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El plan más loco de la Fórmula 1: un circuito nocturno en Madrid en torno al Bernabéu

La posible llegada de esta carrera a la capital de España no iría nunca en detrimento de la que se disputa en el Circuito de Barcelona-Cataluña

El plan más loco de la Fórmula 1: un circuito nocturno en Madrid en torno al Bernabéu

Gran Premio de España de 2022. | Alessio De Marco (Zuma Press)

El plan está sobre la mesa, y pasa por una carrera nocturna en los alrededores del estadio Santiago Bernabéu. La Fórmula 1 podría llegar a Madrid en 2025, siempre y cuando se dispute de noche y en un entorno urbano. Estas han sido las dos únicas condiciones, a priori, que ha solicitado la dirección del organizador del certamen más rápido del planeta. En la ecuación no entra que se denomine Gran Premio de España o de Madrid, sino uno de esos subterfugios nominativos, tipo Gran Premio de Europa o el Mediterráneo, y que sirve para no restar protagonismo a productos maduros y que funcionan. Porque la posible llegada de esta carrera a la capital de España no iría nunca como sustitutiva de la que se disputa en el Circuito de Barcelona-Cataluña, que seguiría denominándose Gran Premio de España. De esta manera podría ocurrir, y se trabaja en ello, para que se celebren dos carreras en suelo español dentro de tres años.

De hecho, una pequeña delegación del Formula One Group visitó de forma discreta a los promotores de la idea el pasado mes de septiembre, y mantuvieron una reunión de unas pocas horas. Tras ella, los británicos se marcharon de vuelta a la sede central en Londres y no hubo comida post reunión —costumbre habitual tras la firma de acuerdos—, lo que indica que se trata de un encuentro serio, aunque preliminar. Este pequeño grupo pisó suelo madrileño encabezado por una persona muy concreta, y que es la que negocia con los circuitos y organizadores locales, que vino acompañada de tres representantes más. 

Idea seminueva

El germen de esta idea no es nueva. Ya hace años que hubo otros que pensaron en esta posibilidad, pero en esta ocasión hay algo más tras el proyecto, y no se trata de dinero… o no solo. El plan fue expuesto ante representantes de primer nivel de Ayuntamiento y Comunidad de Madrid… y quedaron deslumbrados. Llevan lustros tras un evento de gran calado que sitúe a la ciudad en foros internacionales; si Sevilla tuvo su Expo 92, o Barcelona los Juegos Olímpicos, Madrid, que no obtuvo esto último, mira de reojo a la F1. El problema es que aterra la mala imagen y los líos judiciales que trajeron como consecuencia la prueba disputada en Valencia entre 2008 y 2012, muchos de ellos aún por dirimirse. Acusaciones de corrupción, desvío de fondos públicos, comisionistas, dinero perdido, sobrecostes, etc.

La cara del Partido Popular quedó marcada y en Madrid no quieren que algo parecido vuelva a ocurrir. Por ello la ecuación pasa porque la aportación de dinero venga de fuera, de inversores privados. La Fórmula 1, la organización de una carrera, es por defecto deficitaria. Los costes organizativos y el pago del canon de acceso nunca es cubierto con la venta de entradas, vía única de financiación. Por ello este papel suele tocar siempre a entidades públicas, por el calibre de la factura, y porque la mayor parte del retorno de esta inversión se cobra en imagen, publicidad y para convertir el destino en un polo de atracción. En el caso de Madrid habría otro patrón. 

Más allá del dinero

En la capital de España existe un pequeño grupo de empresarios, bien conocidos en ámbitos políticos y económicos, que se han postulado a financiar una jugada que viaja entre los 100 y 150 millones de euros. Uno de los ejes del plan pasa por el status del nuevo Bernabéu. Los merengues han recibido este año un empujón de unos 380 millones a cambio de un acuerdo con las empresas Legends y Sixth Street. En el pacto se establece que el equipo recibirá un 70% de los beneficios de todo aquel espectáculo, show, concierto o lo que sea que se celebre en sus instalaciones. Estas dos empresas organizan sobre todo conciertos, pero bien podrían traer la final de la Copa Davis, la de la NFL de fútbol americano, o la NBA de baloncesto, y se quedarían con el 30% restante. Pero hay algo más. Estas compañías estadounidenses se reúnen con frecuencia en joint ventures con Ticketmaster, empresa de orden global que es propiedad de Liberty Media, dueños a su vez de la Fórmula 1. Con estos mimbres sería mucho más fácil llegar a acuerdos satisfactorios por todas las partes.

En el caso de los promotores, su idea es crear un nuevo tejido comercial con eje en el evento y contando con el Real Madrid. Su aportación a la hipotética carrera de Fórmula 1 en los alrededores de Concha Espina y calles adyacentes sería una catapulta hacia sus planes finales. Avalarían los costes, aportarían una buena parte, y ya se encargarían de encontrar el resto de financiación necesaria.

De encajar todas estas piezas —algo sumamente difícil— los políticos darían su visto bueno y capitalizarían la jugada sin una gran aportación de fondos públicos; los promotores harían otros negocios con los que sufragarían o paliarían en gran medida los altos costes. 

Por parte de la Fórmula 1 la postura es clara: a priori luz verde, pero siempre y cuando sea carrera nocturna, urbana, y no alternativa sino complementaria a la prueba de Barcelona. Con casi toda seguridad, y para dejar hueco, una de las citas europeas caería del calendario, y jamás lo haría una de las estadounidenses o en los países árabes. El impacto económico de la posible carrera rondaría los 150 millones de euros anuales, y crearía a nivel político-empresarial un turbopalco del Bernabeu del que se supone que saldrán muchos de los negocios y acuerdos que acabarían sustentando el evento, del que pueden salir otros beneficios.

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