Camille Thomas, la chelista en el tejado
La intérprete franco-belga, cuyos vídeos se hicieron virales durante la pandemia por tocar en las azoteas de París, presenta su trilogía ‘The Chopin Project’
Durante el primer confinamiento, la violonchelista franco-belga Camille Thomas se hizo viral por sus vídeos que dieron la vuelta al mundo, en los que tocaba en una azotea en París. En el segundo encierro, empezó a tocar en museos vacíos, desde el Louvre hasta el Palacio de Versalles. «Fueron meses de ansiedad. Y un día, decidí tocar algo cuando salíamos todos a los balcones o en las azoteas aquí en Francia. Fue un momento de comunicación, maravilloso. Lo mismo pasó con los museos. Cuando las cosas empezaron a mejorar un poco, pero los museos todavía seguían cerrados y no había conciertos en vivo, comencé este proyecto. A medida que iba tocando en diferentes museos, desde el Louvre me llamaron para preguntarme si querría ir a tocar ahí. Fue mágico», explica Camille Thomas a THE OBJECTIVE.
Ahora, la violonchelista presenta The Chopin Project: una trilogía grabada con el célebre sello Deutsche Grammophon. A través del sonido del violonchelo, la artista descubre de otra manera la vida y la obra de uno de los más grandes compositores de la música clásica, Frédéric Chopin (1810-1849). Hoy presentará el proyecto por primera vez en España en el Auditorio de Tenerife junto con el pianista Julien Brocal.
«He estado escuchando la música de Chopin toda mi vida. Es una música que puedes escuchar en cualquier estado; en momentos de alegría, de tristeza y ansiedad o melancolía. Porque hay una intimidad increíble en esta música. Es como si Chopin se acercara a tu corazón y hablara de cosas muy íntimas que todos los seres humanos sentimos». Este es el proyecto más ambicioso de la intérprete hasta la fecha y se presenta en tres capítulos: arreglos para violonchelo, música de cámara y el legado de Auguste Franchomme (1808-1884), amigo íntimo de Chopin que transcribió la mayoría de sus obras para violonchelo.
No en vano, Camille Thomas es una de las violonchelistas más solicitadas de su generación. Con su expresiva forma de tocar, su madura interpretación de los giros musicales y su impecable técnica, además de su actitud optimista y su energía, la artista ejerce un hechizo evocador y parece fundirse con su instrumento cuando hace música. El violonchelo ha estado en el centro de la vida de Thomas desde la infancia, y ya daba sus primeros conciertos a los 15 años, ganando prestigiosos concursos y premios, como «Nuevo talento del año» de la Unión Europea de Radiodifusión, el equivalente radiofónico del Festival de Eurovisión. «Cuando tenía cuatro años y oí el violonchelo en un disco, inmediatamente le dije a mi madre: ‘Esto es lo que quiero hacer’. Y ese es realmente mi primer recuerdo. Y desde entonces, el violonchelo siempre ha estado conmigo», cuenta.
Tres discos y el Stradivarius Feuermann de 1730
Este triple álbum ofrece a los oyentes tres perspectivas muy diferentes sobre el compositor. El primer disco Chopin para violonchelistas, contiene las piezas más famosas del compositor, que puede redescubrirse bajo una nueva luz, por una parte, en arreglos de Franchomme y Glasunov, por ejemplo, y por otra en arreglos de la propia Camille Thomas. Bajo el título Música de cámara completa, la segunda parte del proyecto incluye toda la música de cámara de Chopin, concretamente tres piezas para violonchelo y piano, dos de las cuales fueron compuestas con Auguste Franchomme, así como su Trío op. 8. Por último, El legado de Franchomme reúne las obras del violonchelista Franchomme. Hay un bonus track: una grabación de la canción que Serge Gainsbourg escribió sobre el Preludio Op. 28, No. 15, que ofrece un añadido particularmente ingenioso al variado mosaico.
