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La justa «injusticia» del polémico VAR

Cinco años se van a cumplir del estreno del Video Assistant Referee y su utilización sigue generando mucha polémica

La justa «injusticia» del polémico VAR

Partido de fútbol. | Rubén de la Fuente Pérez (NurPhoto)

El VAR (Video Assistant Referee) no deja indiferente a nadie en el mundo del fútbol. Cinco años se van a cumplir desde su puesta en marcha en el balompié mundial. En mayo del 2017 fue cuando FIFA, el propulsor junto con la International Board de este gran cambio, probó por primera vez este avance tecnológico a nivel mundial en el torneo de selecciones del Sub17 de Corea del Sur y después de un primer ensayo en el Mundial de Clubes del 2016 en Japón. 

Una terminología desconocida para todos entonces y que a día de hoy está en todas las conversaciones rutinarias y que se ha trasladado a todos los sectores de la sociedad. 

El VAR llegó al fútbol como instrumento para acabar con los errores claros y manifiestos que se producen en un campo de fútbol. Su filosofía siempre ha sido: «Mínima interferencia, máximo beneficio». Pero no en todos los ámbitos de juego. Sólo en cuatro aspectos muy concretos: Gol o no gol; penalti o no penalti; tarjeta roja directa y confusión de identidad. Y sólo cuando estemos ante un error «claro, obvio y manifiesto» dentro de los cuatro supuestos anteriores. 

Sus inicios fueron prometedores e ilusionantes. Más tras su gran estreno en el escaparate del Mundial de Rusia en el 2018 donde llegó a tener un 99,3% de acierto, según manifiesto Gianni Infantino a la conclusión de la cita mundialista. El mundo se rendía a los pies del VAR, lo veneraban como el «maná» que venían años reclamando para acabar con las injusticias del fútbol.

Tanto fue su éxito que la UEFA, ante la presión de los equipos, se vió obligada a adelantar un año su implantación en su gran competición de clubes, la Liga de Campeones. La «Champions» estrenó su VAR en febrero del 2019.

Meses antes, en agosto del 2018, LaLiga ponía en marcha esta herramienta en la Primera división; implantándose justo un año después también en la Segunda división. Son ya tres temporadas las que lleva funcionando en los 42 estadios del fútbol profesional.

El lado humano del VAR no convence

Tres años y medio después el VAR no acaba de convencer al mundo del fútbol. Ni a los propios protagonistas, ni tampoco a los aficionados. Especialmente en las acciones más subjetivas e interpretables. Aquellas donde es el punto de vista del árbitro, su interpretación en ese momento, la que determina la decisión final. Aún cuando en todas estas el colegiado puede acudir al monitor de VAR instalado en el terreno de juego a revisarlas. Siempre y cuando, eso sí, sea advertido por el colegiado de VAR situado en la sala VOR. Una especie de nave nodriza que en nuestro fútbol está situada en la Ciudad del Fútbol de la Federación Española de Fútbol de las Rozas. En muchas otras ocasiones se ubica en los exteriores del estadio donde se disputa el encuentro.

Este lado interpretativo provoca todos los fines de semanas preguntas como: ¿por qué acude a revisar esta jugada al monitor y no ésta otra?¿Por qué le han avisado para que acuda a verla en el campo y cinco minutos antes no lo han hecho con una jugada muy similar? ¿Por qué el VAR interviene en este penalti y no en este otro?.

Preguntas que no tienen respuesta. Porque en todas estas acciones, especialmente las de penalti y fundamentalmente las manos, sigue prevaleciendo el lado interpretativo, la faceta humana del árbitro. Es por eso que muchos exárbitros coinciden en señalar que el VAR en este ámbito, lejos de favorecer, en muchos casos puede llegar a confundir. 

A eso se suma que los árbitros situados en la sala de VAR son en un alto porcentaje árbitros que están todavía en activo o que acaban de retirarse. En el caso de España, el cuerpo de árbitros de VAR está compuesto por un grupo específico de exárbitros (actualmente son cuatro), más los que actualmente son internacionales y participan en las distintas competiciones de UEFA y FIFA. Hay quien insinúa un cierto corporativismo en la toma de decisiones desde la sala. Como vas a perjudicar gravemente al árbitro de campo que igual dentro de una semana estará sentado en la misma sala y será quien debe corregir tu arbitraje.

Un éxito en el fuera de juego

Una polémica que acompañará mientras que no se configure un cuerpo específico de árbitros de VAR formado por exárbitros que ya no compaginan ambas actividades.

Donde nadie duda acerca del éxito de esta tecnología es en las jugadas llamadas «geográficas o factuales» y donde no entra la interpretación arbitral. Y aquí prima especialmente el fuera de juego, las faltas fuera del área que realmente son dentro o al revés. 

El VAR ha acabado de un plumazo mediante el trazado milimétrico de líneas con la problemática del fuera de juego. Su porcentaje de acierto ronda el 100%. Y aquí radica el gran éxito de esta tecnología y donde muchos expertos arbitrales creen que debería dedicarse.

Los que creían que el VAR iba a acabar con la polémica se equivocaron. Estamos ante la justa «injusticia» de esta tecnología que ha venido para quedarse. Tanto es así que desde el verano del 2020 es FIFA quien tiene la potestad, si bien los cambios los aborda conjuntamente con la International Board (IFAB), organismo encargado de elaborar las normas del fútbol. 

Pero el VAR ha llegado para quedarse. Tanto es así que la FIFA ya trabaja en un formato «low cost» (más barato) para aquellas ligas que no pueden asumir el coste actual de implantar esta tecnología en sus competiciones nacionales. 

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