Benjamín Labatut y el libro más leído por los críticos este 2023
El escritor se consagra en España junto con su coterráneo, Alejandro Zambra, como los estandartes de las letras chilenas
La nueva novela del escritor chileno-holandés Benjamín Labatut (Rotterdam, 1980), MANIAC (Anagrama, 2023), está en todas las listas de libros del año. No es de extrañar su éxito con este tercer libro, luego de Un verdor terrible, compendio de relatos científicos que cuestionan la realidad y convertido en un superventas en 2020.
Aunque el escritor no es proclive a escribir novelas, se vio obligado a crear una con MANIAC, narración en la que estuvo trabajando algunos años. Originalmente escrita en inglés y traducida al castellano por el mismo autor, la estructura narrativa gira alrededor de la figura de uno de los padres de la bomba atómica y la inteligencia artificial moderna, el matemático John von Neumann.
En una entrevista para este medio, Labatut nos confirma que John von Neuman «es el ser humano más inteligente del siglo XX» y del que necesitaba escribir porque siente cercanía con el matemático al poseer un amor irracional que bordea la locura; en su caso, con la literatura. Como escritor afirma que «la literatura es una religión sin fe. No tienes una deidad tutelar». Es por ello que cree en von Neuman como una especie de Buda: «lo de John es un despertar y así fue descrito por su mejor amigo. Solo él estaba plenamente despierto, entonces cuando ocurren estos despertares siempre son interesantes y peligrosos».
En contraposición con la genialidad peligrosa de Von Neuman, la historia se construye a través de varias figuras que acompañan al científico: Paul Ehrenfest, amigo íntimo de Albert Einstein, y Lee Sedol, el gran maestro del Go que se enfrenta a una máquina.
«Paul es un profeta. Es un hombre que sufre porque tiene enfermedades mentales, sufre de depresión, melancolía y tal vez bipolaridad. Sufre porque ama a su mujer, porque ama a su amante, porque ama a su hijo y su hijo está enfermo. Sufre porque es judío y porque ve el nazismo a su alrededor. Pero también, y esto es lo más importante, sufre porque siente que ya no es capaz de entender aquello que más quiere en la vida que es la física, la física se ha vuelto algo incomprensible para él». En la novela se refleja como Paul es en esencia un profesor, «alguien que le gusta iluminar a los demás. Entonces el libro empieza con él, con el sacrificio de su hijo, con su autosacrificio al verse enfrentado a un mundo que se estaba, desde su punto de vista, alejando del sentido» y que, por lo tanto, se estaba «alejando de la humanidad». Posteriormente, en MANIAC se narra a través de diferentes voces la historia John von Newman que, como señala Labatut, «es la encarnación de la inteligencia en su sentido más afilado, más penetrante». La novela cierra con la historia de Lee Sedol, «es un artista que está buscando una belleza que intuye, que trata de construir y que cuando finalmente la ve sobre el tablero, lo destruye».
La estructura del libro semeja «un rito de magia», explica el autor. Comienza con un sacrificio, pasa por una iluminación y termina con una muerte, la de Lee frente al tablero, con el nacimiento de la inteligencia Alpha Zero. «Este libro también es una invocación y por eso está infectado del lenguaje religioso, de conceptos del misticismo. Estamos en un momento apoteósico, en el que estamos llamando a una inteligencia que, por lo menos desde nuestro punto de vista, es bastante extraterrestre».
En relación con la inteligencia artificial, Labatut subraya que los sistemas actuales tienden a ser predictivos y, por ende, oraculares. Su funcionamiento interno es impenetrable, lo que dificulta la comprensión de lo que realmente sucede. En su visión del futuro cercano, el escritor cree que la sociedad actual condena a estas inteligencias, pero son «una realidad inevitable» y que entenderlo es complejo porque «obviamente nos demoramos entre que surge una tecnología y empezamos a procesar lo que significa».
Además, entendiendo lo predictivo y «oracular» que puede llegar a ser una inteligencia artificial, señala que «no hay que olvidarse que puede que esto no funcione, puede que la IA entre en un nuevo invierno, puede que todos estos sistemas se queden en el estado en que están ahora, donde son varieté. Puede que nunca se manifieste este monstruo maravilloso. Eso es real. Eso es completamente real o puede que no, puede que despierte una nueva conciencia en el mundo y tengamos que lidiar con eso».
«Hasta lo que yo recuerdo ninguna tecnología ha hecho que todo el mundo se vuelva contingente a la pregunta de ¿qué es la conciencia?, ¿qué es el pensamiento? o ¿cuál es el valor del ser humano?»
Labatut finaliza creyendo que hay que mirar más allá del miedo. «Hasta lo que yo recuerdo ninguna tecnología ha hecho que todo el mundo se vuelva contingente a la pregunta de ¿qué es la conciencia?, ¿qué es el pensamiento? o ¿cuál es el valor del ser humano? Tenemos alma, tenemos algo que no se puede ver, algo que no es computable». Esas preguntas que eran de la filosofía ahora se trasladan a las personas y «se las tiene que hacer mientras espera la micro o cuando compra el pan». Es por estas preguntas que el escritor cree que «si nos enfocamos como humanidad y nos enfocamos en la ciencia, si de pronto los gobiernos se dan cuenta de hay que invertir en el estudio de la conciencia como algo necesario y ojo, necesario y peligroso, nos entendemos a nosotros mismos, pero no solamente como algo bueno; siempre tiene efectos para un lado y para el otro. Si tuviésemos cada vez que comprendemos algo más capacidades de control, también, por ende, aumentarían nuestras capacidades de daño».