Descubre por qué nos crujen los nudillos de las manos y si es perjudicial para las articulaciones
El sonido característico de los nudillos al crujir proviene de una serie de procesos fisiológicos en las articulaciones
Seguramente hayas podido observar en más de una ocasión como hay personas que tienen la costumbre de apretarse los nudillos de las manos hasta que éstos suenan. Algunas lo hacen como una forma de relajarse, y otras, simplemente por el placer de escuchar el sonido.
Pero no existe evidencia científica que relacione esta práctica con un riesgo aumentado de desarrollar artritis. Por eso, para quienes lo hacen como alivio de tensión, puede ser útil optar por técnicas alternativas que no impliquen el uso constante de las articulaciones.
¿Por qué crujen los nudillos?
El sonido característico de los nudillos al crujir proviene de una serie de procesos fisiológicos en las articulaciones. Cada articulación está rodeada por una cápsula llena de líquido sinovial, que actúa como lubricante. Cuando se aplica presión al estirar o doblar el dedo, el espacio dentro de esta cápsula se amplía, lo que reduce la presión y permite que se formen burbujas de gas dentro del líquido sinovial.
Estas burbujas, compuestas principalmente por dióxido de carbono, explotan repentinamente cuando el espacio cambia, generando el chasquido característico. Aunque este sonido pueda parecer el resultado del roce entre los huesos, en realidad es una explosión de pequeñas burbujas en el líquido articular.
Después de que una articulación ha crujido, generalmente no es posible repetir el sonido de inmediato porque el gas necesita tiempo para acumularse nuevamente en el líquido sinovial. Este proceso puede durar entre diez y 20 minutos, y solo entonces la articulación puede volver a crujir.
¿Es peligroso crujirse los nudillos?
Mucho se ha especulado sobre los efectos negativos de crujirse los nudillos, siendo uno de los más comunes el supuesto riesgo de desarrollar artritis. De hecho, un estudio del 2017, realizado por el Dr. Robert Boutin y sus colegas en Clinical Orthopaedics and Related Research confirmó que el crujido de nudillos no parecía causar deterioro en la movilidad ni en la función de las articulaciones.
Además, una investigación publicada en The Journal of the American Board of Family Medicine, que analizó a un grupo de personas que tenían el hábito de crujirse los nudillos, no encontró una mayor incidencia de artritis en comparación con aquellos que no tenían esta costumbre.
Los resultados de estos estudios sugieren que crujirse los nudillos no está relacionado con el desarrollo de la artritis. Sin embargo, algunos especialistas recomiendan evitar hacerlo en exceso. Puesto que, si haces crujir continuamente tus nudillos, puedes desarrollar otras dolencias, como una leve inflamación o una disminución temporal de la fuerza de agarre.
Aunque las consecuencias de crujir los nudillos no son peligrosas, los médicos afirman que las personas que hacen crujir sus nudillos de forma crónica podrían llegar a experimentar problemas de laxitud en las articulaciones o tendones, lo que, aunque no causa artritis, sí podría ocasionar molestias.
Otros riesgos
Más allá de la artritis, algunos estudios han explorado otras posibles consecuencias del crujido habitual de los nudillos. La reumatóloga M. Elaine Husni, de la Clínica Cleveland, advierte que esta práctica podría afectar la estabilidad de las articulaciones en algunas personas.
Y la laxitud articular, una condición que hace que las articulaciones estén más sueltas de lo normal, podría aumentar con la práctica constante de crujir los nudillos. Aunque esto no es un problema grave, podría resultar incómodo, especialmente en tareas que requieren fuerza o precisión manual.
Por otro lado, varios expertos de la Universidad de Harvard destacan que, en algunos casos, el hábito crónico de crujir los nudillos puede generar molestias a largo plazo. Esto podría incluir lesiones en los tendones que resultan dolorosas y pueden requerir tratamiento médico.
Mitos
La mayoría de las personas que crujen sus nudillos lo hacen como un alivio de tensión o un hábito nervioso. En este sentido, los especialistas sugieren reemplazar esta costumbre por ejercicios de estiramiento o prácticas de relajación, como la meditación, que pueden ayudar a reducir la tensión sin implicar un esfuerzo repetitivo en las articulaciones.