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Música

Kneecap: de la censura al éxito con premios BAFTA y presentación en el Primavera Sound

Kneecap lleva su provocadora música al cine en una película homónima protagonizada por Michael Fassbender que mezcla realidad y ficción.

Kneecap: de la censura al éxito con premios BAFTA y presentación en el Primavera Sound

El trío irlandés de rap-punk, Kneecap. | Kneecap website

Para Kneecap, ser sobrios y conservadores es difícil, ya que se han convertido en el grupo de rap-punk de Irlanda del Norte que ha revolucionado la escena musical desde su origen en 2017. Este trío de amigos no solo reivindica cantar en gaélico en gran parte de sus canciones, sino que también está en contra del establishment inglés al ser activistas feroces de muchas causas con poco vuelo mediático. Para los que nacimos en los 80, Kneecap nos recuerda gratamente a algo tan parecido como Beastie Boys.

El grupo está integrado por Mo Chara, Móglaí Bap y DJ Próvaí, un trío de rap-punk y hip-hop que combina letras en irlandés e inglés con ritmos electrónicos y un estilo provocador que aborda temas sociales, políticos y culturales. Su música mezcla humor y rebeldía, convirtiéndolos en figuras destacadas tanto por su talento como por la imagen controvertida que generan.

El grupo se formó tras un festival de arte irlandés en Belfast, donde Móglaí Bap conoció a DJ Próvaí, uno de los pocos artistas que hacía música contemporánea en irlandés. Desde entonces, Kneecap ha utilizado el idioma como una herramienta central en su música, desafiando el legado de siglos de dominación británica que casi llevó al irlandés a la extinción. Con letras que normalizan el idioma en contextos cotidianos y juveniles, han logrado que términos en irlandés describan incluso sustancias como la ketamina (capaillín) y la cocaína (snaois).

Los tres miembros tienen orígenes diversos, pero una misión activista común. Mo Chara y Móglaí Bap crecieron en una comunidad de habla irlandesa en el oeste de Belfast, mientras que DJ Próvaí, de Derry, inició su carrera como cantautor antes de unirse al grupo. Su distintiva estética incluye el uso de pasamontañas con los colores de la bandera irlandesa, un símbolo que refleja tanto su identidad artística como su actitud activista y provocadora.

El impacto cultural de Kneecap se refleja en su creciente popularidad no solo en el Reino Unido, sino a nivel mundial. En 2023 cautivaron al público en el festival Glastonbury, ganándose incluso el elogio de Noel Gallagher. En 2024, su último álbum, Fine Art, consolidó su posición como pioneros del rap punk y hip hop en irlandés, y su película, falsamente autobiográfica y con título homónimo, fue apadrinada por el actor Michael Fassbender. La película, que se puede ver en la plataforma Filmin en España, obtuvo un premio BAFTA como Outstanding Debut, ya que combina hechos reales y de ficción, narrando el ascenso a la fama del grupo a través de un montaje cinematográfico similar al de la película de Danny Boyle, Trainspotting. Esto ha hecho que, más allá de las nominaciones y premios a su director, se convirtiera en una gran apuesta que representa a Irlanda como candidata a los Óscar 2025.

En España, Kneecap se presentó en el festival Mad Cool en 2023 y, este año, el trío de Belfast llega a Barcelona para presentarse en la programación de El Primavera a la Ciutat, el cartel paralelo del Primavera Sound.

Móglaí Bap con Michael Fassbender — interpretando a un exmiembro del IRA — en Kneecap. | Imagen vía Variety – Helen Sloan

Kneecap: el significado que genera controversia

Kneecap hace referencia a una forma de castigo utilizada en el conflicto norirlandés, que significa literalmente “tiro en la rodilla”, lo que refleja la conexión del grupo con la historia de su país y el tono provocador de sus letras.

Desde el lanzamiento de C.E.A.R.T.A., una canción prohibida en RTÉ, la radio pública irlandesa, Kneecap ha utilizado la controversia y el activismo como estrategia. Su música no solo les ha valido el reconocimiento en festivales y medios, sino también ataques de la prensa británica. The Daily Mail criticó el financiamiento público de su película, acusándolos de glorificar al IRA y fomentar el odio sectario. Políticos unionistas los acusan de sectarismo, una etiqueta que ellos rechazan, ya que el grupo ha trabajado con artistas tanto protestantes como unionistas, demostrando que su música trasciende las divisiones religiosas y políticas.

A nivel internacional, Kneecap ha mostrado su apoyo a la causa palestina: han hablado abiertamente de las similitudes entre Irlanda y Gaza, han ondeado banderas palestinas en sus conciertos y han rechazado cualquier relación con el Estado de Israel. En una aparición televisiva acordaron no mencionar el genocidio, pero sorprendieron al usar camisetas de la selección de Palestina en pleno directo.

Rich Peppiatt, Jessica Reynolds, Liam Óg Ó hAnnaidh, JJ Ó Dochartaigh, Naoise Ó Cairealláin, Simone Kirby y Fionnuala Flaherty en el estreno de Kneecap en el Festival de Cine de Sundance 2024 | Foto vía Stephen Greathouse/Shutterstock

A pesar de las críticas, su éxito radica en que representan —como muchos ejemplos de la industria en la actualidad— a una nueva generación de irlandeses que ha crecido en un contexto donde el idioma irlandés ha sido reivindicado como una herramienta de identidad y resistencia. Mo Chara ha señalado que su generación fue la primera en recibir educación en irlandés y en desarrollar una identidad propia en la lengua. Su música refleja esta reivindicación, vinculándola con el nacionalismo y la lucha contra el imperialismo británico.

Con sus dos últimos álbumes, 3CAG y Fine Art, Kneecap ha logrado llevar el irlandés a un público más amplio a través del rap-punk y el hip hop. En un contexto actual donde varios Estados y sociedades deslegitiman la globalización, es normal que Kneecap haya convertido su original mezclas musicales y su lengua en un acto político, una herramienta de resistencia cultural y, como no, en una estrategia de mercado. Como ellos mismos han afirmado, su generación no se define por haber crecido tras el alto al fuego, sino por haber encontrado su propia voz en un idioma que intentaron erradicar.

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