Ambientador casero y económico de Beatriz Cocina: «Solo lleva suavizante»
Una propuesta sencilla y accesible que demuestra que el bienestar en casa puede ser asequible, creativo y, sobre todo, personal

Ambientador | Canva pro
Crear un buen olor en casa ya no implica gastar más ni recurrir a productos químicos. Cada vez más personas optan por soluciones caseras, económicas y personalizables que perfuman y, al mismo tiempo, decoran. Entre ellas destaca la propuesta de Beatriz, creadora del canal de YouTube Beatriz Cocina, que explica cómo hacer un ambientador con solo tres ingredientes comunes y al alcance de cualquiera. Su idea demuestra que con unos básicos del hogar se puede lograr un resultado eficaz y muy agradable. Además de aportar un aroma intenso, permite elegir color y fragancia a gusto de cada uno, y sus componentes son seguros, baratos y versátiles, una alternativa sostenible frente a los ambientadores tradicionales.
Tres ingredientes básicos
El primer elemento imprescindible es un suavizante para la ropa. Existen innumerables opciones en el mercado, desde fragancias florales hasta otras más frescas o dulces, y cualquiera puede utilizarse. La clave está en elegir un aroma que se desee que predomine en el hogar. Los tonos también son variados y, si se opta por un suavizante de color, este se reflejará después en el ambientador. En el ejemplo que ha popularizado recientemente esta receta se utiliza uno azul, clásico y asociado al olor a limpio.

Como segundo ingrediente se emplea alcohol de limpieza. No sirve el de botiquín, es necesario que sea alcohol de uso doméstico, preferiblemente perfumado y con una concentración del 70 por ciento. Este producto no solo actúa como vehículo para difundir el aroma, también ayuda a que el perfume se evapore de manera constante y aporta propiedades desinfectantes, un valor añadido que suma puntos frente a los tradicionales ambientadores. El tercer y último componente es la sal gruesa. No sirve la fina, ya que la textura gruesa permite absorber la mezcla y liberar el aroma de forma gradual.

Paso a paso para ambientador casero
La preparación exige un recipiente abierto, preferiblemente de cristal. En la demostración más extendida se utiliza un bol de 11 centímetros de diámetro y 5 centímetros de altura. Sin embargo, esta medida no es obligatoria, puesto que las cantidades pueden adaptarse sin dificultad, lo que permite aprovechar cualquier cuenco decorativo que tengamos en casa, e incluso llenarlo en distintos formatos para colocar en varios rincones.
En cuanto a las proporciones, la referencia es la siguiente, 160 gramos de sal gruesa como base. A esto se añaden tres cucharadas soperas de alcohol de limpieza, mezclándolo bien para que la sal empiece a humedecerse y evitar que quede líquido en el fondo. Por último, se incorporan tres cucharadas de suavizante, aunque esta cifra puede ajustarse en función de lo denso que sea el producto elegido. Si el suavizante es muy espeso, puede requerir una cucharada más para lograr una mezcla uniforme y perfumada. El resultado es una masa granulada, húmeda y colorida que desprende un olor intenso y agradable. Se recomienda dejarla en un lugar ventilado durante unos minutos antes de colocar el ambientador en su ubicación definitiva.
¿Cuánto tiempo perfuma tu hogar este ambientador?
Este ambientador tiene una durabilidad aproximada de dos días con su intensidad máxima, aunque sigue perfumando mientras la fragancia se va evaporando poco a poco. Su mecanismo es sencillo, la sal actúa como soporte y retiene la mezcla, mientras que el alcohol facilita que el aroma se expanda en el ambiente. Así, se consigue que la casa huela a limpio sin necesidad de aerosoles. Su uso es ideal para entradas, baños, pasillos o incluso dentro de armarios, ya que no ocupa espacio ni mancha. Además, si se quiere intensificar el olor, basta con remover ligeramente la mezcla con una cucharita o añadir unas gotas extra de suavizante.
El atractivo principal de esta idea reside en su capacidad para personalizar por completo el resultado. Se puede optar por suavizantes con fragancias cítricas para el verano, aromas más cálidos para el invierno o incluso combinar colores para dar un toque decorativo. También es posible introducir elementos como conchas, piedras o flores secas en la superficie para añadir valor estético.