Pero lo interesante de todo ello, es que Camille Thomas toca el Stradivarius Feuermann de 1730, uno de los violonchelos más exquisitos del mundo, cedido por la Nippon Music Foundation y que también había pertenecido a Franchomme. De hecho, el concierto en España se realizará con ese mismo instrumento. «Es maravilloso tener el increíble honor y la oportunidad de tocar el violonchelo que el amigo de Chopin tocaba, es una sensación mágica», cuenta con gran entusiasmo. El famoso violonchelo acompañó a Chopin en sus últimos días porque un día antes de morir este le pidió a su gran amigo, Franchomme, que tocara para él «el Largo de la Sonata para violonchelo en sol menor, op. 65 que compusieron juntos».
Camille pensó que debía dedicar un proyecto de mayor magnitud al compositor que siempre la había acompañado, más cuando tocaba con el instrumento de su amigo y cuando había visto en el proceso de investigación que había muchas composiciones poco estudiadas. «Pensé que sería genial hacer la música de cámara completa. Y entonces encontré en la Biblioteca Nacional de Francia unos manuscritos que rara vez o nunca se han tocado, de transcripciones de música de Chopin para cuatro violonchelos y piano. Había tanta música hermosa y tantas cosas conectadas que pensé que es una historia que necesitaba contar en muchos álbumes. Tardé días, de verdad, sólo para entender todo lo que había descubierto y para elegir qué tocar de todo aquello».
La intérprete soñaba con grabar el Preludio Op. 28, No. 15 de Chopin, conocido como el preludio de la «Gota de Lluvia» para piano. «Me encanta escucharlo con Maurizio Pollini, por ejemplo. Pensé: ‘Sería increíble poder tocarlo con el violonchelo’. Y pensé que, si Franchomme no lo transcribió, entonces lo haría yo. Pero de alguna manera estaba segura de que él lo había hecho. Así que creo que durante dos años mantuve esta idea en mente. Entonces un día revisé de nuevo una partitura con un pequeño preludio al principio. Y cuatro páginas después, esta transcripción estaba allí. Fue como un regalo del cielo. Mi intuición era correcta. Este descubrimiento tan hermoso llevó su tiempo, pero mereció la pena», comenta.
El proyecto paralelo: ‘Friends‘
El triple álbum de Camille Thomas es mucho más que una recopilación de música conmovedora. Es un testimonio del examen intensivo de la vida y la obra de Chopin por parte de la intérprete, que abre perspectivas musicales totalmente nuevas sobre el maestro compositor. Además, The Chopin Project celebra el poder de la amistad, tanto entre Chopin y Franchomme como entre Camille Thomas y sus colegas músicos. Con un vídeo inspirado en la serie Friends la violonchelista presentaba la participación de sus amigos y profesores en esta aventura. «Pensé que realmente quería continuar haciendo este proyecto con personas que son realmente cercanas a mí. Fui tan inspirada por la amistad entre Chopin y Franchomme ‐que duró desde el día en que el primero llegó a Francia procedente de Polonia hasta sus últimas horas- que pensé que podría hacer lo mismo».
Los pianistas Julien Brocal, Julien Libeer y Lucas Debargue y el violinista Daniel Hope forman parte de este proyecto. «Este último toca el violín Guarneri de 1742 llamado «ex-Lipinski» por haber pertenecido al famoso violinista polaco Lipinski, un virtuoso del momento y Chopin asistió a sus conciertos», explica Camille Thomas. Asimismo, cuenta con sus dos grandes maestros, Frans Helmerson y Wolfgang Emanuel Schmidt: «Los dos son muy importantes para mí. Ya teníamos tres generaciones de chelistas, así que le pregunté a uno más joven si podía unirse: el chelista coreano Jaemin Han, que solo tiene 16 años. Creo que es maravilloso apoyar a la generación más joven. Así que en este proyecto participamos cuatro generaciones de chelos, «los chelo-aventureros» y pienso que ha sido un gran trabajo».