Ancelotti no claudica: si algo funciona, ¿para qué tocarlo?
Ancelotti tiene un doble reto entre ceja y ceja: ganar su primera Liga con el Madrid y convertirse en el primer entrenador en levantar el campeonato nacional en los cinco grandes torneos del continente
Carletto es un entrenador de amplia experiencia, pero ante todo de intachable palmarés. Cinco Champions le avalan. Tres de ellas como míster (récord compartido con ZZ y Bob Pasley) y dos sobre el césped vestido de rossonero. El técnico italiano vive días de vino y rosas. En lo deportivo hace volar a su equipo en la clasificación con el Sevilla a ocho puntos, el Atlético a diez y el Barça a dieciséis. En lo personal ha vuelto al lugar de donde nunca quiso marcharse. «Me quedaría de por vida en Madrid, no existe un lugar mejor para el fútbol y para vivir», confesaba recientemente. Carlo es de los que saborea su existencia. Ama el fútbol, claro, pero también la buena gastronomía, los amigos y, sobre todas las cosas, una envidiable vida familiar. Su hijo Davide y su mujer de origen español, Mariann, son sus principales apoyos en la capital.
Ancelotti tiene un doble reto entre ceja y ceja: ganar su primera Liga con el Madrid y convertirse en el primer entrenador en levantar el campeonato nacional en los cinco grandes torneos del continente (ya lo ha hecho con Milán, Chelsea, PSG y Bayern). Hace poco hablaba con alguien del entorno más cercano de Carlo y me lo reconocía sin tapujos: «Esas dos ligas que se le escaparon con el Madrid son su gran obsesión, sobre todo la segunda». No es de extrañar. Aquel segundo año contempló unos guarismos nunca vistos en la entidad blanca: 22 victorias de manera consecutiva. El equipo parecía imbatible, pero se cayó en el último tramo y terminó a dos puntos del FC Barcelona. Desde dentro se deslizó entonces que «podía entrenarse mejor», desde fuera que las rotaciones «eran escasas». Ancelotti (hoy) lo sigue achacando a «la lesión de Modric y al horrible mes enero» que cuajó su escuadra. Muchas teorías y pocas certezas. Lo evidente es que el de Reggiolo acabó con sus huesos fuera del Madrid y que entre la actual bonanza de resultados vuelven a surgir debates del pasado.
A vueltas con el método
Carletto es perro viejo en esto del fútbol y sabe que su cargo está sometido a constante examen y evolución. De poco le sirvió en su día ser el técnico de La Décima y de nada le valdrá ahora llevar ocho victorias consecutivas. Precisamente por eso decidió realizar algunos cambios en su método esta segunda etapa. Para empezar, adelantó el regreso de vacaciones de sus jugadores una semana (a trabajo no le iba a ganar nadie) y para continuar realizó un movimiento clave en su cuerpo técnico. Antonio Pintus, el preparador físico de ZZ en las tres Champions consecutivas del Madrid, sería el encargado de poner a punto a su plantilla.
Aquellos madridistas que nos leen con atención deben respirar tranquilos. Si preguntas por la figura de Pintus en Valdebebas te lo dejan cristalino: «No es la elección fácil o una mera cábala», es un movimiento «detenidamente planificado». Coincido en la visión, ya que, además de ser un profesional que garantiza resultados, me parece una elección que tiene mucho de ponerse la venda antes de hacerse la herida (en el sentido más positivo de la expresión).
Y me explico. El debate está instaurado desde hace semanas. El Madrid gana ,Vinicius y Benzema están que se salen, Militao rinde a un nivel imperial, pero «Ancelotti rota poco». El italiano es consciente del foro «sabía que iba a pasar, es lo normal» pero en este aspecto no tiene pensado cambiar su libreto. Y mira que somos pesados. Yo el primero. Le pregunto por las famosas rotaciones después de cada partido en el Bernabéu, pero no hay manera. Su apuesta está clara: «Si no están lesionados y recuperan bienjugarán los mejores». Alguno podría pensar que está cayendo en errores del pasado (yo mismo) y que va a reventar a sus futbolistas, pero los que están a su lado esgrimen otra teoría: «Carlo quiere lograr una distancia insalvable con sus perseguidores en invierno, por eso pone a los mejores».
Carletto no va a claudicar, sus cambios (de momento) serán básicos, de uno, dos o tres hombres a lo sumo. Sólo hará rotaciones si son absolutamente necesarias. Más derivadas del cansancio o la lesión (caso Benzema) que por mera convicción. Para evitar que el equipo se venga abajo en primavera ya está Pintus y mientras seguirá tirando de sus jugadores top. Puede que Ancelotti se esté equivocando, pero como muchos piensan desde Chamartín: «Si algo funciona, ¿para qué tocarlo?».