El secreto de Franco: no escribió su testamento político
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Todo empezó con una entrevista que Carmen Franco, la hija del dictador, concedió a Alfonso Paso para el diario El Alcázar el 26 de marzo de 1976. De ahí salió la versión oficial del testamento político de Franco que se ha repetido hasta ahora. Esta historia dice así: El Caudillo, sabiéndose cercano a la muerte, escribió en un cuaderno su testamento. Después de un Consejo de Ministros en el que quedó muy fatigado, pidió a su hija que cogiera el cuaderno y pasara a máquina el texto. Carmen Franco contó esta historia para ocultar la verdad por encargo de su padre. El historiador Guillermo Gortázar cuenta en su libro El secreto de Franco. La Transición revisitada (Renacimiento, 2024) la verdad sobre el documento con las últimas voluntades del dictador.
Pongámonos en situación. Octubre de 1975. Franco tenía entonces 82 años. El 1º de octubre tuvo un baño de masas franquistas en la Plaza de Oriente. Se conmemoraba la proclamación del dictador como jefe del Estado desde 1936 y, además, se usó como respuesta a la reacción internacional contra España por los fusilamientos de cinco terroristas del FRAP y ETA en septiembre de 1975, con el ambiente en España muy caldeado por el ataque a la embajada española en Portugal. El 12 de octubre acudió a las fiestas por el Día de la Hispanidad. Cogió frío y enfermó. A su edad no era poca cosa. Tenía 82 años, camino de los 83. El 15 de octubre tuvo un infarto. Todavía recibió a Arias Navarro, presidente del Gobierno, y a Pedro Cortina, ministro de Exteriores, en la jornada del 16.
Al día siguiente, viernes 17, tuvo lugar el Consejo de Ministros en una habitación habilitada médicamente por Vicente Pozuelo y su equipo médico. El tema de la reunión fue el llamamiento de Hassan II a una ‘Marcha verde’ sobre el Sáhara. Franco solo aguantó veinte minutos. El dictador estaba mayor y arrastraba una enfermedad desde hacía tiempo. En el ambiente político era tema común su muerte próxima y qué hacer cuando el dictador no estuviera. También se hablaba de que el príncipe Juan Carlos heredase la Jefatura del Estado antes de su muerte, pero esto resultaba un problema, no solo porque el Borbón no quería, sino por las dificultades que estaban poniendo los gerifaltes del Movimiento Nacional, los conocidos como el búnker. Incluso don Juan de Borbón, padre de Juan Carlos y mal aconsejado, estaba siendo un obstáculo.
En esta situación, entre el 18 y el 20 de octubre apareció el testamento político Franco. La versión oficial, como decía, ha sido hasta ahora que lo escribió el dictador a mano y que su hija Carmen lo mecanografió. El documento se guardó y fue el que leyó Arias Navarro en TVE tras anunciar la muerte del Caudillo.
El historiador Guillermo Gortázar descubrió que ese documento no lo escribió Franco, sino Javier Carvajal, un arquitecto conocido en aquel entonces, y miembro de Unión del Pueblo Español, que era la asociación que dirigía Adolfo Suárez creada a la luz del Estatuto de Asociaciones de 1975 junto a Fernando Herrero Tejedor, ministro secretario del Movimiento Nacional que había fallecido en accidente en junio de ese año.
Javier Carvajal escribió por iniciativa propia el testamento en la madrugada del 17 al 18 de octubre de 1975. Carvajal lo pasó después por la Unión del Pueblo Español, donde se debatió sin cambiarlo, consiguiendo solo que Adolfo Suárez dijera que no le gustaba y que no quería saber nada del texto.
Carvajal, que tenía buenos contactos, consiguió que el documento llegara a las manos de Carmen Franco, hija del dictador, y la única persona en quien de verdad confiaba el Caudillo en sus últimos tiempos. Carmen dio el texto mecanografiado al dictador, y este lo copió a mano para reforzar la idea de que era suyo. El testamento quedó concluido el 22 de octubre, porque Franco ya no pudo hacer nada desde el día 23.
El objetivo del documento, dice Gortázar, era reforzar la posición del príncipe Juan Carlos frente a los inmovilistas, los conocidos como el búnker, y los rupturistas, que eran la oposición antifranquista, ya que pedía al Movimiento Nacional y al Ejército un apoyo sin fisuras al Rey. En opinión de Guillermo Gortázar, el dictador ideó esa maniobra para fortalecer el proceso que quería iniciar Juan Carlos de Borbón, por lo que fue en aquellos días, dice, «un reformista de ultratumba y un actor positivo en la operación de la Transición democrática». Después, ese mismo mes, Carmen Franco, marquesa de Villaverde, entregó el documento a Gavilán, Jefe de la Casa Militar de Franco, que comprobó que eran cuartillas escritas con la letra de Franco y las guardó en una caja fuerte.
Carmen Franco fue decisiva en el plan. El plan fue guardar el secreto y, en el momento de la muerte, entregar el testamento a Arias Navarro. Las palabras del dictador a su hija parece ser que fueron las siguientes: «Te pido que guardes el secreto. No se lo digas a nadie, ni tan siquiera a tu madre. Llévalo contigo a todas partes, y cuando muera, se lo das a Arias Navarro». Y así sucedió. Es interesante escuchar la locución del testamento político de Franco, porque en el texto pide dos cosas: pide perdón a los españoles y pide al Movimiento Nacional y el Ejército que apoyen al rey Juan Carlos.
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