Vuelve la Champions y Ancelotti lo tiene claro: «Vamos a por la Decimoquinta»
Lo cierto es que el Real Madrid es favoritísimo en un grupo que comparte con Celtic, Leipzig y Shakhtar pero sería un grave error confiarse
El sábado volví a experimentar lo que más me gusta de esta bendita profesión: trabajar in situ en un campo de fútbol. Laborar en el Santiago Bernabéu. Me impresionó verlo francamente avanzado tras 106 días sin pisarlo. La lona de castellana había desaparecido (no así la del fondo sur) dejando sitio para unos 8.000 asientos de los que no se pudo disfrutar la temporada pasada. También se estrenaba césped: un nuevo e impecable verde traído desde la cacereña finca de «Doña Blanca» (como no podía ser de otra forma).
Eso sí, la estructura del techo se llevaba todas las fotos que no iban destinadas a los futbolistas. Es mastodóntica e hipnotizante a partes iguales. Te hace sentir pequeño y reflexionar en lo que se convertirá cuando tenga el techo retráctil instalado. Un disfrute para la vista, vamos, pero el regreso al templo ‘merengue’ es mucho más.
Es el ruido que procede de la Grada Fans del Real Madrid cuando Benzema y Nacho les ofrecen la última Champions, es una ovación a Modric cuando va a sacar un córner, es encontrarte a Iker Casillas, charlar con él unos minutos y que te cuente que uno de sus retoños «quiere ser portero», es, en definitiva, volver a mirar a los protagonistas a la cara y descubrir todos los detalles que te pasan por alto desde el sofá.
Reencuentro en las entrañas del Bernabéu
El aficionado ‘merengue’ medio, el que vio el partido en un bar o en casa de su vecino seguro que se imagina a un Ancelotti exultante en la zona de entrevistas post partido. Es lógico pensarlo. Cuatro victorias de cuatro, liderato, Vinicius y Rodrygo desatados y partidazo de Tchouaméni. Aun así, quiero transmitirles que no es la sensación que percibí cuando me reencontré con Carletto cara a cara en las entrañas del Bernabéu.
El de Reggiolo, vestido de traje inmaculado y chaleco de punto me estrechó la mano con educación, su rictus era serio y el análisis del encuentro inminente. Comienzo preguntándole por el liderato de su equipo y me deja esta reflexión: «Ha sido un buen partido, con buen nivel, bonito de ver, aunque podíamos haberlo hecho mejor».
Creo conocer al técnico italiano después de dos etapas diferentes en el banquillo de la Castellana y me huelo que su incomodidad procede del gol encajado, algo que él mismo me confirma: «hemos regalado el gol del empate, es un error individual pero también colectivo». Y es que el tanto de Canales procede de un saque de banda. Una suerte que molesta sobremanera a los técnicos y que refrenda el nivel de exigencia de Ancelotti. Comandar la clasificación está muy bien, pero uno no llega a ser el entrenador con más Champions de la historia (cuatro) cayendo en la autocomplacencia y, en nuestro vis a vis, pude confirmarlo. Carlo aspira a la excelencia.
«En la Champions, los más peligrosos son los grupos fáciles»
Y esa excelencia, en el Real Madrid tiene nombre y apellidos: Copa de Europa. La misma que enfrenta esta noche al vigente campeón contra el Celtic. Existe un runrún en el ámbito futbolístico que apunta en la dirección de que el Madrid ha tenido suerte con las bolas de la fase de grupos de la máxima competición europea. Algo que «molesta» a partes iguales tanto en las oficinas como en el vestidor de Concha Espina.
Desde arriba tienen fresco «el incomprensible sorteo de octavos de la temporada pasada». Recordarán que al Madrid le había tocado el Benfica y que por un error en la extracción de las esferas acabó cayendo el PSG. Y después el Chelsea, el City y el Liverpool. Desde abajo avisa Ancelotti: «el partido del Celtic es muy complicado, aunque no lo parezca. El ambiente en ese estadio es fantástico y vienen de ganarle 4 a 0 al Rangers».
Lo cierto es que el Real Madrid es favoritísimo en un grupo que comparte con Celtic, Leipzig y Shakhtar pero sería un grave error confiarse. Un analista del club con muchos años a sus espaldas fue categórico conmigo: «los grupos más peligrosos son los que parecen más fáciles». No hizo falta que me explicara mucho más. En las últimas Champions el Madrid se ha impuesto a todos los gigantes y clubs estado que se le han puesto por delante, pero tiene dos derrotas sonadas en fase de grupos muy recientes: una frente al Shakhtar y otra vs al Sheriff Tiraspol.
Una cuestión que pasa seguro por una cuestión de motivación y que Ancelotti quiere evitar. De ahí que Carletto no lanzara las campanas al vuelo tras el liderato certificado contra el Betis. Su estrategia fue mucho más sencilla. Recordarle a su plantilla el leitmotiv de la camiseta que defienden: «Vamos a por la Decimoquinta».