De Lorenzo Brown a Vinicius JR: el doble rasero que deja «incrédulo» al Real Madrid
La nacionalización de Lorenzo Brown es tremendamente injusta para todas las entidades deportivas que cumplen con los trámites legales
El nombre de Lorenzo Brown ha retumbado con fuerza en las oficinas del estadio Santiago Bernabéu. No se trata de una joven promesa, tampoco es un mega crack, ni siquiera hablamos de un deportista lo suficientemente conocido como para pedirle un autógrafo si te lo cruzas mañana por la calle. Brown es un baloncestista norteamericano que en los últimos días ha saltado a la palestra por su vergonzosa nacionalización express de cara a poder disputar el EuroBasket de septiembre con la selección española.
A todos nos salen nombres de jugadores que defendieron la camiseta nacional habiendo nacido en el extranjero. En fútbol: Donato, Marco Senna o Diego Costa. En Baloncesto, la del montenegrino Nikola Mirotic fue la naturalización más mediática de la historia reciente. Es una práctica habitual en el deporte de alta competición, pero como apuntan desde Castellana «debe realizarse en torno a una base y unos plazos». Y en este caso no hay ni de lo uno ni de lo otro.
«Una vara de medir a la carta»
Todos los ejemplos citados anteriormente tenían algo en común: años viviendo, cotizando y compitiendo en territorio nacional después de los cuales se procedió a su captación como seleccionables. Brown es un caso aparte. El base estadounidense no ha puesto un pie en España como ciudadano residente, ha jugado para equipos de Israel, Serbia, Rusia, Canadá o Estados Unidos, pero jamás ha disputado un encuentro para un equipo español. Sin embargo, nada de esto ha sido impedimento para lograr una tramitación relámpago en su pasaporte.
Esta jugada legal originada desde el Ministerio de Justicia ha sentado a ‘cuerno quemado’ dentro del deporte de alta competición, con especial «incredulidad y sorpresa» en el Real Madrid. Les pongo en contexto: en la primera división se permite un cupo máximo de tres extracomunitarios dentro de la plantilla. En el caso de los de Ancelotti se cumple con la presencia de Militao, Rodrygo y Vinicius JR. La entidad que preside Florentino Pérez lleva cuatro años (cuando normalmente se realiza en dos) esperando por el documento español de Vinicius. Desde las instituciones gubernamentales argumentan a los de Castellana que tal demora se basa «en el atasco originado por la pandemia». El Madrid acepta las explicaciones, pero le sorprende «sobremanera» que en otras prácticas como el baloncesto, con federaciones implicadas, la burocracia sea tan «extremadamente ágil». Situación que se aprecia como una clara doble «vara de medir a la carta».
La planificación salta por los aires
Las plantillas definitivas con las que competir se planifican hasta con un año vista. En Valdebebas no dejan ni un detalle al azar. Y el hecho de contar con los tres canarinhos como ‘extranjeros puros’ incide directamente en la planificación. Esto significa que futbolistas como el japonés Take Kubo o el brasileño Reinier no tienen hueco posible para esta temporada a no ser que se produzca la nacionalización de Vinicius, Rodrygo o Militao antes del cierre de la ventana de fichajes. Esto también deriva en que oportunidades de mercado como la de Gabriel Jesús , que interesaba a Ancelotti, no pudieron producirse por encontrarse a la espera del pasaporte de Vini.
El 5 de julio se consumó un peligroso precedente con la publicación del BOE en la que se aprobaba la carta de naturaleza de Lorenzo Brown. Es difícil de justificar y tremendamente injusto para todas las entidades deportivas que cumplen con los trámites legales y los tiempos establecidos por la justicia. No se debe volver a repetir y menos de una forma tan descarada. Tápense.