'Inteligencias': un vistazo filosófico a nuestro futuro colectivo
La Fundación Ortega-Marañón inaugura una exposición fotográfica sobre los retos de la era actual
Este jueves por la mañana se ha inaugurado la exposición Inteligencias en la Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón, una muestra fotográfica que pretende echar un vistazo a los «temas de nuestro tiempo» —en referencia al trabajo del mismo nombre publicado por Ortega y Gasset en 1923— a través de una mirada situada a medio camino entre el arte fotográfico y la filosofía. Las imágenes de la muestra, a excepción de algunas piezas pertenecientes a la colección de la Fundación Sabadell, han sido producidas por el fotógrafo y filósofo Luis Gaspar.
El proceso creativo que ha dado origen a esta exposición ha sido algo diferente al habitual. En primer lugar, se convocó a un total de 69 expertos y pensadores de todas las disciplinas para crear el think tank «temas de nuestro tiempo», con el fin de definir los problemas más relevantes a los que nuestra sociedad se enfrenta en la actualidad. Esta conjunción de pensamientos e ideas fue concebida exactamente como tal, una confluencia entre la inteligencia humana, la artificial y la colectiva, cuyo fin es convertirse en una suerte de faro metafórico que ilumine el camino que debemos seguir como sociedad.
Nos encontramos en la que probablemente sea, en términos absolutos, la época más próspera de la historia de la humanidad, pero no todo el progreso ocurre al mismo ritmo, y eso ha acabado resultando en que también se trate de la época en la que podemos apreciar mayores contrastes en nuestras sociedades. Esta circunstancia, exacerbada por una sobreexposición a la información causada por la hiperconexión que nos imponen —a unos más que a otros— las redes sociales, da forma a las composiciones fotográficas que podemos ver en Inteligencias.
La particularidad de la obra de Luis Gaspar no reside solo en la capacidad técnica que demuestra, sino en su enfoque filosófico. Su doble formación le permite ir más allá de la estética, construyendo así una narrativa visual propia que dialoga con conceptos abstractos como la identidad, la inteligencia y la colectividad. Para Gaspar, cada imagen es una pregunta que invita al espectador a reflexionar, y no simplemente un objeto para admirar.
A pesar de haber sido uno de los objetos de reflexión del laboratorio de ideas encargado de definir los temas de la exposición, la inteligencia artificial apenas ha intervenido en el proceso creativo. Concretamente, el autor señalaba dos de las imágenes de la muestra: una la realizó con su smartphone, y con lo cual no puede garantizar que el software del teléfono no retocara el resultado. La otra, Dubia, una metáfora visual sobre las dudas que trae consigo la incertidumbre propia de los tiempos de cambio, requería un ligero desenfoque que Gaspar llevó a cabo mediante el uso de herramientas de IA.
Aparte de estas citadas excepciones, todas las fotografías de la muestra son composiciones analógicas, cuidadosamente escenificadas e impresas en papel Hahnemühl, una superficie que dota a cada pieza de una textura y una tridimensionalidad muy difíciles de conseguir mediante el uso de otros formatos. En ese sentido, algunas de las piezas tienen una composición muy pictórica, pretendiendo imitar escenas de la pintura clásica y las vanguardias del siglo XX en un esfuerzo colectivo por reivindicar el papel que —aún— poseemos los seres humanos en cualquier proceso creativo.
El espacio que aloja la exposición, un pabellón situado detrás del hermoso palacete de Fortuny, ha sido cuidadosamente diseñado para transmitir los mensajes que la exposición desea transmitir. Las reflexiones que propone, tan complejas de abordar como necesarias, vienen acompañadas de citas célebres de grandes pensadores que sirven de combustible al espectador a la hora de construir su propio pensamiento sobre lo que está contemplando.
De este modo, una de las reflexiones más interesantes que nos plantea la exposición es la del papel del ser humano en el proceso creativo de los modelos de inteligencia artificial. ¿Realmente se puede decir que la inteligencia artificial es capaz de crear arte, en el sentido tradicional de la palabra, si para llegar a ese punto necesita que un ser humano le dé la orden para hacerlo? ¿Va a transformarse la figura del artista en la de un mero diseñador de prompts (el nombre que reciben los comandos que le damos a la IA), o seguirá habiendo un lugar para la producción artística tradicional?
Estas y otras preguntas son las que la exposición Inteligencias pretende ayudar a responder. La muestra puede visitarse en la Fundación Ortega-Marañón desde el 20 de septiembre hasta el 15 de abril de 2025.