no es otro que el de revelar aquello que no aparece en los libros de historia. En sus obras anteriores, siempre en apenas doscientas páginas, ha analizado las dos guerras mundiales, la Revolución Francesa o las guerras de religión del Siglo XVI. Por El orden del día, en la que narraba la formación de la Alemania nazi, se alzó en 2017 con el prestigioso premio Goncourt. Todas, en su conjunto, podrían formar un gran volumen sobre la guerra, sus causas y sus consecuencias. En Una salida honrosa toca el turno de interpretar el desastre de Indochina.

Portada de la obra de Éric Vuillard, ‘Una salida honrosa’.

Lejos de la épica de la novela histórica, o de la frialdad de los  manuales, Éric Vuillard se acerca a la realidad dándole sentido desde la Literatura. Fiel a su estilo, en esta novela corta se suceden una serie de escenas que, vistas en su conjunto, explican el drama prestando atención a los factores que desencadenan los hechos. Una guía de viaje, un informe de inspección laboral  o el consejo de administración de un banco son parte de las piezas del puzzle a través del cual el autor reconstruye el pasado. Las novelas modernas, resume Vuillard, «no explican las vidas de las personas, sino la vida de las instituciones o de las empresas». 

Con el fantasma de la matanza de Dien Bien Phu acechando tras cada página, en Una salida honrosa no se dan detalles de las batallas ni se cuentan dramáticas historias de sangre y fuego: es en las explotaciones agrícolas y minas francesas del país asiático, donde se maltratan y esclavizan a los trabajadores ante la pasividad de las autoridades, en los debates de la Asamblea Nacional, en los palacios y cuarteles de la administración militar colonial y en las salas de juntas de las grandes corporaciones que explotan el territorio donde se produce y se mantiene una guerra que provocará más muertos que las bajas sufridas por Francia y Alemania durante la I Guerra Mundial.

A través de estas escenas, Vuillard, con una objetividad que raya la crueldad, o quizás son crueles los comportamientos que analiza, pone nombres y apellidos a los personajes que representan a los poderes fácticos que se esconden tras las grandes decisiones del Estado. Una burguesía endogámica, donde los mismos nombres y apellidos se repiten en los altos puestos de la administración, de las grandes empresas y de los cargos militares, es la protagonista de un desastre que aún no ha sido suficientemente condenado. Vuillard, con su prosa concisa y descarnada, entre un Zola y un Céline, según el caso, apunta sin miramientos y él solo abre y cierra una causa general contra la clase dirigente de la IV República.

Al contrario que en Argelia, señala el autor, donde vivían franceses, Francia operaba en Indochina como si fuera una empresa. Tras más de treinta años de guerra, contando la presencia americana, Vuillard se extraña ante el olvido de «la guerra colonial más brutal que ha existido», donde hubo 400.000 muertos por parte de Francia y de Estados Unidos y al menos 3.600.000 por parte vietnamita. 

A pesar de centrarse en el fin de la colonia francesa, Una salida honrosa es una novela actual, en la que pueden encontrarse paralelismos con conflictos presentes, de Mali a Ucrania, y que sobre todo, ahí está su dibujo sobre la caída de Saigón, ya en época norteamericana, nos recuerda a la reciente salida de las potencias occidentales de Kabul. Tantos años después, como en Vietnam, se prolongó una guerra perdida buscando una salida honrosa. Quizás, concluye el autor,  hubiese sido mejor la deshonra. 

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