Fernando Alonso reinicia su carrera en Aston Martin
Ver a la escudería mejorar uno o dos puestos en 2023 sería lo razonable, pero quien espere ver podios o victorias va a tener que echarle mucha paciencia
Fue vestido de negro, usando un casco con un camuflaje que evocaba al de las cebras, y subido a un verde Aston Martin sin patrocinador alguno sobre su epidermis. El anonimizado tripulante podría haber sido cualquiera, pero el 14 pintado sobre el morro de su nueva mecánica y la nube de fotógrafos ante el box de su nuevo equipo, delataba que era Fernando Alonso el encargado de pasear aquel coche en Abu Dabi. En test postemporada y dos días más tarde de caer la última bandera del mundial 2022, el asturiano se ha estrenado con su nueva escudería, esa con la que protagonizará su temporada número veinte en la especialidad como piloto titular, el recorrido más longevo de la historia de la especialidad.
Si acaba todas las pruebas que tiene pactadas en su contrato, al menos bianual, se plantará a finales de 2024 en las 400 carreras disputadas, un hito inédito en la Fórmula 1. El bicampeón cambia de aires una vez más, tras salir de manera amistosa de Alpine; un equipo donde no encontró el éxito que buscaba. Sin títulos, ni victorias, y un único pódium en 2021, no puede decirse que el tan publicitado El Plan haya salido bien. Ahora se olvida del slogan y se engancha, o más bien le enganchan a uno nuevo: La Misión.
Pues esa misión empezó en la jornada del martes 22 de noviembre, en la que dio 97 vueltas a la pista de Abu Dabi equipado con neumáticos de 2023. Los tiempos no son relevantes por diversos motivos, pero el registro histórico dice que acabó tercero en la sesión inicial… pódium, algo que dejó una sonrisa dibujada entre sus nuevos compañeros de viaje.
La temporada que acabó
Su 2022 ha sido más que correcto, mejor en rendimiento que 2021, en la que protagonizó una primera mitad algo grisácea y un final de año bastante más lucido. A pesar de sus cuarenta y un años, y tener una edad poco habitual para un piloto de Fórmula 1, sigue mostrando reflejos de la calidad que alberga. Aunque ha brillado de manera puntual, sus resultados netos han estado condicionados esta temporada por las continuas averías que ha sufrido su monoplaza. El Alpine A522 ha resultado ser un coche más consistente que el del año pasado, lo que les ha permitido avanzar un puesto en la tabla final.
A pesar de ello, la mejora tampoco ha sido masiva y aunque el cuarto puesto final está bien ganado, no refleja lo lejos que quedaron de la zona de los equipos que este año han ganado carreras —Red Bull, Ferrari y Mercedes—. El flojo rendimiento de Daniel Ricciardo en McLaren contribuyó en poco a la suma de puntos de esta escudería, lo que catapultó el avance de Alpine tabla arriba, un avance que les va a reportar alrededor de once millones de euros extra en concepto de premios.
El de Oviedo no llega solo a Aston Martin. El que fuera uno de sus más cercanos durante su primera etapa en McLaren, Pedro De la Rosa, voló a Abu Dabi para estar a su lado durante su estreno. El catalán, que ejerce de comentarista en Dazn, fue fichado por Aston Martin con el poco definido cargo de embajador. Resulta obvio entender que lo que en un principio podría tildarse solo de ‘relaciones públicas’ tendrá otras funciones en el seno de la formación de Silverstone.
Durante la jornada de estreno, el de Cardedeu estuvo atento a todos los movimientos de Fernando, y controlando los mensajes y órdenes a través de los auriculares del equipo. De la Rosa nunca ganó carreras en la Fórmula 1 pero sí que logró un segundo puesto en el Gran Premio de Hungría cuando sustituyó a Juan Pablo Montoya en 2006. Su paso por Jordan, Arrows, Prost, Jaguar, McLaren, HRT, Sauber, Ferrari, y probador de Pirelli le otorgan un profundo conocimiento general de la categoría, algo que con toda probabilidad ha pesado mucho a la hora de su fichaje por un equipo que quiere crecer.
Un futuro verde
En el porvenir de Aston Martin se vislumbra un viaje diametralmente opuesto al del comportamiento en bolsa de su compañía matriz, Aston Martin Lagonda, de la que tiene un paquete mayoritario de acciones Lawrence Stroll. Este empresario canadiense es el padre de Lance Stroll, el otro piloto de la formación, y que compartirá box con Alonso. Las acciones de la marca británica llevan una terrible racha en el mercado continuo, que contrasta con el avance de la escudería que lleva el mismo nombre. En las pistas comenzaron la temporada de manera rayana en lo desastroso, con una sonora bronca en la noche del sábado de la segunda prueba en el box ante todo el personal presente en el circuito.
Las palabras «vender el equipo» resonaron en el paddock, pero poco a poco esto ha ido cambiando de cariz, visible con el fichaje del ovetense y la llegada de nuevas inversiones. El equipo verde heredó el edificio de Force India/Racing Point tras su adquisición, unas instalaciones a todas luces insuficientes. Por eso Stroll abrió su amplia cartera de par en par con idea de construirlo todo desde cero. Llega una nueva sede, nuevo túnel de viento, con toda probabilidad nuevo simulador, y con todo ello una nueva energía que debería devolver resultados en un tiempo prudencial.
Para ganar se necesitan tres cosas: piloto, coche y equipo. Stroll está armando su equipo, que acabará creando un mejor coche, y en el que se subirá un piloto que lo lleve hasta meta, y esto es un proceso que lleva tiempo. Aston Martin ha estado muy lejos de lo deseado, y por presupuesto, trayectoria, y atmósfera general lo lógico es que hubieran quedado sextos-séptimos. Ocurre que esta última plaza, en la que liquidaron la temporada, llegó muy al final del calendario. Fue una muy buena recuperación, pero no hay que olvidar que se tiraron más de dos tercios del año novenos, penúltimos.
Verles mejorar uno o dos puestos en 2023 sería lo razonable, pero quien espere ver podios, o incluso victorias, va a tener que echarle mucha paciencia. Mientras ocurre eso siempre nos quedará ver el avance en carrera del asturiano. Ganar no gana, ni títulos ni carreras, pero este año se ha llevado un galardón sin premio reconocible: el mayor número de adelantamientos en carrera, setenta y uno. Nadie le ha superado en esa asignatura este año y ver sus maniobras para conseguirlo es lo que nos mantiene atados al asiento cada domingo.