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Cómo usar sal en la colada para revivir colores y eliminar olores de forma económica

En tiempos donde la eficiencia y el ahorro son clave, usar este método permite cuidar las prendas y tu bolsillo

Cómo usar sal en la colada para revivir colores y eliminar olores de forma económica

Lavadora | Canva

Hay prendas que, aunque las lavemos una y otra vez, parecen no recuperar nunca su aspecto original. Camisetas que amarillean, toallas que conservan un persistente olor a humedad y colores que se desvanecen con el paso del tiempo, a pesar de los detergentes más caros o los suavizantes más populares. Sin embargo, la solución a estos problemas puede estar mucho más cerca y ser mucho más barata de lo que imaginamos. El secreto está en un ingrediente humilde que todos tenemos en casa: la sal. Usada más allá de la cocina, este compuesto puede convertirse en un gran aliado del cuidado textil si se aplica correctamente en los ciclos de lavado. Y no se trata de una moda pasajera, sino de un truco respaldado por quienes han redescubierto sus beneficios en el ámbito doméstico.

¿Por qué se utiliza la sal en la colada?

La sal común, especialmente si es fina, tiene propiedades que pueden potenciar la acción del detergente tradicional. Su función va más allá de eliminar manchas, también ayuda a fijar los colores en las fibras, suaviza los tejidos e incluso neutraliza olores, algo especialmente útil en prendas que han permanecido mucho tiempo húmedas o almacenadas. Una cucharada de sal es suficiente para marcar la diferencia. Aplicada en el tambor junto al detergente habitual, protege los pigmentos de la ropa, sobre todo en prendas oscuras, evitando que pierdan intensidad lavado tras lavado. Además, al actuar como un fijador natural, reduce el riesgo de que los tintes se transfieran a otras piezas durante el ciclo.

Cómo usarla según el objetivo

El uso de sal varía ligeramente dependiendo del resultado que se busque. Para mantener el color original de las prendas y mejorar el lavado general, basta con añadir una cucharada al tambor en cada carga, tal como se haría con cualquier otro potenciador de detergente. En cambio, si se trata de fijar colores vibrantes en ropa nueva o especialmente delicada, lo ideal es sumergir las prendas en una mezcla de agua fría y sal durante al menos una hora antes del primer lavado. Este paso previo permite que los tintes se adhieran mejor a las fibras y evita que se desvanezcan rápidamente. El mismo método también puede aplicarse en textiles como manteles o servilletas estampadas.

Lavadora | Canva
Hay prendas que, aunque las lavemos una y otra vez, parecen no recuperar nunca su aspecto original.

Y cuando el problema es una mancha específica, vino, sudor, café o grasa, la sal puede funcionar como un quitamanchas de emergencia. Mezclada con un poco de agua hasta formar una pasta, puede aplicarse directamente sobre la zona afectada antes de lavar. Además, su capacidad para absorber y neutralizar olores hace que también sea eficaz contra el mal olor incrustado en prendas que han estado guardadas o húmedas durante mucho tiempo. Eso sí, se recomienda no usar sal gruesa para evitar que los granos se acumulen en la lavadora y dañen el tambor o los filtros.

Una alternativa sostenible

Además de sus beneficios visibles, el uso de la sal en la colada es una opción más ecológica. Al no contener químicos ni fragancias artificiales, no deja residuos que afecten al medio ambiente, y puede ayudar a reducir el uso de suavizantes o detergentes industriales. En este mismo sentido, el vinagre blanco, el bicarbonato de sodio o el percarbonato también se suman a esta tendencia de limpieza responsable. Mientras el vinagre actúa como suavizante natural y neutraliza olores, el bicarbonato es ideal para desinfectar y blanquear sin dañar los tejidos. El percarbonato, por su parte, potencia el efecto del detergente, especialmente en ropa blanca.

Un remedio económico con efecto probado

En tiempos donde la eficiencia y el ahorro ganan terreno en el hogar, recurrir a métodos como este no solo supone un alivio para el bolsillo, sino también una forma de cuidar la ropa sin exponerla a productos agresivos. Quienes ya lo han probado afirman que los resultados son sorprendentes: prendas más suaves, colores más vivos y textiles que duran más tiempo en buen estado. Lo cierto es que, aunque suene como un truco de abuela, lavar con sal es una fórmula que sigue vigente, respaldada por quienes buscan soluciones simples, económicas y sostenibles. A veces, la respuesta no está en el último lanzamiento del supermercado, sino en ese ingrediente olvidado en la despensa.

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