'Fuera de la ley', una comedia negra en la estela de los hermanos Coen
La película, un policiaco en el que todo lo que puede salir mal sale mal, no llega a la altura de los autores de ‘Fargo’

Joseph Gordon-Levitt como Terry y Himesh Patel como Will en 'Fuera de la ley'. | Cortesía de Lionsgate
La película arranca con un joven y muy motivado policía que se dispone a iniciar su primer día de trabajo en la tranquila isla de Providence, mientras su esposa embarazada acaba de desembalar las cajas de la mudanza. Al final de las casi dos horas de metraje, el lugar está sembrado de cadáveres. ¿Qué ha sucedido durante el corto espacio de tiempo en que se desarrolla la acción? Eso es lo que cuenta Fuera de la ley, un policiaco con altas dosis de comedia negra.
El título español es muy inferior al original, que vaya usted a saber por qué no se ha respetado: Greedy People, o sea, gente codiciosa. Es mucho más certero, porque la codicia es el principal motor de la cascada de muertes que se suceden en pantalla. La película es una suerte de versión cinematográfica de la célebre Ley de Murphy. Todo lo que pueda salir mal saldrá mal, todo lo que pueda complicarse se complicará y todo el que pueda hacer una estupidez la hará.
En el desencadenante del desaguisado –la primera muerte– intervienen el azar y la mala suerte: el poli novato recibe una llamada de emergencia, acude al lugar equivocado, se produce una situación desquiciada y ya tenemos el primer cadáver. Acto seguido aparece una cesta repleta de dinero y a partir de aquí serán la codicia, la mezquindad y la imbecilidad de los personajes lo que provocará una epidemia de fiambres.
La propuesta remite sin disimulo a los putos amos de la ley de Murphy en versión cinematográfica: los hermanos Coen. Sobre ella están construidas Sangre fácil, Fargo, El hombre que nunca estuvo allí, Quemar después de leer y también Suburbicon, un guion suyo que descartaron y acabó dirigiendo George Clooney.
Vale, no nos vengamos demasiado arriba. Aclaremos que Fuera de la ley no llega a la altura de estos y otros hitos de los Coen. Pero es una alumna razonablemente aplicada, que maneja en general con eficacia la precisión casi matemática que requieren este tipo de historias para funcionar. Hay que construir un guion muy bien engrasado en el que un desatino lleva al siguiente y de forma inesperada se suma otro más y a consecuencia de este llega un cuarto… y así hasta que prácticamente no queda vivo ni el apuntador.
Errores de guion
Si se opta, como en este caso, por la comedia negra, es mantener las situaciones, por grotescas y absurdas que sean, dentro de los márgenes de lo verosímil. Y es aquí donde el guion de Mike Vukadinovich comete el patinazo más evidente. Está relacionado con la no muy verosímil presencia de no uno sino dos sicarios en la isla, uno de los cuales se anuncia en la ferretería local. Y hay otro error de bulto al final: una bolsa de basura llena de dinero que acaba en la habitación de hospital de una parturienta sin llamar la atención de nadie. Es una lástima, porque ambas pifias se podrían haber subsanado con bastante facilidad.
Entre los logros de la película, dirigida por solvencia por Potsy Ponciroli, está el nutrido catálogo de idiotas e impresentables que la protagonizan y que permiten el lucimiento de los actores. Son presentados de manera sucesiva, en capítulos que van cambiando el punto de vista de una misma escena, de modo que se va completando su sentido. El policía novato (Himesh Patel) que la lía parda; su compañero de patrulla (un muy jocoso Joseph Gordon-Levitt), marrullero, con un punto psicópata y con una amante china casada a la que visita en horario laboral; la esposa del novato (Lily James), que no es tan candorosa como parece; un masajista que ofrece algo más que masajes a sus clientas casadas (Simon Rex, que interpretaba al actor porno retirado en Red Rocket de Sean Baker, y que en la vida real había sido actor porno).
Sea o no por casualidad, su clienta está interpretada por una Traci Lords ya cincuentona, que también fue estrella porno –con escándalo incluido cuando se destapó que rodó algunas de esas películas siendo menor de edad– después reciclada.
Otra presencia destacable en el reparto es la de Tim Blake Nelson, que interpreta al marido de la clienta del masajista y dueño del negocio de pescado y marisco en la zona. Este actor de rostro peculiar es un vínculo directo con los Coen, porque aparece en dos de sus películas: O Brother! y La balada de Buster Scruggs.
La jefa de policía (Uzu Adaba), el único personaje honesto, consigue al final de Fuera de la ley el mejor regalo posible, que no es el botín, sino superar la pérdida de su hijo adoptivo mediante una carambola del destino que desafía a la Ley de Murphy. Un toque de esperanza en una película que muestra –con humor– lo idiotas que podemos llegar a ser los seres humanos.