Andrea Fuentes: «No pensé que Anita fuera a morir porque siempre escuché sus latidos»
Hablamos con la campeona española de natación sincronizada y seleccionadora de EEUU que rescató a Anita Álvarez
En THE OBJECTIVE hemos hablado con Andrea Fuentes, la campeona española de natación sincronizada y ahora seleccionadora de Estados Unidos justo cuando se cumple una semana de su reacción milagrosa que evitó que su pupila Anita Álvarez muriera ahogada en los Mundiales de Natación de Budapest.
PREGUNTA: Ahora que han pasado los días y que ya estás en casa, ¿qué piensas de lo sucedido con Anita?
RESPUESTA: Ahora pienso que, por una parte, es interesante concienciar de que todos deberíamos saber cómo reanimar a la gente, primeros auxilios. Se debería enseñar en los colegios porque yo lo sé, pero no todo el mundo lo sabe y no siempre hay socorristas al lado. Es bueno que todos sepamos cómo reanimar a la gente. Nuestro deporte es muy bonito, saludable, artístico y soy una apasionada sobre ello.
A nivel personal, con Anita queremos encontrar una solución cuanto antes, hemos ido al cardiólogo, neurólogo y todo está bien. No hay ningún problema pero queremos ver si hay algo que causa todo esto. No simplemente esfuerzo. Asegurarnos que no solo es por esto, sino que en caso de existir algo más, necesitamos saberlo. Porque la FINA no va a dejar que compita si no hay una razón médica detrás, que asegure que no va a volver a pasar. Es mejor no poner su salud en riesgo. Que los médicos certifiquen que está bien. He recibido muchos casos de mucha gente con diagnósticos muy raros y quiero asegurarme que no haya nada que se me escape
P: ¿Has tenido alguna pesadilla o has soñado con el momento?
R: No he tenido ninguna pesadilla pero si me impactaron mucho las fotos cuando las vi. Porque aunque lo había vivido en primera persona, lo viví más cerca que nadie; cuando lo ves desde fuera es casi más impactante de cuando estás en acción. Pesadilla no, pero la gente no deja de mandarme fotos y lo voy recordando. Pero creo que esto es bueno porque así voy pasando el trauma
«Cuando acabó vi que tenía los pies pálidos, más de lo normal»
P: Descríbeme un poco como pasó todo..
R: Ese día hizo el mejor ejercicio de su vida, la vez que mejor había nadado; de hecho consiguió la puntuación para ganar a la rival que quería ganar. Fue genial. Pero cuando acabó, justo antes, yo vi que ella tenía los pies pálidos, más de lo normal, y pensé: ¡Guau sí que se está esforzando porque está pálida y todo! Estaba orgullosa de ella, pero luego cuando acabó y se iba para abajo descubrí que no era normal, porque en nuestro deporte lo que quieres es respirar cuando acabas. Entonces ni lo pensé, me lancé a por ella.
Simplemente fui lo más rápido que pude. Como ya estaba llegando al fondo, fui directamente debajo del agua, no nadé por encima porque quería hacer la diagonal más corta. Noté entonces que la ropa me pesaba un montón, como una pesadilla donde vas corriendo y no avanzas. Sentía que no iba rápido. Cuando llegué al fondo, aún me quedaban unos metros para llegar a ella y entonces pesaba un montón.
Porque una cosa es levantar a alguien con los pulmones llenos de aire que flota más, y la otra es llenos de agua. Me acuerdo que pesaba mucho. Pero en nuestro deporte, tratas de retar a la gravedad y por eso sabía cómo cogerlo. Pero nunca un cuerpo tan pesado. Aún así logré llegar a la superficie y fue donde me di cuenta que no respiraba, así que intenté despertarla. Como no reaccionaba la puse de lado para que intentara sacar el agua porque tenía la mandíbula muy apretada. Logré abrírsela masajeando los músculos, intentándola despertar de manera agresiva. Pero al no despertar entre el socorrista y yo la llevamos a la pared que estaba lejos.
También era muy difícil llevarla porque pesaba mucho. Al llegar los doctores de la FINA, tomaron las constantes vitales y estaban perfectos. ¡Lo único que quería yo era que respirara! Le metí de nuevo la cabeza de lado. Hasta que hubo un momento que despertó y sacó algo de agua. Pero esto no fue hasta que llegamos a la camilla y le hicieron la maniobra en la uña del dedo pequeño de la mano que, crea tanto dolor que genera adrenalina, que los pacientes se despiertan.
P: ¿Qué te dijo Anita cuando recobró la consciencia?
R: Lo primero fue preguntarme ¿Why? (¿Por qué?) ¿Por qué tiene que pasarme a mí esto? Le dije que no se preocupara y que se dedicara a calmarse. Y luego me dijo que llamara a su madre para decirle que estaba bien porque sabía que estaba viendo la prueba en directo. Y eso es lo que hice
«Lo que tenemos ahora que hacer es encontrar el motivo»
P: ¿Crees que puede dejar alguna secuela?
R: No, no le puede dejar ninguna secuela porque los médicos han dicho que no es peligroso ni para el cerebro ni para nada. La hemos hecho todas las pruebas posibles y todo sale perfecto. Lo que tenemos que hacer ahora es encontrar el motivo, para que no pase otra vez. Porque yo la quiero ver competir otra vez, pero primero queremos asegurarnos cómo evitarlo.
