¿Cuál es el origen de los huevos estrellados?
La historia de este plato está intrínsecamente ligada a la domesticación de las gallinas en la India y en el antiguo Egipto
Los huevos estrellados son un plato que lleva años triunfando en las mesas de todos los españoles, ya sea en bares populares como en cotizados restaurantes, siempre encontramos en su carta una ración de huevos rotos o huevos estrellados. Y es que este plato se ha convertido en una de las recetas emblemáticas de la gastronomía española, sobre todo en el caso de la tradición culinaria madrileña. Además, como las materias primas con las que se elabora este plato son muy económicas, los huevos estrellados, conocidos también como huevos rotos, son una receta que está al alcance de cualquier bolsillo.
Por eso esta receta es un testimonio de la historia de la cocina española, ya que supone un reflejo de las costumbres culinarias a lo largo de los siglos. Desde sus humildes orígenes hasta su popularidad actual, este plato se ha convertido en un símbolo culinario español. Este hecho se da especialmente en el caso de las tabernas madrileñas que siempre lo incluyen en su carta.
Los huevos y el aceite de oliva
La historia de los huevos estrellados está intrínsecamente ligada a la domesticación de las gallinas en la India y el antiguo Egipto y a la utilización del aceite de oliva, ambos elementos esenciales para la preparación de esta receta. La domesticación de las gallinas data de hace milenios, y con la llegada de estas aves a Europa, se popularizó el consumo de sus huevos. Sin embargo, no fue hasta la introducción del aceite de oliva por los fenicios en la península ibérica cuando se comenzó a freír los huevos en la forma que hoy conocemos en torno a aproximadamente al año 1000 a.C.
El aceite de oliva se convirtió en un componente indispensable de la dieta mediterránea, y su empleo en la cocina marcó el inicio de lo que más tarde sería conocido como huevos estrellados. Aunque en sus primeras versiones este plato no incluía patatas. Una de las primeras manifestaciones de este plato en la cultura española aparece en el cuadro de Velázquez de Vieja friendo huevos que data de 1618. El filósofo árabe Averroes también hizo referencia a los huevos estrellados o huevos rotos cuando escribió que, para freír bien un huevo había que usar mucho aceite de oliva de poca acidez.
La patata
La introducción de la patata en Europa en el siglo XVI, tras el descubrimiento de América, fue un hito fundamental en la evolución de los huevos estrellados, ya que fue en ese momento cuando pasaron de ser simples huevos fritos a convertirse en la receta actual. Originaria de los Andes, la patata fue inicialmente vista con recelo en Europa, pero terminó convirtiéndose en un alimento básico en muchas regiones, incluida España.
Las patatas con su textura crujiente por fuera y suave por dentro, maridan a la perfección con el sabor de los huevos fritos. Esto contribuyó a que se convirtieran en un plato popular entre las clases trabajadoras españolas, debido a su gran aporte calórico y su bajo coste.
Un plato popular
El auge del plato se consolidó en el siglo XIX, cuando el hispanista británico Richard Ford mencionó en sus escritos la popularidad de un plato similar al de los huevos estrellados en las tabernas españolas. Ford describió cómo los huevos fritos eran servidos sobre una cama de patatas, destacando su presencia en la dieta de los españoles. Esta mención es un testimonio de cómo los huevos estrellados ya formaban parte del patrimonio culinario español en esa época.
A lo largo del tiempo, los huevos estrellados han trascendido su origen humilde para convertirse en una auténtica delicatessen, presente en las cartas de restaurantes y tabernas de toda España. En Madrid, por ejemplo, este plato se ha convertido en una especialidad regional, con variantes que incluyen la adición de jamón serrano, chistorra, pimientos del padrón, o incluso trufa rallada en su versión más gourmet.
La esencia del plato
Lo que ha mantenido a los huevos estrellados en el corazón de la cocina española es que su preparación no requiere técnicas culinarias sofisticadas, lo que permite que cualquier persona, independientemente de su habilidad en la cocina, pueda disfrutar de este manjar.
Además, la receta ha resistido el paso del tiempo sin perder su esencia, y aunque se ha adaptado a los gustos modernos con la inclusión de nuevos ingredientes, los elementos básicos siguen siendo los mismos. Los huevos deben freírse en abundante aceite de oliva, idealmente dejando la yema líquida para que, al romperse sobre las patatas fritas, impregne todo con su sabor.