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Cultura

'Ozono', una tribuna contracultural

El volumen ‘Un sueño alternativo’, con las 50 portadas que llegaron a aparecer, rinde homenaje a la revista libertaria que se mantuvo entre 1975 y 1979 en España

‘Ozono’, una tribuna contracultural

Parte de la portada del libro

En la etapa final del franquismo hubo una gran ebullición de publicaciones políticas y culturales que buscaban la libertad por los resquicios que permitían las circunstancias. Una de ellas, sorprendentemente original y rompedora era Ozono, «revista de música y otras muchas cosas», según se autodefinía en la portada. En realidad, aunque sus primeros progenitores, en mayo de 1975, fuesen un grupo de periodistas musicales encabezados por Álvaro Feito, muy pronto -a partir del número 6, cuando tomó la dirección Alfonso González Calero– amplió su espectro a los temas sociales, la política nacional e internacional, las ideologías, la cultura en todos sus campos o fenómenos incipientes como el feminismo y el medio ambiente.

Todo ello en un ambiente de libertad de creación que hizo que algunos considerasen a Ozono una publicación libertaria, en el sentido de anarquista. En realidad de lo que se trataba era de algo totalmente novedoso en España, una tribuna contracultural, que remaba en la misma dirección que la izquierda, aunque era independiente de los collares ideológicos de los partidos de izquierdas.

La contracultura fue un aire de extrema libertad e inconformismo que en los años 60 se había extendido por los países donde disfrutaban de viejas democracias, al calor de la psicodelia, la libertad sexual y la revolución del Mayo del 68. Hablar de contracultura en España, donde todavía no se había alcanzado la democracia, resultaba utópico, pero ese fue precisamente el mérito de Ozono, plantearse un horizonte ideológico-cultural utópico, más allá de la legalización de los partidos políticos, la convocatoria de elecciones libres, o redactar una Constitución, que era en lo que estaba centrada la mayoría.

Portada del libro

Ozono tuvo una amplia gama de colaboradores. En sus inicios se encargó de su imagen Alberto Corazón y tuvo como editor a Manu Leguineche, dos nombres que luego se integrarían en la cultura oficial como un cotizado diseñador y un maestro de periodistas, pero todo el Madrid progre paso por allí y fue uno de los viveros de la famosa movida madrileña.

Ahora se ha presentado un libro-homenaje a aquel «sueño alternativo» que se mantuvo, heroicamente dada la falta de respaldo económico, entre 1975 y 1979. Se trata de un volumen de gran formato, para poder reproducir a tamaño real y en sus colores las 50 portadas que llegaron a aparecer, algunas verdaderas obras maestras de la entonces nueva arte del diseño. Los editores de la obra, el antiguo director Alfonso González Calero y Víctor Claudín, han seleccionado artículos aparecidos en todos sus números, así como artículos actuales de medio centenar de algunos de los colaboradores supervivientes. La plantilla de colaboradores de Ozono era su principal activo, pues fue amplísima -unos 250- y con una amplia gama ideológica, incluyendo nombres luego famosos como Juan Goytisolo, Fernando Savater, Francisco Umbral o Carmen Martín Gaite.

El acto de presentación tuvo lugar en la Asociación de la Prensa de Madrid, con una nutrida concurrencia de antiguos colaboradores de Ozono que desde diversas trincheras lucharon en su día por la Transición hacia la democracia que hoy disfrutamos. 

Ozono, un sueño alternativo (1975-79)
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