Tiene solo 19 años. Y su primer disco, I am, ya está en el mercado. Si Paula Valls (Manlleu, Barcelona, 1999) ya había llamado la atención con su EP debut, Black & White, ahora apuesta por un trabajo de larga duración. Doce canciones reposadas, pausadas, que no buscan enviar un mensaje, sino que son fruto de la necesidad de la catalana de una catarsis personal. «Con este disco no es que tenga o quiera contar nada», explica a The Objective durante una entrevista en la tienda de discos Bajo el volcán. «Necesitaba hacerlo, necesitaba hacer estas canciones para sanarme un poco; necesitaba sacarlo», ahonda. Y lo que ha sacado son canciones intimistas y pausadas, baladas y midtempos con influjos soul y con ecos lejanos del sonido Motown, salvando las distancias, filtrados por influencias musicales del siglo XXI.