'Matar al presidente': anatomía de un magnicidio
Una docuserie recoge el momento político previo y las incógnitas sobre la muerte de Carrero Blanco 50 años después
20 de diciembre de 1973. A las 9.27 h. de la mañana el Dodge 3700 GT en el que viaja el presidente del Gobierno, el almirante Luis Carrero Blanco, salta por los aires y cae en la azotea de una residencia que los jesuitas tienen en la calle Claudio Coello de Madrid. Tras el atentado se produjo un enorme socavón que, que en el imaginario colectivo, quedó como metáfora del hundimiento del régimen franquista. El caudillo ya no sería el mismo. Viejo y enfermo, se le vio llorar en el Consejo de Ministros posterior al atentado. Algunos historiadores sitúan el inicio de la Transición en esos momentos, al desaparecer el personaje que debía guardar las esencias del franquismo cuando faltase el dictador.
El próximo 20 de diciembre se cumplirá el 50 aniversario de un magnicidio que cambió la historia de España. Movistar Plus aprovecha la ocasión para estrenar Matar al Presidente, una docuserie de tres capítulos cuya primera parte puede verse ya en la plataforma. Con un ritmo trepidante, la producción convierte las entrevistas, las escenas ficcionadas y el material de archivo en un auténtico thriller de espías gracias al eficiente montaje y a una música que apoya con fuerza la narración de la historia.
La serie, creada y dirigida por Eulogio Romero con la producción de Movistar Plus+ y 100 balas (The Mediapro Studio), cuenta con los testimonios del premio Pulitzer Tim Weine; de periodistas como Antonio Rubio o Pilar Urbano; de exmiembros del CESID como Mikel Lejarza, El Lobo; del exministro Rodolfo Martín Villa o del nieto del almirante, José Enrique Carrero-Blanco.
Terroristas inexpertos
Durante el primer capítulo, se realiza un buen resumen del momento político previo al asesinato de Carrero para concluir, a través de los diferentes testimonios, también con grabaciones de la propia viuda del almirante, que todos querían muerto al presidente: mientras se retrata a los etarras que la versión oficial responsabiliza del atentado como unos terroristas inexpertos y chapuceros, va creciendo la teoría de una posible ayuda por parte de la CIA, tras un tenso encuentro mantenido días antes por Carrero con Henry Kissinger, secretario de Estado de EE UU, con las bases militares como telón de fondo, y de un posible complot desde el interior del propio franquismo (por acción u omisión).
Se trata de simples conjeturas, y no nuevas precisamente. Según el director de la docuserie, su idea era hacer un buen resumen de todas las incógnitas, «algunas más documentadas y otras más conspirativas» que, 50 años después, siguen sin resolverse en lo que sería nuestro propio caso JFK.
Es éste el principal debe, y a la vez el mayor acierto, de la producción. Aunque se anuncia como la primera vez que se accede de forma completa al sumario, no se aportan pruebas nuevas o indicios claros en ningún sentido, pero sí se realiza un emocionante contexto histórico, dándole la medida adecuada a unos hechos que hoy son una simple línea en los manuales de 2º de Bachillerato.
«Todos querían muerto a Carrero Blanco. Se dejó hacer y luego se echó tierra encima», se oye a su hija en un audio. Los presuntos autores nunca fueron juzgados y el crimen se perdonó gracias a la amnistía de 1977. Las incógnitas siguen sin aclararse y las teorías conspirativas vigentes, algo que lamentan especialmente los familiares del chófer y del escolta que acompañaban al presidente y que también fallecieron en el atentado.
‘Operación Ogro’
Durante el último medio siglo el asesinato de Carrero Blanco ha sido protagonista de múltiples producciones audiovisuales, sobre todo documentales y reportajes periodísticos. Sin embargo, nos gustaría rescatar dos ficciones con motivo de esta efeméride.
Operación Ogro (1979) es sin duda una de las películas de temática política más destacadas de la Transición. Se trata de una coproducción hispanoitaliana dirigida por Gillo Pontecorvo, que obtuvo el David di Donatello a la mejor dirección por la misma, y que contó con la participación de actores como Gian María Volonté, Eusebio Poncela, José Sacristán y Ángela Molina. Bien recibida en el Festival de Venecia, se basa en la versión que dan los terroristas de ETA en el libro homónimo.
Más reciente es la miniserie El asesinato de Carrero Blanco, dirigida por Miguel Bardem y producida por Radio Televisión Española en el año 2011. Con dos episodios, se centra en los preparativos del atentado, dando pábulo a las teorías conspirativas que ponen el foco en el papel de la CIA. Puede verse de forma gratuita en RTVE Play.