Donna Leon, una vida de novela negra
Seix Barral publica ‘Una historia propia’, la ajetreada autobiografía de la creadora del comisario Brunetti
Ochenta años de vida dan para vivir muchas aventuras. Los hay que no, que llevan vidas anodinas, pero una extensa mayoría de personas de esa edad podría perfilar una novela a partir de su vida. O más de una. Si esa persona, además, tiene conocimiento de los rudimentos de la escritura entonces podemos encontrarnos ante textos que sean grandes biografías. Así sucede con las autobiografías de Patti Smith o Barack Obama, entre un amplio abanico de voces.
Esa es la casualidad que se da en fondo y forma en la biografía de Donna Leon, dama de la novela negra, titulada Una historia propia (Seix Barral, 2023). Una vida nómada, alejada de convencionalismos, entregada a trabajos extraordinarios son ingredientes de la fórmula perfecta. Como si de una espía internacional se tratase, de la trama de su vida puede hacerse una buena novela negra.
Dicha vida, repleta de aventuras, explica la fértil imaginación de Leon, de cuya mente han salido más de 30 aventuras del comisario Brunetti, adaptado a serie de televisión en los últimos años. Descubrimos la génesis de muchas ideas de sus libros, como que su personaje Brunetti vagando por Venecia tiene mucho de la experiencia romántica de la autora con la ciudad. También que elementos transversales a toda su obra como el amor a la cultura italiana o la ópera lo son también en el día a día de la autora, cuyo rastro en las novelas se revela cristalino con la autobiografía.
Donna Leon nació en Nueva Jersey el 28 de septiembre de 1942. En 1965 estudió en Perugia y Siena. Continuó en el extranjero y trabajó como guía turística en Roma, como redactora de textos publicitarios en Londres y como profesora en distintas escuelas norteamericanas en Europa y en Asia (Irán, China y Arabia Saudí). De su obra destaca Las joyas del Paraíso (2012), una novela negra ambientada en el mundo de la ópera y el libro de ensayos Sin Brunetti (2006). Sus libros, por los que ha sido galardonada con el Premio Pepe Carvalho 2016, han sido publicados en 35 países.
Pasión por la música
Una personalidad tan abrumadora como la de Donna Leon es explicada en su biografía como resultado de una madre muy especial, a la que llama lunática, una mujer fumadora y bebedora, con una personalidad igual de arrolladora forjada en los años treinta. En Una historia propia decide narrar su infancia en relación a una granja familiar que visitaba a temporadas, centrándose sobre todo en buenas anécdotas familiares y olvidándose de todo lo demás, de forma que el tono del libro se mantiene siempre alegre. Narra sus relaciones de afecto creciente con la lectura, con la gastronomía y la ópera. Se proyecta también en la forma de narrar la sombra de su amor por otros novelistas, especialmente, por Charles Dickens.
Mencionado el amor por la ópera, igualmente en el texto queda por descubrir toda una genealogía de amor por la música que va más allá de ese género. La importancia de la música clásica en su vida es tal que termina del siguiente modo uno de los capítulos: «Espero que las personas que se han criado en un mundo en el que la música clásica se ha diluido hasta convertirse en algo banal por culpa del uso excesivo en lugares inadecuados, algún día la experimenten por separado y hallen en ella el consuelo y la exaltación de espíritu que nos da la belleza. Además, espero también que les entusiasme y les perturbe, que les haga sentirse débiles».
La autobiografía narra la época viajera de su vida, antes de instalarse en Venecia, en la que trabajaba dando clases de inglés a distintos soldados de todo el mundo. Así pues, Leon estuvo presente en la revolución iraní de 1979. También bajo el control de los políticos chinos en Suzhou, con los que se muestra muy crítica. Igual de crítica se expresa con los líderes de Arabia Saudí y explica lo aburridos que se le hicieron nueve meses allí. En la parte final de su autobiografía, cuenta que, como saltaba de una oferta laboral a otra, terminó en Italia, donde se enamoró de las gentes y sus ritmos de vida, primero de Roma y luego de Venecia, donde se instalaría y donde tantas aventuras ha vivido el comisario Brunetti. Es desde allí desde donde escribe estas memorias que son también una carta de amor propio.