P: No era además la primera vez..
R: Sí, por eso, como no es la primera vez y aunque sea normal en nuestro deporte, no es habitual en competición. Sucedió en el 2008, así que estamos realizando más pruebas para evitarlo. Esto en grandes pruebas no se da nunca, sólo en pruebas más locales.
«Me parece lógico que la FINFA no la dejara participar en la final»
P: ¿Te parece lógico que la FINA la dejara sin poder competir en la final?
R: Sí, me parece lógico que la FINA no la dejara participar. Más que nada porque estaba muy próximo y todavía no teníamos un porqué. Los médicos decían que estaba bien, que no había problemas pero la FINA no quería llegar a este punto. Si bien esta prueba no era tan difícil como el sólo y además había descansado más de 48 horas. Fue una decisión sensata. Lo único es que nos lo comunicaron muy tarde y fue frustrante para el equipo no poder contar con ella
P: ¿Llegaste a pensar que podría perder la vida?
R: No pensé que iba a perder la vida porque yo escuchaba siempre el latido del corazón, sólo había que sacar el agua para que pudiera respirar. Pero sé que mucha gente pensó que podría perder la vida. Pero yo tenía fe que no era así, y que había que solucionarlo respirando. Vi que el corazón iba a bien. Al llegar a la pared, y dado que latía, me despreocupé del peor resultado. Pero reconozco que tuve miedo porque no respiraba, pero no llegué al punto de pensar en la muerte. Pensé ¡hostia, hostia, que respire ya! Pero no llegué a pensar claramente que se estaba muriendo.
«Me parece más exceso estar veinte horas delante de un ordenador sin levantarse»
P: Te he escuchado que en los entrenamientos es normal porque las chicas van al límite..
R: Muchos deportes creo que son más peligrosos que el nuestro, más extremos. A mí sólo me ha pasado una vez y he estado veinte años nadando. En el deporte de élite el cuerpo se lleva al límite. No es por obligación, es porque a nosotros nos gusta comprobar hasta dónde puede llegar nuestro cuerpo. Yo he estado horas y horas en el agua, y sólo me ha pasado una vez. Y siempre conoces a alguien que le haya pasado, pero no es habitual.
P: ¿No te parece un exceso, o te inspiras en la idea de que es la mejor forma de responder ante la competición?
R: No me parece un exceso porque nosotros lo hacemos de manera voluntaria. Me parece más excesivo estar veinte horas delante de un ordenador, sin levantarse. Cada uno va con su pasión, sus prioridades. Somos libres, y cada uno tenemos nuestros intereses. Cada uno se dedica a lo que más le apasiona. En nuestro caso hay muchas más cosas buenas que malas.
P: Al principio culpaste al socorrista y luego le exculpaste..
R: Al principio no les culpé, me preguntaron porque me tiré al agua y les respondí que alguien tenía que hacerlo. Y ya está. Pero entiendo a los socorristas porque no conocen nuestro deporte y a Anita como yo la conozco. Es lógico. Cuando te pones en el sitio de otro, entiendes muchas más cosas que en el momento no haces. Por eso cambié de opinión.
«Los que nos dedicamos a aguantar la respiración nos sucede esto»
P: ¿Esta forma de entrenar la aprendiste en tu etapa como nadadora, las aprendiste con Ana Tarrés?
R: No, yo no he aprendido técnicas de nadie. Ya te he dicho que a mí sólo me ha pasado una vez. No tiene nada que ver con Ana Tarrés, ni ningún método brusco. Si te vas al hockey subacuático, que también es en apnea, buceo libre…los que nos dedicamos a aguantar la respiración nos sucede esto. El dióxido de carbono es demasiado alto en la sangre, pero no es tan malo como parece. Probablemente tenga más perjuicios para la salud el estar en una silla tanto tiempo sentado o en una fábrica.
P: ¿Cómo acabaste entrenando a la selección de Estados Unidos?
R: Fui a entrenar a Estados Unidos porque fueron los primeros que confiaron en mí, en mi trabajo, sin tener muchos datos porque yo no había sido seleccionadora. Siempre les estaré muy agradecida. Estoy muy contenta, porque me tratan muy bien y me dejan ser yo misma.
P: Dieciséis medallas en campeonatos europeos, mundiales y Juegos. Solo faltó el oro olímpico..
R: Si solo faltó el oro olímpico pero no lo echo de menos porque la plata olímpica era mucho más de lo que jamás habría soñado. Y viendo ahora que muchas rusas han dado doping, me considero oro la verdad. No creo que eche de menos el oro. Llegué a ser la deportista con más medallas olímpicas del deporte femenino y así que para mí es una proeza y no necesito más. Estoy más que satisfecha.
P: Qué le falta por hacer a Andrea Fuentes..
R: Tengo una lista que no me va dar tiempo a acabarla. Primero viajar a todos los países del mundo que pueda. Luego me gustaría dedicarme a proteger el planeta de forma más activa. También aprender de astrofísica porque me encanta, aunque es un poco tarde para trabajar en la NASA. Si volviera a nacer lo haría y sobre todo descubrir lugares nuevos. Es lo que más me apasiona.