Tengo humedades en casa y un experto me indica cómo actuar ante ellas
Contar con un buen aislamiento térmico y sistemas de drenaje eficientes evita la aparición de humedades en tu casa
Techo con humedades. | (Freepik)
Tener humedades en casa, ya sea en el interior o en el exterior, no es un problema que afecte tan solo a la apariencia de nuestro hogar, sino que las humedades pueden afectar tanto a la salud de las personas como a la estructura de la vivienda. Pero para poder combatir las humedades, es indispensable identificar el tipo de humedad que ha aparecido en nuestra casa.
Aunque las humedades son un problema frecuente, abordarlas de manera adecuada con la ayuda de expertos y el uso de materiales y técnicas correctas puede ayudarnos a eliminarlas. Pero para ello, es indispensable actuar con rapidez, identificar correctamente el tipo de humedad y aplicar las medidas necesarias.
Cómo actuar ante las humedades
1. La humedad por condensación
La humedad por condensación es una de las más comunes y está directamente relacionada con la acumulación de vapor de agua en el aire, que al contacto con superficies frías como ventanas o paredes se transforma en gotas. Este problema es habitual en los meses más fríos y en espacios mal ventilados, como por ejemplo el vapor que se acumula en el espejo del baño tras la ducha.
Actividades cotidianas como cocinar o ducharse, sin una ventilación adecuada pueden agravar el problema, especialmente si el hogar tiene un aislamiento deficiente. Para enfrentar esta situación, es fundamental mejorar la ventilación del hogar. Abrir las ventanas unos minutos al día, ayudará a que la humedad no se condense. Además, el uso de deshumidificadores y calefacción puede ayudar a prevenir la formación de estas molestas humedades.
2. La humedad por filtración
Otro tipo de humedad que suele aparecer en las casas es la humedad por filtración. Este problema se origina cuando el agua del exterior se infiltra en el interior de la vivienda a través de grietas en las paredes, los techos o los cimientos. Es común en las construcciones antiguas o en aquellas que carecen de un buen sistema de impermeabilización.
Las consecuencias no solo afectan la estética de los espacios, sino que también pueden dañar la integridad estructural del edificio con el tiempo. Para mitigar este problema, los especialistas recomiendan reparar las fisuras visibles y reforzar la impermeabilización de las áreas expuestas al agua, como los techos y las paredes exteriores. Incluso es los casos más extremos es necesario mejorar el drenaje en el perímetro de la vivienda para evitar que el agua se acumule en las zonas más vulnerables, aunque esta reforma es más costosa.
3. La humedad por fugas
Por último, la humedad por fugas en las instalaciones es quizás la más complicada de identificar y solucionar. Este tipo de humedad aparece cuando las tuberías de agua presentan escapes que permiten que la humedad se filtre lentamente hacia las paredes o el suelo.
Al ser un proceso gradual, los daños pueden pasar desapercibidos durante largos periodos hasta que el problema se hace evidente, ya sea por manchas, deterioro en los materiales o malos olores. La intervención de un fontanero es indispensable en estos casos, ya que es necesario localizar con precisión el punto de fuga y reparar el sistema afectado. Una vez resuelto el problema, es importante sanear las áreas dañadas para evitar que la humedad residual favorezca la aparición de moho.
La importancia de eliminar las humedades
Actuar de forma rápida y eficaz frente a las humedades no solo es importante para preservar la calidad de los espacios interiores, sino también para garantizar la salud de quienes los habitan. Y es que, no tratar las humedades puede dar lugar a la presencia de moho y hongos que pueden desencadenar problemas respiratorios, alergias y otros trastornos de salud, especialmente en personas sensibles como niños, ancianos o aquellos con enfermedades preexistentes.
Cómo evitar las humedades
La prevención juega un papel crucial para evitar que las humedades se conviertan en un problema recurrente. Además de las medidas correctivas específicas, mantener un mantenimiento adecuado de las instalaciones, asegurar una ventilación constante y realizar inspecciones periódicas en techos, paredes y cimientos puede ser clave para mantener el hogar en buen estado.
Por otra parte, contar con un buen aislamiento térmico y sistemas de drenaje eficientes marcará la diferencia en tu casa, especialmente en zonas donde las condiciones climáticas son duras.
