Tomás Marco lleva a Don Juan Tenorio a la ópera
El Teatro Real ofrecerá el estreno absoluto en versión escénica de ‘Tenorio’ del 13 al 19 de mayo
Entre los días 13 y 19 de mayo el Teatro Real ofrecerá cuatro funciones de una nueva producción del Tenorio – la primera ópera contemporánea que trata el tema de Don Juan, al menos de este siglo– de Tomás Marco (1942) estrenada en versión de concierto en el Teatro Auditorio San Lorenzo de El Escorial en 2017 y que tendrá finalmente su estreno escénico absoluto. «La compuse entre 2008 y 2009 por un encargo que me hizo el Estío Musical Burgalés, que no se pudo estrenar porque vino la crisis económica y desapareció el Festival. En aquel entonces, no hacía mucho, había compuesto otra ópera, El caballero de la triste figura sobre Don Quijote. De repente me interesó, para esa nueva ópera que tenía en mente, hacer el mito de Don Juan. Pero evidentemente ha sido tratado por muchísima gente. Entonces se me ocurrió que la parte principal del desarrollo de la historia iba a ser el propio Don Juan Tenorio de Zorrilla, porque quizás es la más conocida. Después mi libreto incluye también textos de Tirso de Molina, Da Ponte, Lord Byron, Quevedo… Todos han tratado el tema desde el punto de vista de la moral y de la condena, yo quería enfocarlo de una manera más abierta», explica Marco a THE OBJECTIVE.
La dirección musical es de Santiago Serrate, gran conocedor de la partitura, que ya dirigió el estreno y la grabación discográfica de la obra. La puesta en escena de la Agrupación Señor Serrano (Pau Palacios y Àlex Serrano) indaga precisamente sobre el arquetipo de este depredador sexual en la actualidad, en una propuesta dramatúrgica de Clara Serra, filósofa e investigadora en el ámbito de cuestiones de género, sexualidad y feminismo. «El proceso es interesante. Evidentemente en mi libreto pasa lo que pasa. Y luego hay como un libreto impostado en el mío, que es el como lo ve Señor Serrano, como la filmación precisamente de ese libreto. Eso ofrece otras variantes de posibilidad. Lo que yo he escrito está ahí. Y luego, toda la experiencia que hace la agrupación en la parte visual, que también puede ser discutida, amada o rechazada, pero que en todo caso da otra visión interesante».
Según el compositor español, el mito convive con nosotros, nos disculpa de ciertas actitudes y nosotros estamos unidos a él, aunque no participemos explícitamente. «Todo esto me llevó a pensar qué significa el mito hoy día, cómo ha variado. Evidentemente el Don Juan del siglo XVI, que es donde nace, no es el Don Juan que podríamos ver hoy». El Tenorio de Marco no es condenado propiamente. Marco no le juzga, deja que el público reflexione solo. «El mito viene a ser como una leyenda evolutiva. Incluso al final tienen que decidir si es amor o es otra cosa. Porque yo termino con un soneto de Quevedo que es sobre el amor después de la muerte: ‘Polvo serán, mas polvo enamorado’. Ahí lo dejo y cada uno que juzgue lo que quiera».
Doña Inés, el pilar de la obra
THE OBJECTIVE también ha conversado con la soprano guatemalteca Adriana González (1991) que interpretará a Doña Inés en estas 4 funciones. A sus 33 años se ha convertido en una de las sopranos más aclamadas tras debutar, el verano pasado, en el prestigioso Festival de Salzburgo con el rol mozartiano de la Contessa en una nueva producción de Le Nozze di Figaro de Mozart. Ha sido galardonada con numerosos premios, entre los cuales destacan el «New Upcoming Artist Award» otorgado por la Hemeroteca Nacional de Guatemala o el Primer Premio en el «Concurso de Canto Otto Edelmann» en Viena. También recibió el Premio del Público en el «Concurso Internacional de Canto Francisco Viñas» en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona, así como el Premio Extraordinario del Teatro Real.
Comenzó sus estudios con Barbara Bickford. «En la Universidad del Valle no había una carrera de estudio de canto o vocal performance. Ella tenía mucha experiencia: había estudiado en Canadá, estuvo en Cuba, en Inglaterra. Yo nunca había hecho ejercicios de vocalización ni de respiración. Me dijo, ‘mira, acá tienes un fajo de partituras y dos discos de Arie Antiche, uno de Bartoli y otro de Hvorostovsky. La base para todo el canto’». Así se enamoró de la música clásica y de la ópera y desde entonces no ha dejado de cantarla. «No era solo el tipo de música, sino que era la expresión visceral. Algo hizo clic en mí. La tristeza que hay en la voz. La melancolía. Lo sentí».
