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El marketing derrota a España

«Si solo el marketing es el futuro del deporte español y se prescinde de los sentimientos, que comiencen los presidentes de las federaciones deportivas a crear nuevos nombres»

El marketing derrota a España

La jugadora de la Selección española de balonmano Carmen Campos durante el partido ante Argentina. | Manuel Lorenzo (EFE)

Alineadas, silenciosas, unas mirando al cielo, otras al suelo, serias, tensas, ambiciosas… Sonaba el himno nacional español en el pabellón que inauguraba el Mundial femenino de balonmano. Las jugadoras españolas, como los jugadores de balonmano, fútbol, baloncesto o cualquier deporte que represente a España, no abrieron la boca porque no existe una letra que les haga vibrar. A capela o con fondo musical, falta una letra que una a los representantes de las autonomías que conforman la selección española. 

Ver ese espectáculo de silencio es muy triste, da sensación de pobreza de Estado, de no tener una convicción patriótica, de no saber a quién se representa. Y el parche de los aficionados tarareando lo, lo, lo sobre la parte musical del himno suena a rancio y a esperpento. El himno español, la conocida como marcha de los Granaderos, era uno de los más antiguos de Europa, ahora llamada marcha real. En la Segunda República se cambió por el himno de Riego, pero en el año 39 desapareció. Ya intentaron sin éxito crear una letra consensuada. Lo pidieron el general Prim, Alfonso XIII, o Primo de Rivera… pasaron muchos años sin acuerdos.

Fue el Comité Olímpico Español, en el año 2007, quien quiso dar el paso definitivo. Su concurso se fue al traste al filtrar la letra, que decía : «¡Viva España! Cantemos todos juntos con distinta voz y un solo corazón». No llegó ni al Congreso. El penúltimo intento lo puso en escena la cantante Marta Sánchez con un texto que entre otras cosas dice: «Grande España, a Dios le doy las gracias por nacer aquí…». No levantó demasiado entusiasmo.

Sólo cuatro países no tienen letra en su himno: Bosnia-Herzegovina, San Marino, Kosovo y… España.

El marketing se apodera de los sentimientos

A las jugadoras de la selección española de balonmano se las conoce como «las guerreras» –la balonmanista Pepa Moreno, en el 2014, ya adelantó el futuro: «Somos las guerreras»–, al equipo masculino como «los hispanos» –dicen que inspirado en  Gladiator–, la Selección española de fútbol es «la Roja»todo menos decir «España».

Si el presidente de la Federación Española de Balonmano, Paco Blázquez García, acepta con entusiasmo que «las marcas Guerreras e Hispanos son muy rentables en términos de imagen», ya vale casi todo. Hasta camuflar la bandera de España en la camiseta por si estropea la imagen. Permite, además, a los que les produce urticaria pronunciar «España» en los medios de comunicación no llevar a portada la palabra que desean ignorar. Por eso titulan en varias autonomías con tanta soltura: «La Roja derrota…», «las guerreras ganan…» o «los hispanos…brillan».

¿Es un tema político? Muchos creen que sí, otros rechazan mezclar estos asuntos que crean tensión. En tiempos del dictador, la Selección española de fútbol se denominaba «la furia española» o «la furia roja». Así se mantuvo muchos años hasta que «el sabio de Hortaleza», Luis Aragonés, en su época de seleccionador nacional, bautizó como «la Roja» a la Selección por el color de la camiseta. Fue otro balón de oxígeno para los que casi han borrado la palabra «España» de sus registros.

Los mayoría de los ciudadanos no tiene problemas en pronunciarla pero, como casi siempre, la parte política emborrona la situación, jaleadas sus teorías por una parte muy específica de los medios de comunicación. Televisión Española (TVE) ha optado por guerreras, hispanos, Roja, quizás como secuela de las palabras que pronunció Pablo Iglesias cuando era vicepresidente: «Yo no puedo decir España».

El Mundial de balonmano femenino continuará hasta el 19 de diciembre en varias ciudades españolas. Cada vez que «las guerreras» o la Selección española salte a la cancha, permanecerán en silencio cuando suene el himno español, y la grada gritará lo ,lo ,lo, lo.. y en este país nadie es capaz de crear y aprobar una letra que permita a nuestros deportistas competir desde el primer segundo con los rivales que entonan, muchas veces desafinando, su himno con fuerza y convicción.

Si solo el marketing es el futuro del deporte español y se prescinde de los sentimientos, que comiencen los presidentes de las federaciones deportivas a crear nuevos nombres más actualizados para sus selecciones. Porque la Roja, hispanos o guerreras ya han quedado obsoletos. «Venden» poco.

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