Los Estados Desunidos de Catherine Lacey
La novelista norteamericana trata en ‘Biografía de X’ de la identidad, el extremismo y la fe en un país dividido por un muro
Catherine Lacey. | Lauren Volo / Alfaguara
La novelista norteamericana Catherine Lacey (Tupelo, 1985) ya llamó poderosamente la atención con su primera novela, Nunca falta nadie (Alfaguara), que para muchos medios de su país fue considerada la mejor novela de 2014. En los años posteriores sería nombrada una de las Nuevas voces de la revista Granta y siguió cosechando éxitos con dos novelas más. Este junio aparece publicada su cuarta novela, Biografía de X (Alfaguara), traducida por Núria Molines un año después de su aparición en su país, en la que construye la vida de una ficticia importante artista y performer del siglo XX sobre el escenario de fondo de unos Estados Unidos alternativos separados en 1945 por un muro.
Biografía de X es una novela ampliada, con entrevistas, fotos y notas en un simulacro de no ficción, el de la biografía de una artista que trabajó con David Bowie, Tom Waits o Kathy Acker, omnipresente en todos los eventos importantes del siglo XX. La supuesta biografía está escrita por su esposa, intentando desmentir una biografía anterior, escrita por un hombre. Ella es una ganadora de un Pulitzer cuya prosa recuerda a Janet Malcolm y que dejó su carrera por ser consorte a jornada completa, por lo que con esa protagonista atravesamos un duelo por X.
El escenario de fondo es una distopía en que los Estados Unidos sufrieron la Gran Desunión en tres países al construir un muro en 1945 después de las polémicas con una presidenta socialista electa cinco años antes. Los Estados del sur se han convertido en una teocracia fascista en el que las mujeres quedan relegadas al hogar en una interpretación estricta de los textos sagrados, mientras que en el norte triunfa una democracia progresista en la que Bernie Sanders es presidente. Ese mundo alternativo no vivió la guerra de Vietnam, pero sí vio como un comando terrorista sureño acabó con las vidas de pintores como Pollock o Duchamp.
La protagonista y amante de X se da cuenta de que no conocía realmente a su esposa, por lo que debe reconstruir su vida en el sur como terrorista antes de escapar a los Estados del norte. Se pregunta entonces la autora si podemos amar sin realmente conocer al otro y nos ofrece otros contextos con los que pensar la identidad.
Lacey ha venido a España para promover el lanzamiento del libro y ese tema, la identidad, es el primero que abordamos, ya que en un mundo regido por identidades parece ese un tema poderoso: «Digamos que el tema de la identidad es algo que en general la gente siempre me dice cuando escribo un libro. Siempre me dicen que hablo de la identidad, no como hombre o mujer, o respecto a la raza o origen, sino la identidad de quién es cada persona. Está claro que no sabemos quiénes somos, lo que es una locura. Es también demente que no sepamos qué es la conciencia que nos mueve o lo que nos hace levantarnos así todos los días y ser nosotros mismos. Probablemente, esa sea una preocupación que tengo siempre durmiendo en mi cabeza y, por lo tanto, siempre surge de manera indirecta cuando escribo mis novelas».
Biografía ficticia
Queda claro por el ejercicio de teoría ficción del texto que Lacey quería escribir una biografía antes que una distopía. Quise saber qué la detuvo de hacer una biografía real: «Pues básicamente tenía un tema y un sujeto sobre el que hacer una biografía, y había investigado ya, pero hablé con una profesora mía de la universidad y le pedí consejo sobre cómo abordar la biografía y me dijo que era una mala idea, que ya estaba escribiendo novelas y me dijo que era un tema muy difícil, que el sujeto sobre el que quería hablar no era el ideal, y entonces que no continuara con mi trabajo. Entonces paré, se me rompió el corazón y decidí pasar a una biografía ficticia».
Así como la biografía de una poderosa artista puede recordar a obras de Siri Husvedt como El mundo deslumbrante, está claro que el fuerte componente distópico que llama la atención remite fácilmente a novelas como La conjura contra América de Philip Roth. El origen de ese cruce explica que recibiera un premio Lamba a la mejor historia lésbica: «La historia alternativa de América vino luego, básicamente porque quería crear un siglo XX en el que pudiera haber una mujer artista tan poderosa y en el que dos mujeres pudieran estar casadas sin que nadie pensara nada raro, como una pareja hetero. No quería escribir sobre una pareja hetero, quería hablar de lesbianas. Quería hablar de esa historia alternativa de los Estados Unidos pero solo como trasfondo, por eso incluí solo las cosas que tenían que ver con la biografía de X. Eso implicó bastante prueba y error a ver qué funcionaba bien sin saturar el libro».
Lacey ya había tratado el tema de la fe y el extremismo en novelas anteriores como Altar (Alfaguara). Hacia el final de la novela, cuando se supone que se escribe la biografía, hay una especie de unión de los países separados en el siglo anterior. Quise saber si la autora cree en algún tipo de reunificación entre los extremismos que rigen su nación: «Sí que hay un intento medio borroso de reunificar, pero desde mi punto de vista, los Estados Unidos reales ya están completamente desunidos, la gente tiene que fingir que no lo están y vota cada cuatro años para mantener la farsa de la unión que no existe. Pero no se pueden reunificar esos extremos».
Para acabar con un tono más positivo hablamos de la recepción de sus novelas en España y de sus perspectivas de futuro: «Efectivamente, estoy muy satisfecha. La intención que tengo cuando publico un libro es que vaya lo suficientemente bien como para que me contraten otro. Todo lo añadido es extra. Lo que intento es que no me despidan y pueda seguir haciendo mi trabajo. Tengo muchas ganas de ver la recepción en España». Esa es una última respuesta humilde para un libro que ha sido best-seller nacional y mejor novela de 2023 según Time, The New York Times, The New Yorker, Vanity Fair, Esquire, Lit Hub y Amazon, entre otros galardones y menciones.
