Rahm se acuerda de Ballesteros tras conquistar Augusta: «Sé que me ha estado apoyando hoy»
El de Barrika tuvo una dedicatoria para el mejor golfista español de todos los tiempos en la tarde en la que recuperó el número 1 del mundo
Luciendo su ansiada primera chaqueta verde, el español Jon Rahm ha brindado su triunfo del domingo en el Masters de Augusta a su ídolo de la infancia, el fallecido golfista Severiano Ballesteros, en el mismo día del aniversario de su primera victoria en uno de los torneos más prestigiosos del deporte.
Rahm es el cuarto español en ganar este emblemático torneo después de Sergio García (2017), José María Olazábal (1994 y 1999) y el propio Severiano Ballesteros (1980 y 1983), quien este 9 de abril hubiera cumplido 66 años.
«Para mí conseguirlo en el 40 aniversario (del último triunfo de Ballesteros), en su aniversario, en el domingo de Pascua, es increíblemente significativo. Yo sé que me ha estado apoyando hoy», ha declarado el ganador, nuevo número uno del mundo tras esta victoria.
Al completar su último hoyo y asegurar su título más deseado, Rahm se cubrió el rostro con las manos de emoción y miró hacia el cielo mientras era ovacionado por los miles de aficionados del Augusta National Golf Club (Georgia).
«Nunca pensé que iba a llorar por ganar un torneo, pero estuve muy cerca en ese hoyo 18», ha reconocido después el de Barrika, acorralado por las emociones del triunfo. «Descansa en paz, Seve», ha cerrado, tras santiguarse, en la ceremonia de entrega del trofeo.
Rahm y Ballesteros, fallecido en 2011 a causa de un tumor cerebral a los 54 años, ya eran los dos únicos golfistas españoles en ser número uno mundial y ahora también lo son en triunfar en dos torneos distintos de Grand Slam. ‘Seve’ conquistó tres títulos del Abierto Británico (1979, 1984 y 1988) y ‘Rahmbo‘, a sus 28 años, tenía ya en su vitrina el Abierto de Estados Unidos de 2021.
Ambos son, junto a Nick Faldo, los únicos que han ganado el Masters con al menos cuatro golpes de ventaja después de comenzar la última ronda fuera del liderato.
«La historia del golf es una gran parte de las razones por las que juego y Seve es una de ellas», ha recordado el golfista antes de echar la mirada atrás hacia el inicio de su afición a este deporte.
Rahm, muy ligado a Ballesteros
Rahm nació en 1994 en Barrika (País Vasco), un pueblo de acantilados y playas salvajes que atraen a surfistas de todo el mundo y que se encuentra a solo cien kilómetros de Pedreña (Cantabria), la cuna de Ballesteros.
«No puedo hablar de mi vida, de mi carrera, de mi país, sin referirme a Seve», reconoció Rahm en 2020 en su «Carta para España», una revisión vital en medio de la pandemia de coronavirus. Los triunfos internacionales de Ballesteros atrajeron a miles de españoles a un deporte entonces muy poco practicado.
Entre ellos estaba el padre de Rahm, quien se enamoró del golf al ver en directo a Ballesteros y el resto de figuras en la Ryder Cup de 1997 disputada en Valderrama (España). Al volver a casa, el empresario Edorta Rahm se inscribió en el club de golf de Larrabea (País Vasco), donde el pequeño Jon agarró sus primeros palos.
«Mi padre y yo hablamos de esto todo el tiempo. Si no fuera por la Ryder Cup de 1997, no sé donde estaría yo o cómo estaría mi familia», ha asegurado este domingo Rahm. Tras probar con deportes como el fútbol, el tenis o el canotaje, Rahm comenzó a sentir algo diferente por el golf, por sus códigos y por competir contra sí mismo.
De padre vasco y madre madrileña, el apellido Rahm le viene de un antepasado suizo que llegó al País Vasco a principios del siglo XIX.
El abuelo del golfista, Sabin, fue durante décadas delegado del Athletic de Bilbao, el equipo de fútbol de los amores de Rahm, quien lucía su escudo en la bolsa de palos de los torneos hasta que un patrocinador le obligó a retirarlo.
En 2011 recibió una beca de la prestigiosa universidad de Arizona State y desde entonces vive en Estados Unidos, donde conoció a su esposa, Kelley Cahill, también deportista universitaria, con quien ha tenido dos hijos, Kepa y Eneko.
Apodado «Rahmbo», nombre que llegó a lucir en su uniforme en el campo, el español se erigió como el mejor golfista amateur en dos temporadas consecutivas, un logro hasta entonces inédito. Su brillante palmarés universitario y su estilo enérgico de juego pusieron el foco sobre este corpulento golfista cuando dio el salto al profesionalismo en 2016.
Su regularidad y perseverancia le han llevado a elevar ya 11 títulos de PGA y auparse en julio de 2020 al número uno del ranking, un puesto que su venerado Ballesteros ocupó durante 61 semanas. Este domingo, Rahm recuperó también el número uno desbancando a Scottie Scheffler que, como campeón saliente de Augusta, fue el encargado de enfundarle su venerada chaqueta verde.