Natalia Castro Picón gana el Premio Anagrama de Ensayo reimaginando el fin del mundo
La investigadora menorquina presenta un texto que lee el apocalipsis no como clausura, sino como principio

Natalia Castro Picón, ganadora del 53.º Premio Anagrama de Ensayo | Johanna Marghella | Anagrama
El fin del mundo no siempre llega en silencio ni entre trompetas bíblicas. A veces se anuncia en pancartas callejeras como la famosa The End is Near o en español con otra versión: «Vota Godzilla… puestos a mandar todo al carajo, ¡hagámoslo a lo grande!». Con esa ironía lúcida comienza La fiesta del fin del mundo, el primer ensayo de Natalia Castro Picón (Menorca, 1989), que acaba de alzarse, en la ciudad de Barcelona, con el 53.º Premio Anagrama de Ensayo.
El libro, que llegará a librerías el 29 de octubre, propone una lectura política y cultural del imaginario apocalíptico que ha impregnado la España reciente —entre la crisis económica de 2008 y la pandemia de 2020— como si ese fin fuera, paradójicamente, un principio. La edición de este año del galardón recibió 170 manuscritos procedentes de 16 países. Seis obras llegaron a la ronda final, evaluadas por un jurado formado por Jordi Gracia, Pau Luque, Daniel Rico, Remedios Zafra y las editoras Silvia Sesé e Isabel Obiols.
Dotado con 10.000 euros, el premio recayó en Castro Picón por un ensayo que, según el jurado, destaca por «la frescura de un estilo vibrante y personal» y por ofrecer «una exploración sintética y convincente de novelas y canciones, películas y series empapadas del timbre apocalíptico» que desmonta la idea de que hablar del fin solo conduce a la rendición.
Daniel Rico subrayó la «vía revolucionaria y soñadora» que la autora traza al analizar el imaginario de la devastación que el arte y la literatura han proyectado sobre las crisis de las últimas décadas. Remedios Zafra, por su parte, destacó la coexistencia entre «la singularidad de una voz personal» y «la voz colectiva de una generación» que, ante los finales, encuentra en la imaginación cultural no un refugio escapista, sino un dispositivo para pensar nuevos comienzos.

La fiesta del fin del mundo examina cómo el tono apocalíptico ha impregnado la esfera pública y creativa: medios de comunicación, literatura, cine, música, artes escénicas y gráficas. En ese paisaje —entre la euforia escapista y la rabia insurgente—, Castro Picón plantea una pregunta central: ¿de qué hablamos cuando hablamos de fin del mundo? Su respuesta esquiva el colapsismo y las ideologías individualistas del «sálvese quien pueda» para reivindicar el apocalipsis como poética política, como territorio donde se ensayan futuros posibles en medio del derrumbe.
Profesora e investigadora en la Universidad de Princeton, Castro Picón se formó en Filología Hispánica en la Universidad Complutense de Madrid y es doctora por la Universidad de la Ciudad de Nueva York. Antes de debutar en el ensayo, publicó dos poemarios —La intermitencia de los faros (2013) y La misma piedra (2016)— y fue becaria de la Fundación Antonio Gala. Su salto al género ensayístico llega con una propuesta crítica situada, que dialoga tanto con la contracultura como con las representaciones mediáticas de la crisis.