En 2012 fue descubierta por el director vasco Iñaki Encina Oyón durante una gira con el World Youth Choir en Chipre, invitándola a actuar en París en 2013. Poco después, Christian Schirm la invitó a formar parte del Atelier Lyrique de l’Opéra national de París. Así, la ciudad parisina se convierte en su hogar por unos cuantos años. «Siempre le estaré muy agradecida a Iñaki. Éramos seis solistas, reemplazando un coro que es bastante difícil en Zanetto de Mascagni. Él nos organizó clases de canto, nos llevó a París, porque el teatro estaba a las afueras, nos ayudaba a preparar arias. Imagínate: una guatemalteca y un vasco se encontraron en Chipre, y después tuve la oportunidad de empezar mi carrera en París. Yo ni siquiera tenía para pagarme el billete a Chipre. Ahí empieza mi historia con los concursos, y tengo esta gran fe en ellos. El primero que gané fue un ticket de avión a Roma y yo me pagué el de Chipre. Son cosas que uno, sobre todo viniendo de Latinoamérica, que tenemos un grandísimo síndrome impostor, se plantea constantemente. Te repites ‘yo no crecí con esto, yo no nací en este ambiente ¿qué lugar tengo yo aquí?’ Pero también hay que estar preparado para las oportunidades que te brinda la vida y arriesgar cuando es oportuno».
Un ‘Tenorio’ complejo, pero atractivo
Adriana González ha tenido la oportunidad de ensayar estos días con Tomás Marco. Para ella, esa relación que se establece es muy importante para llevar a escena esta obra. «Creo que es la primera vez que trabajo con un compositor que está vivo. Es un diálogo de intercambio muy bello. Sobre todo, hay una satisfacción propia de cumplir con su visión».
Según la cantante, el compositor es complejo en su melodía; ella nunca se había acercado a este tipo de música contemporánea. Pero González apuesta por lo diferente y cree que hay que salir de la zona de confort. «Me propusieron el proyecto y, aunque sea música contemporánea, uno tiene que probar. No se puede cantar siempre La Traviata. También hay que dar una oportunidad a las nuevas óperas. Pienso que la ópera es la recolección completa de todas las artes en la búsqueda absoluta de la estética», cuenta la soprano.
Escénicamente cree que la agrupación Serrano ha tomado una idea muy interesante sobre el libreto de varios textos que propone Marco. Hoy en día, dice González, también existen los Don Giovannis o los Casanovas. La historia se repite en el tiempo. «La música creo, de verdad, que describe esta cosa cíclica, aunque siempre tiene su pequeña variación. En realidad, Tenorio es atemporal. Es un mito y el mito no se puede matar. La agrupación Serrano quieren demostrar eso: Don Juan en diferentes tiempos de la historia, dentro de sus contextos temporales, a través del lenguaje audiovisual. Es una propuesta diferente».
Adriana González se asegura de aportar calidad y nuevos conocimientos a los espectadores. Tal es el ejemplo de sus grabaciones. Su último disco, À deux voix, con Marina Viotti e Iñaki Encina Oyón, es un programa dedicado enteramente a dúos de compositores y compositoras franceses, conocidos y desconocidos. Su nuevo proyecto supone una colaboración con el Ensemble Diderot y trata de una investigación sobre Adriana Ferrarese, la primera intérprete del personaje de Fiordiligi, protagonista de la ópera Così fan tutte de Mozart. Estará la música de Mozart, pero también de Martín y Soler o Weigel entre otros. «Prefiero intentar buscar otros caminos, otros recovecos todavía no explorados. Hay tantas grabaciones preciosas con músicos, artistas y cantantes increíbles. Si no tengo algo diferente o mejor que proponer, entonces dejémoslo estar porque igual la gente va a decir, ‘ah, sí me gusta, pero María Callas también lo grabó’. Quiero aportar nuevos conocimientos a las personas. Hay que considerar que grabar es un gasto importante y requiere mucho esfuerzo», dice.
Tomás Marco arriesga es su manera de hacer música. Adriana González también es amante del riesgo al aceptar este nuevo reto para embarcarse en la música contemporánea. Habrá que presenciar esta nueva producción nunca vista hasta este momento porque esconde sorpresas, división y, sobre todo, porque esta obra ya forma parte de la historia operística española.