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Osasuna jugará la final de la Copa del Rey tras empatar contra el Athletic

Los de Jagoba Arrasate tendrán que esperar a mañana para conocer al rival al que se enfrentarán en la final que saldrá del partido que enfrenta al Real Madrid y FC Barcelona

Osasuna jugará la final de la Copa del Rey tras empatar contra el Athletic

Los jugadores de Osasuna celebran su pase a la final. | EFE

El CA Osasuna ha accedido este martes a la final de la Copa del Rey, segunda de su historia en esta competición, después de empatar (1-1) con el Athletic Club en el partido de vuelta de su eliminatoria de ‘semis’, merced a un bonito gol de volea ejecutado por el centrocampista canterano Pablo Ibáñez cuando la prórroga agonizaba.

Ibáñez acalló así las gradas de San Mamés, cuyo gran ambiente no pudo verse recompensado con la clasificación de su equipo para el partido por el título. Ese fervor, con asistencia de 51.544 espectadores para establecer un récord en el nuevo feudo bilbaíno, había espoleado a los ‘leones’ para dominar el balón desde el inicio.

No obstante, la claridad del Athletic solo existía en los primeros compases por el extremo izquierdo, con un raudo Nico Williams cayendo a recibir. De esa insistencia surgió la mejor arma de los locales, forzando saques de esquina con facilidad.

Acabar las jugadas era una consigna clara de su técnico Ernesto Valverde, como un testarazo en el segundo palo de Óscar de Marcos tras un centro de Gorka Guruzeta desde el lado opuesto, habiendo controlado dentro del área hacia la línea de fondo.

Sergio Herrera, bien colocado en su portería, mostró seguridad para desviar ese remate fuera del campo. Corría el minuto 32 y era el preludio del 1-0, en otro córner donde el centrocampista Mikel Vesga ganó el salto a su defensor al borde del área pequeña para prolongar la pelota y favorecer a Iñaki Williams.

El atacante internacional por Ghana se desenvolvió bien del marcaje rival y realizó un escorzo para estirarse hasta remachar a gol con la bota zurda, superando a bocajarro a Herrera y neutralizando así el 1-0 de la ida con el que Osasuna se había plantado en Bilbao.

Respondió rápidamente el conjunto rojillo mediante una internada de Kike García por el costado izquierdo que acabó en disparo, seco y centrado, pero repelido por el guardameta ‘león’ Julen Agirrezabala. En el rechace, Kike García intentó otro remate mientras Íñigo Martínez elevaba la pierna en exceso para despejar.

Sin penalti, con más nervios

A pesar de las quejas de ese incidente y de su inmediata continuación con el balón suelto, bastante similar con otro futbolista de Osasuna, el árbitro Del Cerro Grande no señaló nada. El posible penalti había sobrevolado San Mamés y el público lo entendió como señal para seguir apretando.

Surtió efecto con otro gol de Iñaki Williams, aunque anulado por fuera de juego bastante evidente, tras un centro templado de su hermano Nico que había sobrepasado a la línea de centrales. El partido entró entonces en barrena, de tal manera que ni con el refresco del descanso se animaban los pamploneses a buscar el empate.

De hecho, Nico tuvo en sus botas ampliar la ventaja rojiblanca en el minuto 70. A raíz de un contragolpe, el menor de los hermanos Williams se adentró en el área pero mandó a las nubes su disparo, casi calcando otra buena oportunidad de marcar un cuarto de hora después.

Volea del canterano Ibáñez al fondo de la red

Ni esas dos ocasiones, ni tampoco otra de Guruzeta más por corazón que por habilidad, pudieron evitar que el duelo se viera abocado a la prórroga. El Athletic achuchó más que su oponente, pero los pupilos de Jagoba Arrasate replegaron bien en defensa y maceraron con paciencia su gran oportunidad de marcar.

Ya con Luis Ezequiel ‘Chimy’ Ávila sobre el césped de San Mamés, apurando su estado físico, una estirada ofensiva por el costado derecho se resolvió con un centro peligros buscando precisamente a Ávila. Un mal despeje del Athletic dejó la pelota suelta en el área, controlada por Jon Moncayola para sacarse otro centro a la corona.

Ahí apareció Ibáñez, en zonas que no suele frecuentar, para enganchar una volea precisa con el pie derecho y que entró en la portería de Agirrezabala a media altura y pegada al poste. Aunque lo siguieron intentaron los de Valverde en el tiempo añadido, Herrera no se vio amedrentado y su equipo abrochó el billete para jugar la final copera 18 años después.

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